Capítulo 26

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Jennie se encontraba en su despacho, atendiendo una llamada telefónica, cuando Nick tocó con los nudillos en la puerta.

Le hizo un gesto con la mano para que aguardara, aunque después se lo pensó mejor y, moviendo exageradamente los labios, le dijo el apellido de su interlocutor.

Nick agitó la mano, como diciendo «Que problema», y se marchó.

Volvió un rato después, con un café en cada mano, uno para Jennie y otro para él.

Jennie seguía al teléfono y la conversación no parecía que fuera a acabar pronto.

El señor de la llamada parecía más ocioso de estos que van al bar a jugar una partida de dominó con sus amigos, que a un ex ministro de economía.

Cada vez que llamaba le contaba la vida a aquella simpática señorita que su amigo Marco tenía como secretaria.

Nick aguantó un minuto allí sentado delante de Jennie, pero cuando el café se le terminó, decidió ponerse manos a la obra.

Se estiró y cogió un montoncito de post-it que Jennie tenía junto al teclado.

Se sacó el bolígrafo que siempre llevaba en el bolsillo interior de la chaqueta y escribió algo.

Jennie lo miró, curiosa, mientras su oreja se encargaba de procesar lo que el señor de la llamada decía y le pasaba a su cerebro solo la información importante, o sea, ninguna.

Cuando terminó de escribir, Nick le acercó el bloc de post-it , girándoselo para que quedara en su sentido de lectura.

«¿Vamos juntos hoy a la fiesta de Lisa?»

Jennie lo miró en silencio y agradeció tener la excusa del teléfono para no contestarle enseguida.

Necesitaba pensar cómo decirle que no al hermano de Lisa.

Nick notó sus recelos, así que recuperó las notas amarillas, arrancó la hoja que ya había usado, y escribió algo más.

«Jennie, prometo comportarme y no merecerme un rodillazo más».

Jennie alzó la mirada rápidamente hacia él.

Así que se acordaba de lo que pasó.

No habían hablado de aquella noche y Jennie había llegado a creer que Nick lo tenía todo borroso, pero al parecer no era así, sino que él se había mantenido prudentemente callado.

Bajó la mirada y releyó la nota. ¿Sería aquella su forma de pedirle disculpas?

Al menos admitía que se había merecido el rodillazo.

Al alzar de nuevo la vista, vio algo que le arrancó una carcajada.

Nick debía de haber arrancado un post-it antes de escribir su última nota, pues ahora llevaba una hojita amarilla pegada en la frente. En la que podía leerse «Por favor».

Tras soltar un suspiro, asintió con la cabeza y Nick alzó los brazos en señal de triunfo.

Se levantó, le hizo un gesto de que luego hablaban y se marchó.

Jennie volvió a prestar atención a lo que le decían a través del teléfono. El mismo señor.

Cuando finalmente colgó, tenía la oreja caliente y dolorida por el teléfono.

Habría usado el manos libres, pero el ex ministro tenía más aguante al hablar que la batería del teléfono.

Miró las notas que Nick había dejado sobre su escritorio y, tras releerlas, las pegó unas sobre otras.

Derritiendo el Frío Corazón de Hielo (Adaptación Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora