Aiden
Sonrío con algo gracioso que dice mi tío Adal. Sí, al fin pude venir a la casa de mis padres, no tenía más opción si quería seguir con vida.
— Tu padre era muy malo para pescar — sigue diciendo con burla. Nos estaba contando una anécdota de cuando eran más jóvenes y mi padre no era fanático de las actividades del campo.
«Lo suyo siempre fueron los negocios»
— Para eso te tenía a ti, Adal. Mientras tu te dedicabas a jugar al pescador, yo me relaja y veía lo tonto y desesperado que te ponías por no atrapar ninguno. Porque eras muy malo, debo decirte — se defiende el mayor de los hermanos Müller, claro, no era yo — . Con lo fácil que era y es, enviar a alguien a comprar lo que quieras al mercado — bebe de su copa de whisky.
Ahora fue momento de que mi tío se quede en silencio mientras también bebe de su copa. No lo mal interpreten, ellos se quieren mucho, pero son como Lía y yo, les gusta molestarse el uno al otro.
Cuando nos reunimos con la familia de mi padre hablamos todo el tiempo Alemán. Es la lengua materna de todos los Müller, exceptuando a mi mamma que es italiano; pero que domina el idioma a la perfección.
No tan solo es bella sino también inteligente y exitosa.
— Tío, ¿Aún sigue viviendo en la mansión de Hamburgo? — cuestiona Lía. Está sentada en uno de los muebles junto a mi prima Julia, que tiene doce años. Ella es hija de mi tía Alda, quien está ahora mismo con mi mamma en el jardín de la casa.
Se llevan muy bien y no hay poder humano que las separe cuando se ponen a platicar sobre flores, cocina o en fin. En ese momento dejan de ser las mujeres empresarias y hablan de temas de cualquier mortal.
— Por supuesto que si, querida sobrina. ¿Qué pregunta es esa?, los Müller nunca perdemos, siempre ganando y sumando como siempre. ¿Verdad padre?
El nombrado deja de prestarle atención a su nieto y conecta su mirada con la de mi tío. Azul con azul.
— Me sentiría avergonzado si fuese diferente — es lo único que dice para volver a escuchar a su nieto.
El pequeño Liam que tiene seis años y es el menor de todos sus nietos, hasta ahora. Pues mi tía Alda está embarazada de mellizos.
Las siguientes horas me dedico a pasarla bien junto a mi familia.
Sin ánimos de seguir manteniendo una conversión con alguien de los que están allá afuera en la gran sala de estar, decidí venir al cine que tienen mis padres aquí y que fue mi lugar favorito por muchos años cuando era solo un niño.
Amaba ver las caricaturas o mis películas favoritas en grande, Nate también las veía conmigo.
— Mi mami me dijo que tenías novia, ¿es cierto? — la tierna vocecita de una pequeña niña de cabellos castaños me regresa a la realidad.
La tenía apoyada sobre mi pecho mientras veíamos alguna clase de Barbie que — en lo particular— yo no le estaba prestando atención en lo absoluto.
— Sí, Julia, tengo novia.
Gira la cabeza en mi dirección como el exorcista y me hizo reír un poco. En lugar de darme miedo me causó gracia.
— ¡Tienes novia! — dice como si fuese un crimen — ¡Mi papi me dijo que eso es del diablo! ¡Te va a llevar el diablo! — sus ojos redondos se ponen rojos.
Se va a echar a llorar en cualquier momento.
— ¿Qué? — me es inevitable preguntar — No llores y cuéntame porqué dices eso — digo extrañado. ¿Qué le dijo Edward?
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Mr. Müller ©
ChickLitEmily Williams, alrededor de un año de edad fue abandonada en las puertas de un Orfanato en Londres, fue encontrada envuelta en una sábana dentro de una canasta, en malas condiciones con un golpe en su cabeza y una nota diciendo: Emily... Lo siento...