La habitación roja

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Cuando llegamos a mi casa, nos encontramos a Kate y a Tim en el sofá uno sobre el otro, creo que no hace falta explicar lo que tenían intención de hacer ¿No?.
Benedict carraspeó y puso su cara seria habitual mientras que yo tenía las mejillas sonrojadas.
Ambos se separaron rápidamente y su hermano se subió los pantalones.
-Hola- dijo El chico estrechando mi mano -tu debes de ser (T/N)_______, Kate me ha hablado mucho de ti-
-Si- dijo Benedict -venga que algunos tenemos que trabajar aunque sea Domingo-
-Aj vale- dijo antes de besar a Kate -nos vemos nena-

Tim abandonó el piso y Benedict tomó mis manos.
-Max te recogerá a las 7 en la ferretería- dijo mirándome directamente a los ojos -¿De acuerdo?-
-está bien- dije con un leve sonrisa.
-Mándame un correo si tienes algún problema- dijo con una leve sonrisa.
-Se me a averiado el ordenador- dije.
-Pues llámame- dijo acariciandome -ya tienes mi número-
-Vale- reí.
-Nos vemos nena- dijo hciendo burla su hermano mientras me acariciaba con un sonrisa par luego irse.

Kate y yo nos miramos con unas risillas de alumnas de instituto, había sido una gran noche para ambas.
-Si habeis quedado otra vez- dijo KAte -es que anoche hubo tema-
-No- reí -solo nos besamos una vez-
-Que raro- dijo ella -¿Y esta ropa?-
-Me la ha comprado él- dije sonriendo -ayer vomité sobre la mía y se encargó de que su chófer me la comprase-
-Ouuu- dijo ella -le gustas-
-No no le gusto- dije antes de ponerme a pensar en la situación de aquellaa mañana -o puede que si-
-si hace eso es que le gustas- dijo ella riendo -Venga tienes que ir a la ferretería, Ah y Mike te ha llamado dos veces ¿Qué os pasó ayer?-
-YA te contaré mañana- dije riendo -puede que no vuelva esta noche-
-Vale- dijo abrazándome -te quiero-
-Y yo- dije antes de irme

Pasé toda la tarde trabajndo en la Ferretería hasta que el reloj dió las siete. cuando Sali Max me estaba esperando fuera, era un hombre alto rubio de ojos oscuros y cabello corto.
-Buenas noches señorita (T/Apellido)_______- dijo MAx -El señor Cumberbatch la espera-
-Gracias MAx- dije cuando me abrió la puerta y me senté delante -¿A dónde vamos?--
-No tengo el permiso para darle esa información señorita- dijo él con una sonrisa -solo puedo decirle que esta noche se divertirá mucho-
-Oh venga Max- dice poniendo ojitos -aunque sea solo una pequeña pista-
-No- dijo serio.
-Está bien- dije riendo.

Tras un largo trayecto llegamos a un gran edificio y subimos en ascensor hasta la azotea.
Cuando las puertas se abrieron pude ver a Benedict esperándome frente a un helicóptero de color negro con las manos por delante la una sobre la otra, estaba muy guapo con un traje de color negro, camisa blanca y una corbata roja.
-Buenas noches señorita (T/Apellido- dijo con una sonrisa ladeada -¿Lista para una gran noche?-
-Eso creo- dije sonriendo.
-Pues suba- dijo abriéndome la puerta y ayudándome a subir para luego ponerse a mi lado.

Sus manos se deslizaron sobre mi cuerpo para agarrar el cinturón y ayudarme a ponérmelo. Lo apretó para ajustarlo mientras nos mirábamos fijamente a los ojos, estábamos muy cerca y vi como se mordía con suavidad el labio inferior mientras sus ojos reflejaban un gran deseo por besarme.
Dimos una vuelta en su helicóptero por todo Londres y llegamos a otro edificio del centro.
Entramos en el ascensor, tocó el boton de la planta inferior a la azotea y llegamos a un enorme piso.
-¿Vives aquí?- dije.
-Solo de viernes a Domingo- dijo sonriendo leveemnte ofreciendome su mano- Ven -

Agarré su mano y me llevó hasta una mesa de cristal donde había una especie de contrato en la mesa, era sobre mantener una relación con él pero tenía varios requisitos.
Leí todo y lo firme, dejé el bolígrafo en la mesa y le miré.
-¿Ahora qué?- dije notando como se pegaba a mí -¿Vas a hacerme tuya?-
-No todavía- dijo tomando mi mano haciendo que le siguiente a la planta superior del piso.

Caminamos por un largo pasillo de paredes blancas con algunos cuadros abstractos en las paredes hasta llegar a una puerta que tenía cerradura.
-Este es mi cuarto de juegos- dijo él -aquí es donde podremos disfrutar de un rato juntos-
-¿Donde tienes tus consolas y esas cosas?- dije y él se rió.
-No- dijo acariciándome- es mucho más diferente -

Abrió la puerta dejándome paso y encendió la luz para luego volver su vista hacia mí.
Estábamos en una habitación de color rojo con una cama doble en el centro de color negro con una preciosa estructura de madera alrededor.
En las paredes había un montón de juguetes y objetos sexuales desde consoladores hasta látigos.
Noté como sus manos se deslizaban por mi vientre pegándome a su perfecto cuerpo, lo que hizo que mi pulso se acelerase como un loco.
-Te prometo que aquí hay más dolor que placer- dijo posando su barbilla en mi hombro derecho.
-¿Y qué saco yo de todo esto?- dije mirando de nuevo toda la sala.
-A mí- dijo sonriendo

Era la primera vez que le veía sonreír, tenía una hermosa sonrisa solo que nunca la mostraba, aquella sonrisa hizo que me enamorase aún más de él.
Salimos de la sala, la cual volvió a cerrar y me llevó a otra habitación era muy espaciosa con una cama doble con las paredes de color blanco.
-Si aceptas- dijo pasando su brazo por mi cintura -este será tu dormitorio de viernes a domingo-
-¿Y dormiremos juntos?- dije mirándole.
-No te obsesiones con eso- dijo tomando mis mejillas entre sus fuertes manos -ya te dije que yo no duermo con nadie-
-¿Entonces?- dije extrañada.
-Yo tengo un dormitorio abajo- dijo -puedes decorar este como tú quieras-

Bajamos abajo y me senté en el enorme piano de cola que había en el salón mirando al suelo.
-Comprendo perfectamente que no quieras algo así- dijo Benedict -pero es el tipo de relación que quiero en este momento-
-No es eso- dije -es que yo....-
-¿Qué ocurre?- dijo agarrando mis manos.
-No sé si estoy preparada ara esto- dije.
-Tómalo como un experimento- dijo con una sonrisa ladeada -nunca está de más experimentar tus límites-
-Es que yo nunca...- intenté hablar pero me intimidaba tanto que las palabras no salían de mi boca.
-¿Eres...- dijo él tomando aire y con un gesto extraño- virgen?-

Asentí sonrojada. Benedict se tocó sus perfectos labios rosados los cuales me moría por besar de nuevo como aquella mañana.
De pronto tomó mis mejillas y me besó con mucha suavidad.
-¿Donde has estado toda mi vida?- dijo acariciando mis mejillas con delicadeza.
-Esperándote- dije perdiéndome de nuevo en sus ojos.

Benedict me besó, esta vez fue un beso mucho más intenso, hizo que mis piernas rodeasen su cintura y me llevó hasta mi nueva habitación.
Me dejó suavemente en la cama, se quitó la corbata y la camisa, ya que la americana la había dejado abajo.
Lentamente se fue deshaciendo de mi ropa hasta dejarme completamente desnuda.
Sus labios se posaron sobre los míos con fuerza pero delicadamente al mismo tiempo. Poco a poco fue bajando por mi cuerpo, su aliento sobre mi piel hacía que mi espalda se arquease de placer sin haberme apenas rozado.
Comenzó a besar y morder mis muslos antes de abrirme las piernas y inclinarse ante mi feminidad-
Su lengua comenzó a estimular mi clítoris haciendo que gimiese descontroladamente, mis manos estrujaban las sábanas mientras él metía dos de sus dedos dentro de mí para hacer que el placer fuese más intenso.
Cuando terminó se puso la protección y me penetró, agarré sus hombros con un gemido intenso.
-Shhhhhh- dijo Benedict depositando un beso en mis labios.

Sus movimientos eran suaves y lentos al principio, pero poco a poco iba aumentando la intensidad y el ritmo haciendo que perdiese completamente el control de mi cuerpo. Tener a aquel hombre dentro de mí era una sensación indescriptible que nunca había experimentado pero me encantaba.
Mis uñas recorrían su espalda y sus labios besaban mi cuello a la vez que sus dientes lo mordían con suavidad. De vez en cuando nos besamos, yo mordía su labio y el el mío y nuestras lenguas jugueteaban entre ellas.

Llegamos juntos al orgasmo, fue una gran sensación para ambos.
Poco a poco nos fuimos quedamos dormidos debido al agotamiento, aquella fue una de las mejores noches de mi vida junto a Benedict Cumberbatch.

Oscura tentación (Benedict Cumberbatch y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora