Aiden
Me encontraba manejando mi hermoso Audi para ir a almorzar con Lía, unas horas atrás me envió la dirección del lugar. Unos minutos después llegué al lugar y sin perder tiempo ingresé, les di el nombre Lía que era la que había hecho la reservación.
Al principio me sorprendió que no haya elegido el restaurante de mi madre.
Y cuando vi esa cabellera rubia, supe que era de mi hermana, ella era una jovencita de veinte años, ojos azules, tez blanca, alta en comparación con otras chicas de edad. Tengo una hermana muy linda, pero con un carácter que te hacen querer enviarla a otro lado, lejos de ti. Pero eso no evita que mocosos babosos se acerquen a ella.
— Hallo Schwester—saludé.
Levantó la mirada de su celular y de un salto se levantó de su silla y me abrazó.
—¡Hermanito!— A este paso me voy a quedar sordo antes de tiempo con sus gritos.
Correspondo a su abrazo —Estoy cerca Lía, no hay necesidad de gritar— nos separamos y tomamos asiento—No estas perdida.
—Tienes un gran ánimo, de seguro es porque estás aquí con tu hermana, tu mi favorito.— da un sorbo a su vaso con agua.
Se acerca el mesero por nuestra orden y pedimos un filete de carne con verduras.
—¿Y a qué se debe esta reunión?, si se puede saber.
—¿Acaso no puedo solo almorzar con mi Único hermano?—enfatizó el único
—Hace minutos atrás me dijiste que era tu hermano favorito, decídete— Doy un trago a mi vino que me sirvieron segundos antes — y definitivamente no creo que sólo quieras almorzar conmigo.
—Bueno, no tengo muchas opciones respecto a ti— sonríe— Así que, eres mi único hermano y por lo tanto, el favorito. Pero si hubiera otro, de seguro no serias tú, créeme; con ese carácter que te cargas— suspira— Valórame hermanito.
Oculto una sonrisa que se me quiere salir con todas sus ocurrencias.
Llega el mesero con lo que pedimos y nos dedicamos a comer.
—¿Y ya tengo cuñada o todavía no?—me pregunta
—No, y ya no sigas preguntando.
—Pues yo ya quiero ser tía, y tú te estas poniendo viejo—se pone seria— Yo no tengo en mis planes ser madre por ahora, y con eso de que solo te tengo a ti, pues...Me preocupa.— termina de decir.
¡Dios, porqué no me diste una hermana normal!
—Si eso era todo, me voy.— me acerco a ella y beso su mejilla.
Me voy, ignorando todo lo que me dijo, no sin antes cancelar la cuenta. Cuando estaba subiendo a mi Audi suena mi celular, reviso y es un mensaje.
«Lo siento, Aiden. Te quiero hermano»
—Y yo a ti, Lía. Aunque seas un grano en el culo.— escribí y envié.
Después de regresar a la compañía y terminar unos pendientes, me fui de allí, pasé por una tienda y compré una caja de chocolates, las flores con ella quedan descartadas por ahora.{*}
Ingresé y lo primero que noté fue que la puerta no hizo ruido cuando entré, no le seguí dando importancia a ese detalle y avancé, unos metros más adelante estaba Emily, atendiendo a un chico; quien no dejaba de mirarla embobado.
—Tranquilo, no pasa nada; de seguro está comprando algo para su novia—Me susurré a mí mismo.
¿Y si es otro idiota haciendo lo mismo que tú?
Cerré mis ojos y me quedé a un lado de la puerta, esperando para poder acercarme a ella. Tenía que tranquilizarme y no actuar como un idiota y enojarla más.
Miré hacia los lados buscando a los demás trabajadores y al niño.
La castaña también atendía a una chica en una esquina del lugar, el rubio—Kyle— estaba en caja mirando su celular.
Del niño no se veía ni sus luces. Punto a favor para mí. En ese tiempo nadie había notado mi presencia, y eso me permitió observar a la hermosa chica de ojos café a unos metros de mí.
Unos minutos después el mocoso se marchó y me acerqué.
Carraspeo fuerte intencionalmente para llamar su atención y funcionó — Antes que nada, debo decir que vengo en son de paz— hablé.
La sonrisa que tenía en sus labios pensando tal vez que era otra persona se quitó enseguida, para fruncir sus cejas.
—¡Dios!— la escuché decir por lo bajo— Pensé que tendría la decencia suficiente y no volvería más por aquí.
—Se equivocó— me acerqué a ella—, le traigo un regalo como muestra de mi arrepentimiento.
—Puede regresar por donde vino con regalo y todo—espetó— No lo quiero.
—Pero si hubiera sido el mocoso de minutos atrás, lo hubieras aceptado— digo en tono molesto.
Cuando me dí cuenta de mis palabras ya era demasiado tarde. Trottel.
—¿Qué está diciendo?— dijo más enojada que antes, con justa razón— ¿Me estabas espiando? ¡Y si le acepto o no algo alguien no es tu maldito problema!
Entiendo su enojo, se supone que vine a disculparme no a hacer que me odie más.
—Tienes toda la razón, soy un imbécil.— acepto.
—¡Al menos lo admites!
—Mi regalo son unos chocolates— le digo
—Ya te dije que no quiero tus choc..— se calló— ¿Qué dijiste que eran?—preguntó curiosa.
No pude evitar soltar una risa, ella era tan... ella.
—Unos ricos y deliciosos chocolates—contesté— que voy a tener que regalar a otra persona, ya que tu no los quieres aceptar.— fingí tristeza en mi voz.
Ella se quedó en silencio unos segundos.
—Bueno... pues... pensándolo de ese modo—juntó sus manos—, yo no los podría rechazar, sería una ofensa para ellos si yo lo hiciera, así que los acepto.
Cuando los tuvo en sus manos añadió — Pero eso no significa que te haya disculpado, lo hice por los pobres chocolates que se pondrían tristes, si no cumplen su misión.
—¿Qué misión?—dije confundido.
—Alegrarle la vida a las personas con su delicioso sabor, ¿Quién soy yo para impedir eso?, nadie.— dijo obvia—hombres.—susurró lo último.
Que les de diabetes y se enfermen también, pero no dije nada.
—Vaya, que sacrificio de tu parte—digo burlón
—¡Pero por supuesto! que no te quede duda— me dijo divertida.
Me sorprendía la manera en que habían cambiado las cosas en minutos.
—En verdad, lamento lo que sucedió anteriormente y lo de hoy también...— volví a decir.
No me dijo nada y tampoco espera que lo hiciera, estaba por marcharme.
—Te disculpo, haré borrón y cuenta nueva, ¿De acuerdo?—
Vi su mano extendida hacia mí— bueno, un poco desviada— para que la estrechara y eso hice.
—De acuerdo, muchas gracias, Mily.
—¿Mily? tu sí que vuelas, Aiden—negó divertida— pero te lo permito por los chocolates, amigo.
—¿Amigo? ¿Somos amigos?— ahora pregunté yo divertido.
—Ummm, podría ser...
—Aceptaré ser tu amigo solo por el momento, Brünette.— Con lo que dije frunció su ceño sin comprender.
—Adiós, meine schöne brünette.— digo. Coloqué una de mis manos en su mejilla y me acerqué para dejarle un beso allí.
Me tardé más de lo normal dándolo.
Me dí la vuelta y me encaminé a la puerta, mientras lo hacía pude ver a la castaña y al rubio mirarme con a boca abierta, al ver que me di cuenta de ello, quitaron su mirada.
Al parecer vieron todo el espectáculo, y no me importa, al contrario; que se acostumbren a verme por aquí.
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Con mucho amor para ustedes,Solange B.
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Mr. Müller ©
ChickLitEmily Williams, alrededor de un año de edad fue abandonada en las puertas de un Orfanato en Londres, fue encontrada envuelta en una sábana dentro de una canasta, en malas condiciones con un golpe en su cabeza y una nota diciendo: Emily... Lo siento...