Capítulo 9

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―No, mi organización es Internacional Jennie. Pero creía que no querías hablar de eso ahora.

―Lo pregunto porque como al pedir la orden de la comida has usado los nombres en japonés de las cosas, he pensado que quizá…..

―No, pero me gusta la cocina y, como te he dicho, estuve un tiempo en Japón, así que sé el nombre en japonés de las comidas más típicas.

Además, estoy segura que deben aparecer en el menú los nombres que he dicho, porque si no, ¿Cómo vas a llamar a las cosas?

―¿Rollitos?

―¿Y los nigiris , lo que no va enrollado?

―¿Bolas de arroz con salmón encima?

Aquello hizo reír abiertamente a Lisa, que miró a Jennie con buenos ojos, preguntándose por qué su hermano había sonreído de aquella forma tan poco halagüeña cuando se enteró de que sería ella la que tendría que aprobar las donaciones a su organización.

Por ahora lo que conocía de Jennie le gustaba, y parecía una buena persona.

Cogió un menú para ver si habían traducido el nombre de las comidas o les habían dejado la transcripción japonesa, acompañándola de una explicación de lo que era cada cosa.

Jennie aprovechó para mirarla detenidamente.
¿Se ejercitaba? Porque aquellos brazos decían que Lisa sí se ejercitaba lo parecía. Y mucho.

Cuando Lisa encontró lo que buscaba en el menú, Jennie se apresuró a apartar la mirada y cazó con los palillos un trozo de pollo de la ensalada.

―Y bueno, cuéntame ―pidió Lisa, cogiendo también los palillos―, ¿Has salido alguna vez de viaje a otro país?

―Sí, estuve en Estados Unidos de adolescente para practicar mi inglés. Y con tu padre he viajado también a algunos sitios. París, Tailandia, Suiza… y quizá dentro de poco viaje a Ámsterdam, pero no es seguro.

―Pero eso son viajes de trabajo. ¿Nunca viajas por ocio?

―En realidad. No.

―¿No te gusta viajar?

―Claro que sí, pero no puedo permitírmelo.

―No me digas más: Hipotecada hasta las cejas porque te has comprado una casa con tu futuro esposo, con el que te casarás en cinco meses en una boda por todo lo alto que costará un riñón.

―No has acertado ni una ―se rio Jennie, cubriéndose la boca con una mano.

―Entonces, si no viajas, es porque no quieres.

―Me gustaría viajar, pero…..

―¿Pero?

―Ahora mismo tengo otras prioridades.

―¿Pues sabes lo que dice el Dalai Lama?

―Ilumíname.

―Una vez al año, viaja a algún lugar en el que nunca hayas estado.

Ambas se miraron a los ojos durante unos largos segundos, en silencio, y al final fue Jennie la que apartó la mirada, dirigiéndola a la ensalada que ya estaba casi acabada.

―¿Y cómo de desatinada iba con lo del futuro? ¿Completamente desatinada y ni siquiera tienes pareja o solo ligeramente equivocada y tienes pareja pero sin planes de casarte con ella a corto plazo?

―¿No se suponía que tu hermano era mi supuesta pareja?

Lisa sonrió al ver que se acordaba de aquello.
―¿Y lo es? Entendí que no. Aunque ten cuidado porque te digo yo que aunque sea un auténtico espectáculo verte conducir, mi hermano no es tan generoso.

Derritiendo el Frío Corazón de Hielo (Adaptación Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora