Capítulo 41

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―Jennie has estado increíble con mis sobrinos ―le confesó Lisa cuando, dos horas después de que comenzara la fiesta, la encontró en el jardín frontal, acariciándole la barriga al pequeño perrito, que también había sucumbido a sus encantos y meneaba la colita de un lado y a otro, encantado con las atenciones.

Pese a que habían puesto unas luces en esa zona de la casa por si alguien quería tomar el fresco, desde que llegaran los invitados nadie había salido.

Nadie salvo Jennie, y Lisa la siguió de inmediato, ansiando poder compartir un momento a solas.

―Son un encanto de personitas.

―Han salido a mí ―bromeó Lisa.

―Sin duda.

―¿También te gustan los perritos? ―preguntó tras unos segundos de silencio en los que Jennie siguió regalando mimos al pequeño cachorro.

―Sí, mucho. Oye, Lisa, no es por meterme donde no me llaman, pero podrías ser un poco más comprensiva con tu hermana.

―¿Comprensiva? ¡Parece que está viviendo una segunda adolescencia! ¿Dónde tiene el cerebro? ¡Ah, sí, no tiene!

―Está enamorada Lisa

―¿De Roy? ¡Por Dios, pero si es un niñito! Me han dado ganas de ubicarlo cuando he visto cómo miraba a mi hermana.

―De Roy no, de su esposo.

―¿Su esposo?

―Sí, su marido, tu cuñado.

―Pero ella me dijo que ya no lo quería. Que se casó sin amor, después se enamoró, y ahora vuelve a no quererlo. Que están juntos porque les resulta más beneficioso.

―Todo lo que hace tu hermana es como venganza por lo que su esposo hace. ¿Que él sale con alguien? Ella se busca un hombre. ¿Qué él se busca una jovencita amiga de ella? Pues ella se busca alguien también cercano. Roy trabaja con su esposo. ¿Lo sabías? Por eso lo ha elegido a él.

―No lo sabía. Pero lo que me dices no tiene ni pies ni cabeza.

―Tu hermana y su esposo tienen una relación extraña. Ellos dicen que han vuelto a ser amigos, pero sé de buena tinta que practican sexo juntos. En compañía, sí, pero juntos al fin y al cabo.

Lisa se frotó la cara. Con el gesto intentó borrar la imagen que le había acudido a la mente con aquel «En compañía».

No quería imaginarse a su hermana en orgías o tríos, intercambios de pareja o a lo que fuera que Jennie se refería con «En compañía».

―¿Recuerdas la noche del viaje familiar? ¿No los vistes cómodos? A su modo, ellos se quieren.

Recordó aquella noche. Todos a su alrededor le habían parecido bichos raros, incluida su hermana, que no entendía por qué actuaba con su esposo como si fueran pareja cuando ella misma le había dicho que llevaban vidas completamente separadas.

―¿Y te parece normal lo que hacen con sus hijos? ―interrogó Lisa, atacando―. Jay solo tiene cuatro años y le quitan hasta la ilusión del Ratoncito Pérez. Y Lucas… Lucas.…..

―Lucas es como su padre ―buscó Jennie las palabras que Lisa no encontraba―. Punto.

―Pero solo tiene diez años y es… es…

―Como su padre. Puede no gustarte, pero es así. Es su primer hijo y su influencia siempre tendrá más peso que la de cualquiera de la familia.

Lisa suspiró, abatida, y se sentó en el suelo, junto a Jennie y los perritos.

Derritiendo el Frío Corazón de Hielo (Adaptación Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora