***En algún lugar de Inglaterra ***
Miro mi reflejo en el espejo del baño de este lujoso hotel.
No merezco menos que esto.
— Esto es sólo un paso más para llegar a donde quiero. — me digo mirándome fijamente.
Me aseguro de que mi lencería este en su lugar y deje a la imaginación la mejor parte. Alboroto mi corta cabellera castaño claro y sonrío.
«Soy perfecta»
Me ato el albornoz y abro la puerta del baño.
— ¿Estás listo para la mejor noche de tu vida?— me detengo en el marco de la puerta en una pose sexy.
Muy básico pero funciona.
Un hombre cae ante los encantos de una mujer que sabe lo que tiene y sabe usarlo a su favor, usen el cerebro, o debo decir...¿su cuerpo?
— Eres hermosa— su acento americano me resulta sexy.
Es una pena que su físico no lo sea.
Le doy la espalda y dejo caer la tela que cubría mi sexy lencería.
— Lo sé, Trevor. — muerdo mis labios y camino lentamente hasta él.
«Demasiada mujer para tan poca cosa». Añado en mi mente.
Finjo que no me doy cuenta que a comenzado a tocarse por encima de su traje.
— ¿Serás bueno conmigo? — bato mis pestañas postizas en un gesto inocente.
Sus pupilas dilatadas me hacen saber lo patético y predecible que es. Como todos los hombres que se dejan llevar por la pasión que le despierta una mujer, no son capaces de ver más allá, sus— en su mayoría — diminutos penes, no se lo permiten.
— Ven aquí y déjame probar tu coño.— me tiende su mano para que me siente junto a él en la cama king.
Oculto una mueca de asco y sigo en mi papel de sumisa.
Este esperpento no es capaz de hacerme mojar ni por lástima.
No es él, no es mi hombre.
No es Aiden Müller.
Con los recuerdos de su enorme polla venosa, dura, gruesa y la manera ruda en la que teníamos sexo, dejo que este vejete tome mi cuerpo a su antojo.
Todo tiene su propósito.
Mañana mi cuenta bancaria tendrá un par de millones más si es que no quiere que el vídeo que estoy grabando en este preciso momento llegue a su esposa allá en Estados Unidos.
— Eres el mejor — sigo con mi teatro.
Un ministro más en mi lista.
Cuando me aseguro de que nadie me está viendo, abro la puerta trasera del lugar e ingreso. Meto la llave en la cerradura y la giro, una vez dentro de mi departamento me quito los enormes tacones y enciendo las luces de mi departamento.
Doy en un respingo en mi lugar cuando veo a alguien sentado en mi sofá.
— Me asustaste idiota, ¿Qué haces aquí?
Me quito la peluca y dejo mi cabello libre.
«Al fin»
— ¿Otro más?, no puedo creer que sean tan idiotas y se dejen manipular tan fácilmente.
Ruedo los ojos y paso de largo directo a mi habitación.
Pasada una media hora salgo con una toalla alrededor de mi torso, luego de darme una ducha relajante y quitar todo rastro de ese imbécil.
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Mr. Müller ©
Genç Kız EdebiyatıEmily Williams, alrededor de un año de edad fue abandonada en las puertas de un Orfanato en Londres, fue encontrada envuelta en una sábana dentro de una canasta, en malas condiciones con un golpe en su cabeza y una nota diciendo: Emily... Lo siento...