Capítulo 22

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Bendita tecnología que le permitió a Lisa meter en su móvil la dirección de Jennie y la llevó directamente hasta la puerta de su casa, pues en un barrio tan grande como aquel y con tantos edificios que parecían iguales los unos a los otros, le hubiera costado encontrarla.

En cuanto salió del metro, el GPS se conectó y le indicó que en diez minutos estaría en su destino.

Era un barrio tranquilo, obrero a todas luces, donde a aquellas horas todavía se veían pasear abuelas, niños y familias, muchas de ellas seguramente de regreso a casa para descansar.

Cuando el teléfono dió alerta de que había llegado a su destino, Lisa se aseguró de que el número que había sobre la puerta coincidía con el que le había dado su padre, y fue a llamar al intercomunicador, pero la mitad de ellos estaban en blanco y no sabía cuál correspondía al 4B.

Lisa estaba decidiendo a qué vecino molestar cuando la puerta del edificio se abrió y salió un hombre cargado con una bolsa de basura.

El hombre de mayor edad saludó con un «Buenas noches» y Lisa aprovechó para colarse dentro del edificio.

El ascensor estaba averiado, así que tuvo que subir hasta el cuarto andando a pie.

Mientras subía hacía el departamento, se preguntó si Jennie tendría una figura tan bonita precisamente por subir a diario aquellas escaleras.

Algo nerviosa, tocó el timbre y aguardó hasta que un ruido en el interior le confirmó que había alguien en casa.

Preparó una sonrisa encantadora paracuando que Jennie abriera la puerta y......

―¿Sí?

No era Jennie quien había abierto. Era otra chica, más joven y rubia. La miró muy curiosa.

―¿Está Jennie en casa?

―¿Eres Jisoo?

¿Jisoo? ¿Qué Jisoo?
―No, me llamo Lisa.

―Ah.

No fue un «Ah» de reconocimiento. La chica rubia que tenía delante no tenía ni idea de quién era ella, Jennie no le había hablado de ningúna Lisa. Pero sí de una tal Jisoo. ¿Quién rayos sería Jisoo?

―Pues Jennie ha bajado a comprar unas cosas que se me han olvidado subir a mí. Volverá enseguida. ¿Quieres que le diga algo?

―No, no hace falta, la esperaré aquí ―respondió Lisa señalando las escaleras.

La chica rubia la miró durante unos segundos, dubitativa, y finalmente preguntó:
―Disculpa mis modales ¿Quieres pasar y la esperas dentro?

―Si no es mucha molestia.....

―Claro que no, pasa, no querrás también tomar una tacita de café. Y cierto. No te asustes por el lio de ropa que hay, estaba doblándola pero me has interrumpido.

Lisa entró en la casa, pero en lugar de adentrarse en el largo pasillo, se quedó plantada junto a la chica rubia para que esta fuera delante.

―Por cierto, me llamo Rosé―dijo ella tras cerrar la puerta.

―¿La hermana de Jennie?

―Exacto. Ven, el salón está por aquí.

Al pasar junto a las puertas del pasillo pudo atisbar una cocina, una habitación y un cuarto de baño.

Era una casa vieja y poco glamurosa, muy alejada de la imagen que Jennie ofrecía en la oficina, siempre elegante y guapísima.

El salón, por suerte, era amplio y acogedor.

Derritiendo el Frío Corazón de Hielo (Adaptación Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora