Derritiendo el Frío Corazón de Hielo (Adaptación Jenlisa G!P)

Capítulo 53

Cuando Lisa volvió tomó tierra en el aeropuerto de la capital, su amiga Moonbyul estaba allí para recibirla.

Se fundieron en un fuerte abrazo.

―¿Qué tal las cosas por el primer mundo? ―preguntó Moonbyul, dándole al término «primer mundo» aquel tono de burla con el que siempre s pronunciaba.

―Pues… ¿Recuerdas lo que decíamos de que si hay un primer mundo y un tercer mundo, dónde estaba el segundo?

―Sí.

―Pues creo que lo he encontrado.

Moonbyul la miró muy seria a la vez que arrancaba el motor de auto con el que había ido a recogerla.

―Me he enterado de lo de tu familia. ¿Tan mal está la cosa?

―Este año será el último que recibamos donativos de Banco Manoban.

―¿Y eso? ¿Tan, tan mal está la situación? Espero que tu padre no vaya a la cárcel.

―Pues yo espero que sí que vaya y se quede un bueno tiempo.

―¿Pero qué dices? Es tu padre.

―Y no se arrepiente de nada. Bueno, sí, se arrepiente de haber confiado en Jennie.

―¿Quién es Jennie?

―La hermosa chica de gran corazón que filtró todos los documentos.

―Ah, sí. También he leído algo de eso, pero pensaba que era cuento.

―Hasta la última palabra es cierta.

―Una chica que hizo todo para vengar la muerte de sus padres robándole a los ricos, ¿No? Solo le hubiera faltado dar el dinero a los pobres para ser una Robin Hood moderna, ¿No te parece?

Lisa la miró y sonrió.
―No habrá venido, ¿No?

―¿Quién?

―Jennie.

Moonbyul se giró para mirarla y aunque la observó tan solo durante unos segundos, fueron suficientes como para que tuviera una idea de lo que sucedía.

―¿Se suponía que tenía que estar pendiente de la llegada de alguna Jennie? ―preguntó Moonbyul con precaución.

―No.

―¿Entonces? ―interrogó Moonbyul, pero no le dio tiempo a que respondiera antes de continuar―: ¿Y se supone que hablas de la Jennie Robin Hood? ¿La Jennie que le ha robado a tu padre no sé muy bien cuántos millones de dólares?

―Puede que si.

―Puede ―repitió Moonbyul, incrédula.

Guardaron silencio durante varios minutos hasta que Moonbyul, incapaz de mantener su curiosidad callada, interrogó:
―¿Pero entonces esperamos a la sexy fugitiva o no?

―No estoy segura. ¿Y cómo sabes que es sexy?

―No tendrías esa cara de idiota y tu mente por las nubes. ¡Lisa, no me digas que te has enamorado de ella, y has sido la artífice de lo que le está ocurriendo a tu familia!

―No digas tonterías. Yo no sabía nada de lo que Jennie tramaba.

―¿Y lo del enamoramiento no me lo niegas?

Lisa sonrió a la vez que miraba a través de la ventanilla.

―¡Pero bueno! No me lo puedo creer. Me alegro por ti Lisa. Aunque… ¿Se supone que tengo que alegrarme? Es una ladrona y está desaparecida.