Capítulo 36

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Tan solo medio minuto después, Jennie volvió a cruzar frente a la puerta.

―¿Todo bien? ―interrogó Lisa disimuladamente ocultando su dolor por el golpe.

―Sí, sí. Es una vecina. Ha venido a que le devuelva algo. Enseguida estoy contigo Lisa.

¿Por qué no debería creerle? Tendría sentido que se la hubiera cruzado en la escalera la otra vez si era una vecina.

¿Por qué entonces estaba tan…...? ¿Tan qué? ¿Es que estaba celosa de que Jennie estuviera hablando con otra chica?

¡Por el amor de Dios! ¿Cómo podía estar preocupada por una simple vecina?

¿Cómo podía estar preocupada por nadie? ¡Si se marchaba para siempre dentro de nada!

Definitivamente pasar tiempo con Jennie era un error enorme.

Pero entonces, si ya sabía eso, ¿Por qué no se largaba de aquella casa?

¿Por qué no aceptaba que Jennie pudiera estar con otra persona y ya está?

¿Por qué, en lugar de todo aquello, quería interrogar a Jennie para saber quién era aquella mujer de la puerta? Aquello estaba mal, muy mal...

―Ya estoy aquí ―anunció Jennie al entrar de nuevo en la cocina―. Vaya, ya tienes la comida toda lista.

―Sí, solo falta esperar a que se hagan. ¿Bebemos algo mientras?

―Claro, ¿Qué quieres?

Con el vaso ya en la mano, Lisa consiguió el valor suficiente como para preguntar:
―¿Tienes novia?

―¿Por qué preguntas?

―Simple curiosidad ―mintió Lisa, apartado la mirada.

―¿Qué pasa, te has asustado cuando han llamado a la puerta por si era mi novia que venía a hacerte un problema?
Claro que no tengo novia, Lisa.

―¿«Claro» por qué?

―¿Habría dejado que me besaras en caso de tener novia?

―Puede. Podrías estar pasando por una crisis con tu pareja.

―No tengo novia.

―¿Y amiga especial?

―¿Por qué tantas preguntas, Lisa?

―Para saber a qué atenerme Jennie.

―¿A qué atenerte?

Lisa bebió de su vaso para ocultar una mueca.
¿Qué podía contestarle a Jennie para salir de aquella pregunta en el que ella solita se había metido?
Si es que… ¿Quién le mandaba a preguntar tanto?

―Bueno cuando has salido a hablar con la vecina, no has dicho nada y cuando me he dado cuenta de que habías desaparecido, me he preocupado. He mirado por la mirilla a ver si estabas fuera y….....

―¿Y? ―interrogó Jennie frunciendo el ceño.

No parecía hacerle gracia que la hubiera espiado, ¿Aunque a quién se la haría?

―Te he visto hablando con esa chica y… sí ―asintió con decisión, mirándola al fin a los ojos gatunos y obligándose a sonreír― he temido por mi vida.
Esa chica tiene pinta de fuerte y digo que pueda pensar mal y me pille rondando a su chica, hasta hay vivo.

Jennie se rio, pero no hacía falta ser muy avispada para darse cuenta de que era una risa forzada.

Le dio la espalda a Lisa, que sentía que había metido la pata, el brazo y todo el cuerpo. ¿Qué había peor que una novia celosa? Una chica que a penas conoce y celosa.

Derritiendo el Frío Corazón de Hielo (Adaptación Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora