Los Ángeles

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Era viernes por la tarde y ya me encontraba en Los Ángeles.

Eran las 12 del mediodía, me bajé del taxi y mi padre corrió a recibirme con los brazos abiertos.
-¿Dónde está mi pequeña princesa?- dijo estrujándome entre sus brazos -no sabes cuanto te he extrañado-
-Y yo a ti papá- dijo sonriendo correspondiendo a su abrazo.
-Ven -dijo mi padre cargando mi maleta -Helen a preparado la comida-
-Genial- dije -me muero de hambre-

Entramos en el salón, Helen era una mujer muy buena con mi padre pero parecía que yo era un estorbo para ella. Siempre acabábamos discutiendo fuera cual fuera la razón, mi padre sufría mucho cuando nos encontrábamos porque a ella no le agradaba que compartiésemos un momento juntos, ni siquiera unos simples segundos.
-¿Cuánto tiempo te vas a quedar?- dijo Helen clavando sus ojos castaños en los míos.
-Todo el fin de semana- dije sonriendo -¿Algún problema?-
-No- dijo ella cuando mi padre la fulminaba con la mirada -para nada-
-Por favor chicas- dijo mi padre -tengamos un fin de semana tranquilo ¿Vale?-
-Está bien papá- dije terminando de comer -Voy a deshacer mi maleta-

Subí a mi habitación y comencé a deshacer mi equipaje.
Estaba organizando la ropa cuando mi teléfono comenzó a sonar, lo tomé y vi que era Benedict.
-Hola- contesté con una sonrisa.
-No me avisaste de que habías aterrizado- dijo serio -¿Tengo que apuntarte unos azotes?-
Miré al pasillo por si mi padre o Helen subían y susurré.
-Si son tuyos no me importan- dije sonriendo.
-¿Qué tal todo por ahí?- dijo él -¿Todo bien?-
-Por ahora si- dije sentándome en la cama -aunque mi madrastra sigue sin tragarme-
-Tranquila- dijo con una leve risa - seguro que terminarás cayéndole bien-
-No sé- suspiré -¿Tú que tal todo?-
-Tengo que hacer un viaje- dijo -menos mal que tú estas fuera-
-Ah- dije -¿Negocios?-
-Algo así- rió -Tengo que colgar, hablamos más tarde-
-Está bien- dije con una sonrisa -Adiós-

Colgué el teléfono, me levanté de la cama y reí cuando un carraspeó me sorprendió desde mi puerta.
-¿Algo que contarme princesa?- dijo mi padre.
-No- sonreí yendo a su lado- ¿Por qué?-
-Peque- dijo él con una sonrisa -se te nota demasiado ¿Era tu novio?-
-Si- dije -bueno algo así, no sé como definirlo-
-Sabes que quiero conocerle- dijo cruzandose de brazos con el rostro serio -debo ver que es bueno para ti-
-Ya veremos papá- dije -no quiero que te celes-
-No me pongo celoso- dijo besando mi frente -solo que no quiero que cuando vaya a Londres pases más tiempo con él que conmigo-
-Eso no pasará- dije abrazandole -primero tú y luego los demás-
-Esa es mi niña- dijo besando mi mejilla -vamos te llevaré a dar un paseo por la ciudad-

Mi padre me llevó a los sitios más hermosos de Los Ángeles, vimos los estudios de cine, fuimos de compras, a la playa... y para rematar un día perfecto vimos el anochecer desde el cartel de Hollywood, eran unas vistas impresionantes junto al segundo hombre más perfecto que conocía y el que ocupaba el primer puesto en mi corazón.
-Papá- dije suspirando -¿Por qué se fue mamá?-
-No lo sé- dijo -simplemente se fue sin más. No dejó ninguna nota ni nada-
-¿Sabes al menos que fue de ella?- dije mirándole -por ejemplo donde vive ahora-
-No tengo ni idea- dijo él - ¿A qué viene todo esto ahora?-
-No lo sé- dije -es que recuerdo que me contaste que le pediste matrimonio viendo el atardecer y no sé...-
-La extrañas- dijo.
-Un poco- dije suspirando con los ojos llorosos -casi no recuerdo como era y... me duele mucho. Incluso muchas veces pienso que se fue por mi culpa, porque no fui una buena hija-
-Nunca digas eso mi amor- dijo mi padre agarrando mis hombros -no eres una mala hija y nunca lo serás. Si ella te viera ahora estaría muy orgullosa de ti y de todo lo que has conseguido por tu cuenta cariño-
-¿Tú crees?- dije secando mis lágrimas.
-Por supuesto- dijo besando mi frente -eres una mujer muy fuerte princesa, no dejes que nada ni nadie te hunda ¿ME has entendido-
-Si- dije abrazándole con fuerza -Te quiero papá-
-Y yo a ti (T/N)_______- dijo besando mi cabello -volvamos a casa, se está haciendo tarde-

Durante la noche no podía dormir por las risas de mi padre y Helen, me gustaba mucho ver a mi padre feliz pero a la vez me hacía sentir algo sola.
Agarré mi móvil y le mandé un mensaje a Benedict.

"Te extraño. Ojalá estuvieses aquí conmigo"

"Yo también. Hoy tengo una cena con alguien" respondió

Aquello me comenzó a preocupar mucho por lo que respondí con rapidez.

"¿Con quién? ¿La amiga de tu madre?"

"Tranquila" respondió

ME tumbé de nuevo en la cama y suspiré.
Los nervios recorrían todo mi cuerpo y mi cerebro comenzaba a jugarme una mala pasada haciéndome creer que Benedict me iba a engañar con otra mujer.
Mi teléfono comenzó a vibrar, miré la pantalla y vi que era Ben pero no le contesté. Lo que me había dicho no me dejaba comprobar si mis dudas eran ciertas o no.
Me di la vuelta en la cama y me tapé con las sábanas, cerré los ojos y me dormí a pesar de las muchas llamadas que me hacía Benedict en un intento desesperado para hablar conmigo.

Oscura tentación (Benedict Cumberbatch y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora