Cuando Lisa despertó y vio a Jennie a su lado en la cama, durmiendo, no pudo evitar dibujar una sonrisa bobalicona.
No le veía el rostro, pues estaba tumbada boca abajo y miraba hacia el lado contrario, pero la imagen de su espalda desnuda y el cabello revuelto le resultó de lo más sexy.
Le acarició la espalda lentamente y la cabeza y Jennie emitió un pequeño ruidito en voz baja, así que Lisa paró.
―Sigue, continúa.
Lisa sonrió y volvió a llevar su mano hacia la cabeza de Jennie, pero se detuvo y dijo:
―Si quieres que siga, tienes que girarte hacia mí.―¿Por qué?
―Quiero verte la cara.
―Segura que no estoy presentable en este mismo instante, primero necesitaré usar el baño.
―Si quieres que te siga acariciando, gatita consentida, gírate para poder ver tus lindos ojos.
Jennie protestó, pero finalmente volteó el rostro hacia ella.
Lisa vio que la espiaba con un ojo entreabierto y, al apartarle el cabello del rostro, se dio cuenta de que sonreía.
―Buenos días Nini―susurró Lisa besándola en la mejilla.
―Sigue con los mimos ahora.
―Menuda gatita mimada ―se carcajeó Lisa, y volvió a llevar la mano a la espalda de su chica, dibujando formas sobre su piel.
Sus dedos fueron apartando las sábanas hasta alcanzar su trasero y delineó con deleite su curvatura.
Al mirar a Jennie al rostro, vio que ella la estaba observando atentamente y que sonreía.
―¿Qué te apetece hacer hoy Jennie?
―Que sigas por donde ibas.
―Me quedo sin cuerpo para acariciarte.
Jennie se volteó.
―Aquí tienes más piel que explorar.―Mmm... sí. Pero esta es diferente, tendré que explorarla de otra manera más detenida.
―Explórala como quieras Lisa.
Mientras sumergía su mano entre los muslos de Jennie, llevó su boca hasta los pechos de su gatita, empezando por el izquierdo y después dándole mimos al derecho.
Jennie comenzó a gemir apenas un segundo antes de que la puerta de su habitación se abriera de golpe y entrara Rosé.
―¡Arriba dormilona, AAAAAAAAAA!
Jennie y Lisa se cubrieron rápidamente con las sábanas a la vez que Rosé se daba la vuelta y salía rápido de la habitación.
Después Rosé se lo pensó mejor y se giró de nuevo hacia ellas.
―¿Esa es...? ¡Pero que demonios hace ella aquí! ―exclamó Rosé molesta al reconocer a Lisa.
―¿Puedes darte la vuelta? De hecho, ¡Sal de mi habitación ahora!
―A ti se te ha ido la cabeza o qué !Que no piensas lo que haces!
―¡Que te largues en este mismo instante!
Refunfuñando algo que no entendieron las dos pero que no sonaba nada bien, Rosé salió de la habitación de su hermana dando un portazo.
―Nos ha encontrado en roja ―murmuró Lisa, poniéndose de pie y buscando su ropa―. ¿Y por qué tu hermana me odia tanto?
―No te odia.
―¿En serio?
―Bueno, quizá te odia un poco, pero no es por ti, es porque eres de apellido Manoban.
―Lo suponía. Vi que tiene una camiseta antidesahucios, así que supongo que mi familia no le debe caer especialmente bien. ¿Y cómo lleva que tú trabajes en un banco?
Jennie se encogió de hombros a la vez que se ponía la parte de debajo de su pijama.
―¿Sabe lo de... bueno, tus tratos con mi padre?
―No.
―En algún momento tendrás que decírselo a tu hermana.
―Sí, cuando me vaya contigo lejos ―replicó Jennie acercándose a Lisa para darle un beso.
Lisa sonrió.
―Entonces anoche ibas en serio.―¿Tú no? ―Sonó preocupada.
―Sí, claro que sí, estoy totalmente segura de lo que te dije anoche. Solo me alegra saber que tú también Jennie. Me haces tan feliz.
Volvieron a besarse hasta que Jennie con desgana, la apartó.
―Debería hablar con mi hermana tranquilamente.
―De acuerdo, capto la invitación a marcharme. ¿Quedamos esta tarde Nini?, Te invito a un helado y al cine a ver una película.
―¡Entonces tenemos plan juntas! ―Jennie se inclinó y la besó de nuevo.
Lisa se levantó y se dirigió hacia la puerta, pero antes de abrir, se giró y preguntó―: ¿Peligra mi vida si tu hermana me ve salir por la puerta?
―No creo ni que te hable. Eso sí, ¿Las miradas matan?
―Creo que todavía no.
―Entonces no corres peligro.
―¡Bueno, tú puedes Lisa! ―se autoanimó, y tras abrir la puerta, se dirigió a la salida corriendo.
Jennie conocía bien a su hermana y, como había predicho, esta no despegó los labios cuando la vio salir.
Lisa le dijo «Adiós, un placer» pero Rosé no replicó, solo la miró muy seria.
Sin embargo, una vez Lisa estuvo en el rellano de la puerta y antes de que llegara a cerrar por completo el acceso, de la puerta fué corriendo a su habitación y oyó un estruendoso:
―¿¡TÚ ESTÁS LOCA JENNIE!? ¿Cómo se te ocurre meterte con esa chica?
!Esto no era parte del plan que tenías!
¿Cómo pudiste caer tan bajo? ¿Eres conciente de lo que haces con tu vida?........................................................................
Gracias por leer ✨
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Derritiendo el Frío Corazón de Hielo (Adaptación Jenlisa G!P)
FanfictionLalisa Manoban es la "oveja blanca" de su familia porque tiene una Organización Social en lugar de trabajar en la empresa de su familia, el Banco Manoban. Ahora está de vuelta en su hogar porque necesita financiación para su proyecto y quiere que su...