Familia

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Mi llegada a Los Ángeles fue totalmente exitosa.

Al llegar al aeropuerto, tomé la mano de Benedict y fuimos a buscar mi maleta.
Una vez la tuvimos, nos reunimos con mi padre y con mi hermano fuera.
-¡Papá!- dije corriendo a su lado para abrazarle.
-Hola tesoro- rió mi padre.
-Hola- dijo Dylan abrazándome con fuerza.
-Hola mi pequeño príncipe- dije sonriendo para tomarle en brazos -que grande-
-He crecido- rió.
-Gracias por cuidarla Ben- dijo mi padre dando una palmada en la espalda a Benedict con suavidad.
-No hay de que- dijo Ben para lanzarme una mirada picara sin que mi padre se diese cuenta -es muy buena obedeciendo ordenes-

Mi padre nos llevó al coche y yo puse a Dylan en su silla con una sonrisa.

Durante el trayecto, Dylan nos estuvo contando sus avances en la guardería y los juegos que hacía con sus amigos.
Escucharle hablar sobre lo feliz que se encontraba, me hacía estar muy contenta.

Al llegar a casa, Benedict me ayudó a instalarme en mi dormitorio.
Cuando coloqué el ultimo conjunto en mi armario, noté como sus manos rodeaban mi cintura con firmeza y delicadeza al mismo tiempo.
-No sabes lo mucho que te voy a  extrañar- dijo él para besar mi nuca.
-Y yo a ti Benedict- dije -pero seguramente yo se l que más lo haga-
-¿Por qué lo dices?- dijo mientras me giraba para ver su rostro.
-Tienes una larga lista de mujeres que pueden visitarte- dije algo molesta -pueden pasarse por tu piso con solo un simple mensaje-
-¿Vas a seguir con eso?- suspiró -eres mi pareja (T/N)________, jamás podría hacerte eso-
-Lo sé- dije -pero tienes que entender mi inseguridad con esas cosas Ben-
-Lo entiendo- dijo él -¿Crees que yo no tengo miedo de que conozcas a otra persona aquí?-
-¿De verdad?- dije sorprendida.
-Si- dijo tomando mis mejillas con suavidad -no quiero perderte (T/N)_______. Tú me has enseñado muchas cosas desde que te conozco y has cambiado mi mundo de una forma radical con tan solo una pequeña sonrisa. A pesar de haber estado con muchas mujeres, tú has sido la única capaz de despertar en mí sentimientos que nunca había tenido antes. Tengo miedo de que debido a la distancia te olvides de que yo te espero en Londres y que un chico con un perfecto bronceado, una sonrisa perlada y cuerpo de surfero te aparte de mi lado-
-Ben- sonreí para tomar sus mejillas con suavidad -jamás me apartarán de tu lado. Tú también has cambiado muchas cosas en mi vida, me has enseñado un mundo que antes no conocía, has hecho que vuelva a ser feliz con solo querer estar a mi lado... créeme... hay pocos hombres como tú en el mundo y tengo mucha suerte de haberte encontrado-

Una sonrisa iluminó su rostro y me besó con mucha suavidad.

Habernos confesado lo que sentíamos realmente el uno por el otro había hecho que nos uniésemos más.
Escuchamos como Dylan nos llamaba para bajar a comer, por lo que tuvimos que ir al jardín.
Hacía un tiempo formidable, aunque tener aquel sol brillando en todo su esplendor era habitual en California, lo que me haría extrañar Londres con locura.

Después de comer, Benedict y yo fuimos a la playa para disfrutar las pocas horas que podíamos estar juntos.
Había mucha gente, pero a nosotros no nos importaba. Colocamos nuestras cosas y fuimos a darnos un chapuzón.
El agua parecía una sopa de lo caliente que estaba, pero una vez dentro te acostumbrabas a la temperatura.
Cuando Benedict salió a la superficie, sacudió su cabello haciendo que se formasen unos adorables rizos.
Ver aquella imagen hizo que una sonrisa iluminase mi rostro.
-¿Qué?- dijo él con una risa.
-Bonitos rizos- sonreí -te quedan bien-
-Me salen cuando no me peino- dijo él con una risa -necesito cortarme el pelo para que vuelva a estar como el día en el que te conocí-
-Para mí- dije pasando mis brazos alrededor de su cuello -serás hermoso de cualquier forma-
-Por estas cosas que me dices te voy a extrañar- dijo para luego besarme.
-Y yo a ti- sonreí.

Pasamos bastante tiempo en el agua, nadando, jugando, salpicándonos... parecíamos dos niños pequeños pero nos encantaba hacer aquellas cosas.

Volvimos a la toalla y nos tomamos algunas fotos juntos.
Cuando mi pelo se secó un poco, quedó con unas ondas muy naturales que me recogí en un moño.
Para poder cambiarme, pasé toalla alrededor de mi cuerpo y pedí a Benedict que sujetase para que no se cayera.
Una vez me vestí hicimos lo mismo para que Ben se pudiese cambiar.

Agarramos nuestras cosas y nos fuimos ha hacer algunas compras.
Ciertamente, aquel era uno de esos días en los que Benedict y yo parecíamos una pareja totalmente normal, incluso parecía que lo hacíamos con más frecuencia.
Me compré un par de shorts y camisetas, porque la ropa que había llevado resultaba mejor con el tiempo más frío.

Cuando volvimos a casa para dejar nuestras cosas, mi padre nos esperaba.
-Chicos- dijo con una sonrisa -Hoy cenaremos fuera-
-Genial- dije -¿Puedo darme una ducha? Tengo el pelo hecho un desastre por la sal-
-Tienes hora y media- dijo guiñándome el ojo -y no te pongas muy guapa-
-Siempre lo está- dijeron Dylan y Ben al mismo tiempo haciéndome reír.
-Gracias- dije corriendo a mi dormitorio.

Me duché y me arreglé con justo.

Decidí ponerme un top rosa claro que tenía pedrería  alrededor del cuello sin mangas, un short negro y unas sandalias de tacón.
Tomé mi bolso y mi móvil con una sonrisa y ví que tenía un mensaje de Kate.
"Enhorabuena mi princesa. Ya nadie tocará a  Benedict porque estais en una página de cotilleo"
"No importa, ya todo el mundo sabe lo nuestro desde hace mucho" respondí.
"Lo sé. Pero es mejor tener cuidado cielo" Respondió ella.

Bajé a reunirme con los chicos y fuimos a nuestro restaurante favorito.

Estar rodeada de los tres hombres a los que más amaba en el mundo, me hacía sentirme muy afortunada.
A pesar de que mi hermano pequeño se pusiese algo celoso de los mimos que le daba a Benedict.

Oscura tentación (Benedict Cumberbatch y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora