Mr. Müller ©

CAPÍTULO 48

¡Mr Müller llegó a los 450K, muchas gracias!

Emily

Mientras me miro en el espejo del baño me acomodo el cabello, que me quedó todo alborotado por esos besos calientes que nos dimos.

Tengo los labios hinchados y la cara me arde.

— Tienes que bajarte la calentura — señalo mi reflejo.

Pero  sé que es imposible con Aiden hacerlo, ese cuerpo grande, musculoso — no en exceso — y sus labios que son mi perdición. «Todo en él hace que quiera tenerlo sobre mí»

Cuando pasan unos minutos y el calor de mis mejillas disminuye, salgo del baño y me coloco una camisa de él encima para salir de la habitación y ver quien interrumpió nuestro momento apasionado.

Acelero el paso cuando una voz muy conocida para mí se escucha…y no m equivoco, es Boris quien está hablando con Aiden en medio de la sala de estar.

— ¿Boris? — llamo aún sin poder creerlo.

Una sonrisa se forma en mis labios cuando ambos se dan la vuelta y me miran al llegar. ¡Es él!

Un hombre alto, de cabello negro, piel pálida, con un color de ojos muy bonitos y algunos dibujos en sus brazos que reconozco como tatuajes…es mi amigo de infancia, Boris Bennett.

— ¡Bastoncito, soy yo! — me asegura con una sonrisa.

Sin pensarlo mucho le doy un abrazo que gustoso acepta, no puedo creer que esté sucediendo esto.

— ¡Al fin te veo en persona! — susurro, abrazada a él.

Solo habíamos tenido contacto a través de videollamadas y nada más. Su entrenamiento era muy demandante y no tenía tiempo casi para nada, pero gracias al móvil y la tecnología hoy pude reconocerlo, verlo en persona y no en una pantalla.

— ¿Cuándo llegaste a ciudad? ¿Qué hace aquí? ¿Como sabias donde estaba? — lo bombardeo de preguntas y él sonríe.

Cuando nos separamos siento la mirada intensa de mi novio en mi espalda, olvidé por completo que también estaba aquí, así que doy un paso atrás para ponerme a su lado, al estar tan cerca, puedo tomar su brazo.

Alzo la mirada y le doy una pequeña sonrisa, él l me la intenta devolver pero le sale como una mueca.

«Creo que se enojó»

— Yo también me alegro de verte, Mily... y que tu también me puedas ver a mí — regreso la mirada a mi amigo y asiento — . Vine a Swindon a realizar un trámite, también quise aprovechar el momento para darte la entrada personalmente a mi primer pelea de manera profesional — cuenta —. Fui a buscarte a casa de Sofía pero me dijeron que ya no vivías ahí, dudé en venir hasta aquí pero quería saludarte, son varios meses los que no te había visto — finaliza.

Una sonrisa genuina se forma en mis labios, la acción de darle otro abrazo se ve imposible con el brazo que rodea mi cintura y me pega a su cuerpo con más fuerza, prefiero no tentar al diablo y no insisto más, me mantengo en mi sitio.

—Estoy viviendo con Aiden hace unas semanas, olvidé comentarte eso, pero con todo el ajetreo de este tiempo se me pasó por alto, igual sigo yendo a casa de las Jones, las considero mi familia — explico, igual no es que hablemos a diario, solo de vez en cuando y creo que está bien — . Y gracias por la entrada, te prometí que estaría ahí y eso haré, amigo.