♡No seas lector fantasma, por favor♡
Emily
La vida se está comportando como una perra conmigo.
No fue suficiente que Matt y Nate hayan salido lastimados; que ahora una mujer que dice ser mi madre aparece en mi no tan perfecta vida.
«Increíble»
— Señora, ya le dije que no soy su hija, me está confundiendo con alguien más. — digo con calma.
No le hayo otra explicación a esto, ella me debe estar confundiendo con otra persona.
Me niego a aceptar otra respuesta.
— No, tu eres mi hija, eres mi Emily. — dice segura.
Todo mi cuerpo se tensa cuando me llama por mi nombre y pone sus manos sobre mi rostro.
— ...Eres tú. — susurra.
No reacciono por unos eternos segundos mientras proceso sus palabras.
— No puede ser.— de un tirón quito sus manos de mi rostro y a tientas me acerco a la cama donde descansa Matt.
— Lo siento...lo siento.— repite—Perdóname, hija.— escucho como camina hasta mí.
— No soy nada suyo.— logro decir a pesar de todas las emociones que siento en estos momentos.
Una mezcla extraña de sentimientos que no me gustan.
— ¡Eres mi hija, perdóname...yo no quería hacerlo!
Me quedo en silencio negándome a creer esto.
—¿Mily?— la voz adormilada de Matt se escucha —¿Qué sucede?
— Nada, tu descansa, ¿sí? — una de sus manos toma la mía.
Se remueve y su cuerpo se pega más a mí.
— Esa señora se acercó a nosotros en el estacionamiento.— dice él, no haciendo lo que le pedí.
Frunzo mis cejas por lo que me cuenta.
— ¿Qué me estás diciendo? — mi voz sale trémula.
Como puedo me acerco más a su cuerpo y paso una mano por sus hombros, con todo el cuidado del mundo para no lastimar su pierna.
— Me quería llevar con ella pero Nate no lo permitió.— dice todo en un susurro.
¿Y por qué yo no sabía nada de esto?
— ¿Por qué no me dijiste nada? — le pregunto e ignoro esta mujer que repite lo mismo sin cesar: « Eres mi hija»
— No lo recordaba.
Inhalo y exhalo lentamente.
— ¡Tienes que venir conmigo, eres mi hija, mi pequeña Emily!— me agarro con fuerzas de la cama cuando siento que tira de mi pie con fuerza.
— ¿Qué está haciendo? — digo ya alterada.
Unos pequeños brazos me rodean y me aprietan con fuerza a su pequeño cuerpo.
— S-soy tu madre. — me responde sin dejar de tirar de mi pie.
Debo estar teniendo una pesadilla de mal gusto, sí, eso debe ser.
— ¡No es cierto! ¡Váyase de aquí! — le digo en un grito para que me deje en paz y entienda que yo no soy nada suyo.
Puedo sentir que cada vez me falta más la respiración, no me estoy sintiendo nada bien. Tengo un nudo en la garganta y los ojos me arden.
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Mr. Müller ©
ChickLitEmily Williams, alrededor de un año de edad fue abandonada en las puertas de un Orfanato en Londres, fue encontrada envuelta en una sábana dentro de una canasta, en malas condiciones con un golpe en su cabeza y una nota diciendo: Emily... Lo siento...