CAPÍTULO 1

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Emily

Cuando comprendes que tus padres te abandonaron en un Orfanato y que no les importaste, todo cambia en ti.

«Te pasas muchas noches pensando en qué hiciste mal para que no quieran» . Pero dejando eso de lado, me encantaría poder describirles cómo soy físicamente, pero eso algo que ni yo misma sé. Cuando me situaba frente a un espejo sólo podía divisar una silueta oscura y borrosa; así que no es mucho lo que les puedo decir, solo que muy pronto cumplo veintidós años y no tendré un techo donde dormir.

Volviendo a la situación en la que me encuentro, definitivamente las cosas nos estaban saliendo como lo imaginé, «fatal». No habría podido ser de otra manera si no tienes a donde ir y el poco dinero que habías robado, sí, robado en el Orfanato, tenías que ahorrarlo para largarte de ese lugar y que no los encuentren y te separen de tu única familia. Mi pequeño Matt.

Habíamos caminado tal vez por un par de horas sin parar desde que salimos del Orfanato. Ya no sabía que hubiese sido peor; si empezar a caminar bajo los fuertes rayos del sol o con este frío que te congela hasta los huesos, pero la primera opción es casi imposible, aquí en Inglaterra lo que menos hay es sol, aunque me gustaría que fuera así. Ha sido muy difícil avanzar y no morir en el intento. Nos encontramos cansados y hambrientos.

- Me duelen mucho los pies y tengo frío, Mily- escuché decir a Matt.

Sabía que lo estaba y no sólo eso, tenía hambre al igual que yo. Pero esto lo veníamos venir, pero una cosa es haberlo imaginado y otra muy distinta a vivirlo.

«Era mucho más difícil»

- Lo sé, Matt - se me retuerce el corazón de hacerlo pasar por esto - . Dime si ves algún lugar donde podamos descansar y que no llamemos la atención- le recalco, tardó unos segundos en responder, pero luego me guío a unos bancos que encontró.

Paso una mano por mi cabello nerviosa y sigo las instrucciones que él me ha, es un niño muy inteligente y sé que buscará lo mejor para nosotros.

- Todo estará bien - digo en voz alta y lo abrazo con mayor fuerza su pequeño cuerpo tembloroso.

Se lo digo a él y sobre todo a mí, tiene que salir bien.

Luego de haber descansado unos minutos, le pedí a Matt que me diga si cerca de nosotros había algún lugar en donde podríamos comprar algo para comer.

Dependo de él para muchas cosas ya que no puedo ver, somos un equipo. «Matt tiene la visión y yo con mi bastón nos protegeré»

-Debemos comer algo, sobre todo tú - aclaro - . No queremos que te enfermes, eso sí que no -sonrío en medio de nuestra situación- , suficiente tenemos con este frío que nos congela hasta los huesos.

-Puedo no comer un tiempo más- me dice él pero yo sé que no es cierto. Aunque quiera mentirme, los ruidos que hacen su panza desde hace rato lo delatan - . Y con el frío me puedes dar muchos besos y muchos abrazos para que se me quiten, tú eres mi super-hermana.

Una súper-hermana que lo tiene pasando hambre y frío en las calles.

- No dudes de que te daré muchos besos y abrazos - confirmo - . Ahora vamos a comprar algo para comer y punto, luego buscamos cómo podemos marcharnos a otra ciudad o al pueblo más lejano que podamos para que nadie nos pueda separar - hablo, decidida.

Tal vez se han de preguntar, ¿Cómo un niño de siete años puede ser muy inteligente?, Y yo tampoco tengo la respuesta, pero vivir en un lugar donde debes estar alerta las 24 horas al día, puede tener algún efecto positivo al menos. No puedo saber cómo se maneja el mundo fuera de donde nos encontrábamos, pero puedo asegurar que me sé defender y muy bien.

Mr. Müller ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora