Luna de miel

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Narras tú

Unos días después Benedict y yo nos fuimos de luna de miel los dos solos, pues sus padres cuidarían de nuestro pequeñajo.

El viaje que hicimos fue a París, Roma, Tokyo, Atenas, Moscú, Puerto Rico y finalmente fuimos a Hawaii, pues a Benedict siempre le había gustado hacer surf de vez en cuando y no todos los días podíamos visitarlo.
Desde tranquilas rutas para disfrutar el paisaje y carreras en motos acuáticas, hasta hermosas cenas en mar abierto bajo en inmenso cielo estrellado era todo lo que vivíamos día a día.

Aquella tarde decidimos ir a disfrutar un poco de las olas hawaianas.
La playa rebosaba de gente pero nosotros teníamos una zona privada para miembros VIP del hotel, donde bebidas, masajistas, y algunos tentempiés pasaban sin cesar.
Benedict se fue a surfear un rato y yo me tumbé en una tumbona para tomar el sol pero el ambiente era tan tranquilo que me quedé dormida de golpe.

De pronto un frescor muy placentero comenzó a recorrer mi vientre lentamente haciendo que me mordiese el labio.
-Benedict estamos en público- dije abriendo los ojos lentamente -¿No te preocupa la prensa o qué?-
-Es que eres tan preciosa que no me puedo resistir- dijo con una hermosa sonrisa en su humedecido rostro antes de abalanzarse sobre mis labios con rapidez.

Continué decorando su boca lentamente mientras ls gotas de agua de su rostro bañaban el mío.

El frescor de su húmedo pecho sobre mí calmaba el enorme calor que emanaba mi cuerpo mientras descendía sus mordiscos a mi cuello.
Intentaba controlar mi excitación, pues estábamos en plena playa, pero Benedict sabía como provocarme.
Sus manos descendieron a mi cintura mientras volvía a morder mis labios con dulzura y una maléfica sonrisa en su rostro.

De pronto, su móvil comenzó a sonar.
-Cariño- dije agarrándolo de la pequeña mesa de cristal -es Tom-
-Le dije que no me molestase- dijo molesto -ya volverá a llamar-
-¿Y si es importante?- respondí -puede que haya pasado algo-
-Tienes razón- dijo marcando su número -él nunca me llamaría sin motivo. ¿Me has llamado Tom?-

El rostro de Benedict empalideció de golpe.

Tomó mi muñeca y comenzó a caminar mientras hablaba con él.
-¿Cómo ha pasado?- preguntó -ajá-
-Benedict ¿Puedes ir más despacio?- respondí mientras le seguía casi cayéndome.
-Espera- dijo apartando el móvil de su oreja para ponerme sobre su hombro haciéndome soltar un leve grito -Vale. Dame cinco minutos-
-¿Qué pasa?- dije cuando me dejó en la habitación.
-Han volado una de las cámaras de archivos de la empresa- dijo serio -vístete. Tengo que llamar a Tom por Skype-
-Vale- dije para entrar al baño con rapidez.

Decidí ponerme un vestido de flores suelto con unas sandalias y recogerme el pelo en una cola.

Cuando salí, me coloqué detrás de Ben justo cuando Tom contestó.
-Siento interrumpir vuestra luna de miel chicos- dijo Tom -en especial a ti (T/N)_____-
-No pasa nada Tom- dije algo preocupada -Ben me ha explicado un poco. ¿Hay heridos?-
-Solo dos guardias inconscientes- respondió -sin lesiones aparentes-
-Menos mal- suspiramos.
-¿Habéis podido acceder a las cámaras?- habló Ben con seriedad.
-Justo me acaban de mandar los vídeos- habló tecleando -te los estoy mandando a tu correo personal-
-De acuerdo- dijo Benedict para abrirlo y reproducirlos.

En los vídeos se veía como un hombre que llevaba un traje de guardia de seguridad intentaba ocultar su rostro de las cámaras.

Dejó inconscientes a los guardias tras una pequeña pelea y se dirigió a la sala donde guardábamos a los documentos importantes para luego abandonar el lugar.
Pero un pequeño detalle llamó mi atención, por lo que hice rebobinar el último vídeo un par de segundos.

En aquel segundo, el hombre había mirado a la cámara levemente haciendo que se le pudiese ver el rostro.
-¡Dios mío!- exclamé -es Richard-
-¿Estás segura?- preguntó Ben preocupado.
-Por supuesto que lo estoy- respondí con total seguridad.
-Lleva desaparecido cerca de seis meses- afirmó Tom.
-¿Y a qué se debe?- dijo Ben mientras juntaba sus manos apoyando los codos sobre la mesas y pasaba sus dedos índice por sus labios.
-Nadie lo sabe con seguridad- confirmó Tom -ni siquiera sus padres, han intentado que todo llevase un ritmo normal para que la prensa no se hiciera eco de la desaparición-
-Tomaremos el primer avión- suspiró Ben -llegaremos a las 10 de la mañana-
-De acuerdo- dijo Tom.

Benedict colgó la llamada y to empecé a hacer nuestro equipaje.

Los nervios se hacían con el control de Benedict de una forma en la que jamás había visto.
Sus manos temblaban y el sudor comenzaba a bañar su frente, por lo que tomé su brazo con suavidad y besé su mejilla.
-Tranquilo- sonreí -todo se arreglará-
-Lo sé- suspiró -pero tengo miedo de no poder protegerte si no estás a mi lado-
-No me pasará nada- respondí con una sonrisa.
-Siento mucho todo esto- dijo tomando mi cintura entre sus brazos -aún teníamos una semana-
-Ya la recuperaremos en un futuro- dije para darle un suave beso -por ahora termina tu maleta-
-De acuerdo- dijo para volver a besarme.
-¿Hay algo más que te preocupe?- prefunté al verle pensativo.
-He recibido un informe de las autoridades- suspiró -sobre nuestro accidente y le tienen a él como sospechoso-
-¿Por qué haría eso?- dije algo molesta -es imposible que se hubiese enterado-
-No lo sé amor- dijo sentándome en su regazo -tú tranquila. Ya te dije que te protegería y eso haré-

Una delicada sonrisa se dibujó en mi rostro antes de unir mis labios a los suyos una vez más.

Tomamos nuestro avión de vuelta a casa, a pesar de no querer abandonar aquel paraíso sobre la tierra.
Durante el vuelo, Benedict parecía preocupado y no despegaba la mirada de su portátil examinando una y otra vez el vídeo.

Pasé suavemente mis uñas por su nuca haciendo que un escalofrío recorriese su columna vertebral soltando un suave gemido que me hizo sonreír.
-Para- dijo tomando mi mano con delicadeza pero con fuerza.
-¿Y qué harás para que lo haga?- dije con una pícara sonrisa.

Oscura tentación (Benedict Cumberbatch y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora