Derritiendo el Frío Corazón de Hielo (Adaptación Jenlisa G!P)

Capítulo 3

―¿Es tu novia? ―interrogó Lisa, asomando la cabeza entre los asientos delanteros.

Su postura hizo que Jennie sospechara que Lisa no le había hecho caso y no se había puesto el cinturón de seguridad, pero ya no volvió a insistir. Ya era mayorcita y no se lo repetiría.

―No ―negó su hermano.

―¿Sales con ella?

―No.

―Pero estás intentando salir con ella, ¿Verdad ?

―Hola, estoy aquí ―llamó la atención Jennie, que escuchaba perfectamente la conversación de Lisa con su hermano.

―Diría que tu presencia es algo que nadie puede pasar por alto ―comentó Lisa, pero sabiendo lo que realmente quería decir con aquello era que no hablaran de ella como si no estuviera delante, le preguntó―: ¿Segura que no eres la novia, la amante o la futura esposa de mi hermano?

―No soy su novia ni su amante.

―¿Y futura esposa?

―No.

―¿Sabes que no te creo? ―dijo Lisa divertida.

Desde su posición pudo admirar las piernas de Jennie.

Se había subido la falda hasta casi medio muslo para poder mover las piernas mejor y verla meter las marchas con decisión y maniobrar con el volante con una pericia que ya le hubiera gustado para sí, estaba resultando una visión mucho más erótica de lo que ella nunca hubiera esperado.

Miró disimuladamente a su hermano y se dio cuenta de que esta estaba sentado de tal forma que podía mirar sin que la conductora lo notara.

Lo pilló mirándola.
Qué idiota. Ahora entendía que sin ser su novia ni su amante la dejara conducir, ya que el beneficio era doble: Por un lado estaba la excitante visión que conseguía al cederle el mando y, por otro, estaba segura que permitiéndole conducir ganaba puntos para salir con ella.

―Pues no es mi problema si no me crees.

―Ajá ―contestó Lisa con la mente en otra cosa. Entonces procesó lo que ella había dicho―. No, espera….

Jennie no esperó a nada y pisó el freno más a fondo de lo que era necesario para pararse frente a un semáforo en rojo.

Lisa soltó una maldición al verse propulsada una vez más hacia delante.

―Pero que demo…..

―¿Vas a colocarte el cinturón? ―propuso Jennie, girándose hacia Lisa.

Sus rostros quedaron durante unos segundos a escasos centímetros.

La mirada de Jennie era desafiante y divertida.
―Ponte el cinturón, por favor.

―¿Vas a volver a frenar? A este ritmo, dejas los neumáticos sin dibujitos.

Pese a sus palabras Lisa, se echó hacia atrás y buscó con la mirada el maldito cinturón de seguridad.

Lo vio en la otra punta del asiento; Si quería ponérselo tendría que cambiar de sitio y ponerse en la plaza que ahora ocupaban su bolsita de ropa y el bolso de Jennie.

Le pareció una misión imposible con el poco espacio que había en aquel carro y prefirió no hacer caso.

Al mirar hacia delante, llegó a ver los ojos de Jennie fijos en ella a través del retrovisor.

Su hermano y ella comenzaron a hablar sobre cómo iban los negocios familiares, qué tal le iba a Laly, su hermana con sus tres hijos, sobre su padre… Mientras, el carro salió a la autovía y Jennie le pisó al acelerador.