Oscura tentación (Benedict Cumberbatch y Tú)

Jugando con fuego

Narras tú

Una vez llegamos al orgasmo, una sonrisa apareció en mi rostro mientras respiraba agitada.

Ver como Benedict se había dejado llevar por mis ordenes me hacía sentir demasiado bien.
Acaricié sus mejillas con suavidad y besé sus labios una vez más.
-Voy a quitarte el antifaz- dije con una suave sonrisa mientras le sentaba.
-Vale- dijo abrazando mi cintura con cuidado.

Lentamente llevé mis manos a su cabeza para deslizar con suavidad el antifaz sobre sus ojos.

Una vez me deshize de él, Benedict abrió los ojos quedando cegado por la luz durante un instante.
Parpadeó un par de veces y luego se los frotó antes de mirarme con una dulce sonrisa.
-¿Qué te pareció?- dije con aire inocente.
-No eres tan buena como creía- dijo con una sonrisa ladeada para apartar el pelo de mi rostro y unir su nariz con la mía -esto parece un sueño-
-No lo es- dije tomando sus mejillas entre mis manos para unir nuestras frentes -pero esto debe ser un secreto-
-Si- dijo acariciando mi cabello -pero de todas formas... tú seguirás siendo la dueña de mis sentimientos-
-Lo sé- dije para rozar sus labios con los míos -y tú el hombre que me vuelve loca-

Benedict tomó mis mejillas con un poco de fuerza para besarme con intensidad.

No podía negar que sus besos y caricias eran una auténtica droga para todos mis sentidos.
De pronto, mi teléfono comenzó a sonar.

Me levanté de la cama y busqué el teléfono en mi chaqueta y hice un gesto a Ben para que estuviese en silencio.
-¿Diga?- dije sin mirar la pantalla.
-¿Dónde estás princesa?- dijo Richard al otro lado -creí que nos veríamos a las cuatro en el puerto para ir a dar una vuelta-
-Lo siento- dije con una suave risa -se me pasó. ¿Puedes recogerme en una hora?-
-Sin problema- dijo él -no vayas demasiado guapa-
-No lo haré- dije riendo -adiós cielo-

Colgué el teléfono y Ben comenzó a aplaudir lentamente con una sonrisa malvada en su rostro.

Tomé mi ropa y comencé a vestirme.
-Que gran actuación- dijo haciendo una reverencia -me quito el sombrero-
-Gracias- dije abrochando mi camisa.
-debo irme ya o sospechará-
-Puedes darte una ducha rápida aquí- dijo Benedict -si llegas a casa no tendrás mucho tiempo para vestirte y olerá tu perfume masculino-
-Bien pensado- dije con una sonrisa para besar su mejilla -¿Tengo todo en mi antigua habitación?-
-No dejé que nadie la use- sonrió.

Corrí a la habitación, cerré la puerta del baño y me di una ducha express.

Cuando salí, sequé un poco mi cabello con unas toallas, lo recogí en un moño y corrí a la entrada donde Ben me esperaba.
-Ya me voy- dije con una sonrisa.
-¿Cuándo nos volveremos a ver?- preguntó con curiosidad.
-No lo sé- dije haciéndome la interesante -pero estate atento a tus mensajes... y a tu correo-
-Está bien- dijo con una sonrisa antes de besarme por última vez -esperaré impaciente-

Volví a besarle y entré en el enorme ascensor para ir al parking.

Cuando llegué a casa, tenía 15 minutos para vestirme.
Corrí a mi dormitorio y saqué unos shorts vaqueros algo rotos, una camisa de cuadros rojos y negros y debajo un bikini blanco con flores negras.
Me puse unas sandalias y solté mi cabello para desenredarlo y hacer que se secase más rápido.

Tan solo faltaban 5 minutos cuando el timbre sonó.
Corrí a la puerta y abrí para encontrarme a Richard.
-Aún no es la hora- dije con una sonrisa.
-¿Y ese pelo?- dijo revolviendo mi cabello -ya sabes que iremos a dar una vuelta en el yate nuevo-
-Lo sé- reí -pero necesitaba ducharme-
-Hola chicos- dijo Kate -tengo la bolsa en la habitación, dadme 10 minutos-
-Ok- dijo Richard para darme un suave beso -ve a por las tuyas-

Preparé una bolsa con una toalla, un bikini de repuesto, champú y gel, gafas de sol, crema solar, etc.

Me reuní con ellos en el coche de Richard y fuimos rumbo a casa de los Cumberbatch para recoger a Tim.

El yate de Richard era enorme, de color blanco y equipado con todos los lujos.
Tomamos asiento y Richard nos llevó a mar abierto.

Era increíble la tranquilidad que se respiraba en aquel lugar.
Estaba tumbada con Kate en mi toalla mientras los chicos se zambullían en el océano cuando ella comenzó a hablar.
-¿Sabes una cosa?- dijo ella con una suave sonrisa.
-¿Qué pasa Kate?- dije levantando mis gafas de sol.
-El otro día tuve que ir a cenar con los Cumberbatch- dijo ella -y pude hablar con Benedict-
-Que novedad- dije fingiendo desinterés.
-Al parecer su relación no es lo que él esperaba- dijo ella -y se acuerda mucho de ti-
-Kate- suspiré -me da igual lo que haga ¿De acuerdo?. Me hizo mucho daño-
-Lo sé- suspiró ella -pero Richard no es quien tú crees pequeña-
-¿Tú también?- dije algo molesta -¿De verdad Kate? Creí que a ti te parecía perfecto-
-Si- dijo ella -pero cuando hablé con tu madre...-
-No sé porqué se mete en estos asuntos- dije suspirando -no puedo creer que sea capaz de fastidiar esto-
-Tiene sus motivos- dijo Kate.
-Pero no pruebas Kate- dije poniéndome boca abajo en la toalla -ya sabes que ante todo necesito esas pruebas-
-Está bien- dijo ella para besar mi mejilla -pero si resulta que es cierto... ese hombre acabará en el fondo del mar haciendo compañía a los peces-

No pude evitarlo y me reí como nunca antes lo había echo.

A pesar de que todos me advirtiesen sobre mi pareja, no podía creer lo que decían puesto que no tenían pruebas de que en verdad me estaba engañando con otra mujer.
Si era así yo ya había comenzado mi venganza, puesto que Ben era el hombre perfecto para engañarle a pesar de todos mis sentimientos hacia él, y no sentía ningún remordimiento.

Sabía perfectamente que esta a jugando con fuego y si alguien lo descubría estaba dispuesta a quemarme por defender lo que en realidad quería.