En la puerta estaba su hermana, llegando tan borracha a casa que necesitaba la ayuda de una de sus amigas.
Reconoció a su hermana pese a que las sorprendió de espaldas, subiendo por la escalera.
O intentándolo, pues su hermana no parecía poder mantenerse en pie y se colgaba del cuello de su amiga, que como podía la agarraba por la cintura e intentaba tirar de ella escaleras arriba.
―¿Qué ha pasado? ―interrogó, aunque la respuesta era obvia.
Asustó un poco a la amiga de su hermana, que soltó una exclamación y comenzó a girarse, aunque Lisa llegó antes hasta ellas y agarró a su hermana por el otro brazo.
―Gracias a Dios, no sabes cómo pesa.
No, no podía ser. Aquella voz…...
―¿Jennie?La chica de mirada felina también pareció sorprendida de encontrarla allí y se inclinó hacia delante, asomándose sobre la cabeza de su amiga.
Abrió los labios para decir algo, pero la borracha se le adelantó:
―¿Acabas de llamarme gorda Kim?Menuda amiga.
―La verdad es que sí que pesas lo tuyo, hermanita.
―¡Anda! Hola, Lisa, no te había visto ―saludó girándose hacia su hermana con rostro feliz y ojos vidriosos.
El aliento le apestaba a alcohol y hablaba arrastrando las palabras.
―¿Qué haces aquí Lisa? ¿No te ibas a quedar con los niños?―Ya estás en casa. Ahora estamos intentando meterte en la cama.
―¿Estamos en casa ya? ¿Tan pronto? ―Su hermana miró sorprendida a su alrededor
―Vaya, es verdad. Mira qué bonita está decorada mi casa. Tengo muy buen gusto, ¿Eh? Para los chicos no, pero para las casas….
Lisa le lanzó a Jennie una mirada interrogante, pero esta negó con la cabeza y se esforzó en subir un escalón más.
Entre ambas, la labor de subirla por el largo tramo de escaleras hasta la segunda planta fue más llevadera y pronto estuvieron en el cuarto de su hermana.
Fue Jennie la que se dirigió hasta allí sin titubear, lo que hizo que Lisa sospechara que no era la primera vez que tenía que acompañar a su hermana no hasta su casa, sino hasta la cama.
―Ayúdame a desvestirla ―pidió Jennie al darse cuenta de que Lisa tenía intención de dejarla caer sobre la cama como un saco de papa.
―Ni hablar ―dijo su hermana―, ¡A mí solo puede verme desnuda mi marido, nadie más!
―Es tu hermana, estoy segura que te habrá visto desnuda antes. Y además, solo vamos a quitarte el vestido, ¿Te parece? Te dejaremos puesta la demás ropa.
―Qué guapa eres ―murmuró la borracha, acariciándole el rostro con la mano a su amiga―, y qué cabello tienes. ―Le cogió un mechón de cabello y se lo llevó a la nariz para olerlo, pero en lugar de inhalar, prácticamente restregó toda la nariz contra el mechón.
―Dale la vuelta Lisa ―ordenó Jennie.
―Pero mira a quién tenemos aquí. ―Parpadeó, intentando enfocarla, y le dio un par de palmaditas en la mejilla―. Mira que eres rara Lisa, pero hasta así estás guapa. Qué hermosa que es mi hermana. De verdad, guapísima.
Al sentir que Jennie le quitaba los tirantes del vestido después de haberle bajado la cremallera, se giró hacia ella
―¿Qué haces tú ahí detrás Lisa? ¡Oh, no! No me digan que se estaban enrollando las dos solas y yo me he metido en medio. Cuanto lo siento chicas. La verdad es que hacen muy buena pareja.

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Derritiendo el Frío Corazón de Hielo (Adaptación Jenlisa G!P)
FanfictieLalisa Manoban es la "oveja blanca" de su familia porque tiene una Organización Social en lugar de trabajar en la empresa de su familia, el Banco Manoban. Ahora está de vuelta en su hogar porque necesita financiación para su proyecto y quiere que su...