Máscaras

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Pasaron unas dos semanas y recibí una invitación de mi hermano a su fiesta de cumpleaños.
Según la invitación, sería un baile de máscaras en blanco y negro lo cual me parecía muy bien.
Por suerte tenía una máscara de porcelana gris con detalles en negro de la última vez que celebré una fiesta de aquel tipo.

Busqué mi mejor traje, una camisa blanca y una corbata de color gris para luego poder ducharme.
Me vestí, coloqué mi cabello en su sitio y al ponerme la máscara solté un gran suspiro.
Tenía ganas de ver a (T/N)______, de hablar con ella, besarla, acariciarla... y nunca dejarla marchar.
No sabía lo que ella significaba para mí hasta que se alejó de mi lado.

Cuando mi hermano vino a buscarme a mi dormitorio, ambos bajamos al baile donde todos nos recibieron con un aplauso.
Hice un barrido general de la sala y mi vista se posó en una joven con un vestido gris con detalles en color negro que me hacía tener ganas de hacerla mía.
Cuando todo el mundo bailaba me acerqué a ella por detrás y la hice girarse mientras bailaba para que me mirase.
-Benedict- susurró.
-Hola (T/N)_____- dije con una sonrisa ladeada -estás preciosa-
-Déjame tranquila- dijo mientras continuábamos bailando -ya te dije que lo nuestro terminó-
-No- dije dándole una vuelta para pegarla por completo a mi cuerpo notando su pulso acelerado -sabes que me resulta imposible alejarme de ti-
-Pues hazlo- dijo ella nerviosa -no quiero nada contigo-
-Por supuesto que quieres- dije acercándome peligrosamente a sus labios -tu pulso, tu respiración y tus palmas sudorosas te delatan-
-Benedict basta- dijo soltándose -no quiero nada contigo y debes aceptarlo de una maldita vez-

No pude evitarlo y la besé con toda la pasión que llevaba ocultando meses.
Ella no tuvo otro remedio que correspondérmelo y yo notaba como poco a poco iba cayendo de nuevo en mis redes.
Al separarme sonreí pero ella se mordió el labio y me dio un guantazo.
-No quiero verte- dijo ella -¡Déjame en paz!-
-Escúchame por favor- supliqué pero ella se fue corriendo de la sala -No me dejes...-

De pronto, una suave mano se posó sobre mi hombro.
-Hablaré con ella- dijo su madre.
-Es inútil- dije destrozado -no escuchará a nadie-

Sin más dilación, decidí volver a mi habitación, dejé la máscara en mi mesita y lloré.

Narras tú

¿Por qué era tan difícil olvidar a Benedict?, ¿Por qué todo me recordaba a él?.
No quería volver a su lado pero algo en mi interior hacía que desease volver corriendo a sus brazos pero aquello me dolía.

Estaba sentada en uno de los bancos de jardín cuando mi madre se sentó a mi lado.
-¿estás bien?- dijo ella.
-Perfectamente- dije evitando mirarla por el enfado que me causaba.
-Oye...- dijo ella -Benedict no tiene la culpa de aquello. Yo fui la que le indujo-
-Me da igual mamá- lloré -no puedo estar con él sabiendo que tú fuiste una de las mujeres que se acostó con él... me da asco mamá-
-Él te ama (T/N)______- dijo ella -nunca le he visto tan deprimido-
-No puedo mamá...- lloré.
-¿Puedes mirar a aquella ventana?- dijo ella señalando una de las ventanas de la casa en la planta superior -solo será un momento-

Cuando me giré y posé mi vista en aquella ventana, pude ver como Benedict lloraba sentado en una silla con las manos cubriendo su rostro.
Verle así me partía el corazón, él no se merecía estar así por nadie y mucho menos por mí.
-¿Qué es lo que ves?- dijo ella -no pienses que es él-
-A un hombre destrozado- dije conteniendo las lágrimas -que no sabe lo que está sintiendo en estos momentos-
-¿Qué más?- dijo ella acariciando mi cabello.
-No soporta estar solo- dije segura -pero no quiere estar con su familia en la fiesta-
-¿Qué es lo que te hace sentir?- dijo ella.
-Culpabilidad- sollocé -porque él no se merece sufrir así-
-Pues- dijo ella -solo tú puedes devolverle esa felicidad de antes. Ve y deja las cosas claras con él-

Sequé mis lágrimas y la abracé.
Sentí un escalofrío extraño al hacerlo, puesto que era la primera vez que la abrazaba de verdad y con amor.

Entré en la fiesta y conseguí escabullirme para llegar a la escalera.
Cuando subí a la segunda planta, mi corazón se aceleró y mis palmas comenzaron a sudar.
Avancé lentamente por aquel largo pasillo repleto de habitaciones hasta que llegué a la puerta de Benedict.
Dentro de la habitación, se escuchaban sollozos y aquello me partía algún más el corazón.

Abrí la puerta lentamente y contemplé que Benedict no se había movido de aquella silla.
Cerré la puerta y el ruido le hizo levantarse rápidamente secando sus lágrimas.
-¿Qué haces tú aquí?- dijo molesto.
-Te he visto llorar- dije algo nerviosa -no sabía que estabas tan deprimido-
-¿Acaso te importa?- dijo aún molesto.
-Si- dije seria -te quiero y me preocupas Benedict-
-Mientes- dijo mirando por la ventana.
-No miento Benedict- dije sollozando -pero... me da asco pensar en que tu y mi madre...-
-Eso es del pasado (T/N)______- dijo él seriamente -y ahí es dónde se va a quedar. Yo te quiero a ti y aunque tu madre sea la mujer que me inició en todo esto, nunca podrá obtener mi corazón de la forma en la que lo has hecho tú-
-Lo siento- lloré -te culpé de cosas que no debía y fui muy cruel-
-Shhhhh- Dijo abrazándome para luego besar mi cabello con suavidad- está bien cielo, ya pasó todo-
-Te quiero Benedict- dije abrazándole con fuerza la cintura.
-Y yo a ti (T/N)________- dijo tras unos segundos de silencio.

Aquellas palabras que salieron de su boca, hicieron que la felicidad recorriese todos los rincones de mi cuerpo.
Llevaba demasiado tiempo esperando oírlas de sus perfectos labios y la espera había merecido la pena.
Tomé sus mejillas con suavidad y le besé tierna y dulcemente como llevaba tanto tiempo queriéndolo hacer.

Oscura tentación (Benedict Cumberbatch y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora