CAPÍTULO 31

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Nate

Le coloco el cinturón de seguridad a Matt y me abrocho el mío.

«La seguridad ante todo y en todos los sentidos»

Íbamos a comprar algo para comer y poder jugar un buen rato en la play station 5.

No tengo ningún vicio a las drogas o algo así, lo mío son los videojuegos.

— ¿Aiden no vendrá con nosotros, cierto?— me pregunta él de repente.

Lo miro por el espejo retrovisor y sus orbes azul claro chocan con las mías.

— Se le presentó algo importante y por eso no podrá venir.— respondo simple y pongo en marcha mi deportivo.

Mi hermoso y amado deportivo. Así como las mujeres aman los tacones, novelas o algo parecido; yo amo el fútbol y los autos. « Algo muy simple y común»

— También pudo tener miedo a que le gane como las otras veces, ¿no crees?— alardeó.

Sonrío divertido por su comentario.

Mi amigo no es fanático a jugar videojuegos pero tampoco le gusta perder; si bien es cierto que días atrás jugó del asco y le ganamos, tanto así que terminamos aburriéndonos, Matt y yo; fue por su situación con el angelito el motivo de su desconcentración.

— Seguro es eso.— digo al fin.

Mi relación con el hermano de la novia de Aiden es bastante agradable considerando la diferencia de edad para una amistad. Soy hijo único y siempre quise saber que se siente tener hermanos, aunque vea a Aiden como uno, siempre me imaginé ser el hermano mayor. « Cosas que jamás me sentiré»

— ¿Mi hermana está con Aiden?— me saca de mis cavilaciones — Sofía dijo que se fue con Lía y su mamá, pero anoche no volvió. — añade.

Qué controlador mi pequeño amigo.

—¿Seguro que quieres ser piloto, Matt? Tienes pinta de que serás un buen Policía, detective o algo así.

«No se le escapa nada a este enano»

— ¿Por qué elegir uno? Puedo ser las cosas que quiera, tengo la capacidad.— ríe — ¿Me dirás?

Lo veo por el espejo y me hace ojitos como el gato con botas.

— Sí, está con Aiden, ¿contento?— asiente— Llegamos.

Anuncio después de unos 15 minutos de viaje y nos encaminamos al supermercado.

— No soy fanático de la comida saludable pero eso definitivamente no.— le hago saber.

Con la mirada me pide que lo deje llevar los tarros de nutella pero no cedo. Tiene más de cinco en las manos.

¡Le dará un coma diabético!

— Cuando digo no es no, Matt.

— No las quería... solo lo hacía por molestar.— se encoje de hombros fingiendo desinterés y coloca solo dos en el carrito dejando el resto donde estaba.

— Eres un pequeño mentiroso.— entrecierro los ojos en su dirección.

Le revuelvo esos rizos rubios con mis manos para molestarlo.

— ¡No me despeines que después me veo feo y no le gusto a las niñas!— quita mis manos y se pasa las suyas por su cabello.

Arreglándolo.

Devuelvo mi atención a las chucherías y hablo:

— De seguro te has de comer los mocos todavía y ya piensas en niñas.— lo molesto mientras tomo algunas chucherías.

Mr. Müller ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora