Volviendo a la rutina

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Era Lunes por la mañana.

Me desperté a las 7 de la mañana y me arreglé para volver a la rutina de trabajar por primera vez desde que me fui del piso de Benedict.
La semana pasada no había ido a trabajar porque no quería ver a Benedict incluso muchos días trataba de venir a mi casa solo para verme pero Kate ponía la excusa de que no estaba en casa.
Es muy duro pasar por lo que yo estoy pasando en este momento, seguía muy enamorada de Benedict pero no quería que me hiciese daño.
Todavía me quedaba un poco de marca de los latigazos que Benedict me había dado pero al menos ya no me dolían desde hacía un par de días.

Me vestí con unos vaqueros negros, unos zapatos de tacón y una camisa blanca de manga corta.
Miré el correo y vi que había una carta para mí con el sello de las empresas Cumberbatch, por lo que sabía de quien era.
La abrí y saqué una hoja doblada de su interior comenzando a leer lo que ponía.

"Hola (T/N)______.
He intentado contactar contigo muchas veces por lo que me he visto obligado a escribirte de esta forma, ya que tampoco respondes a mis e-mails.
Quiero pedirte perdón por lo de la otra noche, yo no quería hacerte daño. Simplemente lo hice porque tú me pediste que te enseñase lo más salvaje que te podía hacer allí dentro.
Se me hace muy duro no tenerte conmigo en la oficina, me aportas mucha seguridad y confianza en mi mismo. Antes de conocerte creía que era un hombre duro que podía comerse el mundo pero he descubierto que no es así.
LA noche en la que te hice daño y te vi llorar me hizo darme cuenta de que no soy esa clase de hombre y que eres una pieza muy importante en mi vida.
Estás en todo tu derecho a estar enfadada conmigo pero no quiero que te alejes de mi vida.

Espero verte pronto en la oficina.

Te quiero.

Benedict Cumberbatch"

Saqué otro pequeño sobre de su interior y vi que era el cheque de mi antiguo coche, por lo que lo guardé en uno de los cajones de mi tocador.
Mientras desayunaba volví a leer la carta de Benedict parándome en la frase "Te quiero" no podía ser cierto que Benedict hubiese escrito aquellas dos palabras, él no era así, Jamás me diría te quiero y estaba completamente segura de ello.

Agarré mi bolso y mi abrigo, bajé a mi coche y puse rumbo a la oficina.
Al llegar subí a mi planta recibiendo algunos saludos de mis compañeras, las cuales me preguntaron donde había estado. A todas ellas les respondí que había estado con mi padre unos días en Los Ángeles para pasar un poco de tiempo juntos.

Fuí a mi mesa y me puse a hacer todo el trabajo que tenía atrasado cuando una de mis compañeras vino hasta mi mesa.
-¿Te puedo contar una cosa?- dijo Lucy.
-Claro- dije pasando unos documentos al ordenador de Benedict desde el mío -¿Qué pasa?-
-El señor Cumberbatch- dijo ella con un gesto raro -ha estado muy raro desde que no estabas-
-¿Cómo que raro?- dije extrañada.
-Pues- dijo ella sentándose en una silla de las que estaban frente a mi escritorio -estaba como triste, deprimido... incluso diría que hundido. Me parece que le gustas mucho-
-No seas boba- dije con una leve risa -Jamás se fijaría en mí, no de una forma romántica-
-¿No has oído los rumores de la oficina?- dijo Lucy -se rumorea que manteníais una relación entre vosotros. Como siempre estabais juntos...-
-Eso o es cierto- dije seria.
-Y Sophie se moría de celos- dijo ella riendo -antes de ayer discutió con el señor Cumberbatch solo por ti, quería que te despidiese pero el se negó por completo a hacerlo y le dijo que la que se iría de la empresa sería ella si continuaba por ese camino-
-Le está bien empleado por meterse donde no la llaman- dije con una leve risa comiéndome una galleta que Lucy me ofreció.

Ambas charlábamos cuando Benedict llegó de repente.
-Señorita Bloom- dijo Benedict muy serio mientras yo volvía a mis documentos -¿No tiene trabajo?-
-Si señor Cumberbatch- dijo ella levantándose -discúlpeme-
-No quiero que vuelva a pasar ¿Vale?- dijo Benedict -no en las horas de trabajo-
-Por supuesto señor- dijo ella despidiéndose de mi con un abrazo para luego irse.

Yo estaba concentrada en los documentos a pesar de que notaba como los ojos de Benedict se clavaban en mi nuca como dos agujas punzantes.
Poco a poco se acercó a mí y acarició con suavidad mi cabello sin decir una sola palabra.
-LE dije- dije seria -que no me pusiera una mano encima nunca más-
-Perdóname- dijo Benedict cuando me levanté de mi silla poniéndome frente a él -no era mi intención-
-ME hiciste mucho daño Benedict- dije.
-Lo sé- suspiró -pero no lo repetiré nunca más-
-Necesito mucho tiempo para pensarme si te voy a perdonar- dije seria -seguiré viniendo a trabajar pero no iré a tu casa hasta que te perdone-
-Está bien- dijo él acariciando mis mejillas -tomate el tiempo que necesites. Aunque me costará mucho saber que no estas conmigo-

Lentamente sus labios se fueron acercando a los míos dándome un tierno y dulce beso. Fue el beso más dulce que nunca me habían dado, nos separamos con cuidado y ambos nos miramos a los ojos.
-Lucy me dijo lo de Sophie- dije.
-No la dejaría tratarte así- dijo él -no te pienso despedir porque ella quiera, el que pone las ordenes soy yo no ella-
-Lo sé- dije mordiendo mi labio inferior al escuchar la última frase de forma inconsciente.
-Te dije que no hagas eso- dijo él besándome con algo más de fuerza -cada vez que lo haces me vuelves loco-
-Lo siento- dije con una leve risa -no ha sido intencionado-
-Vale- dijo sonriendo -¿Tienes los informes?-
-Ya se los mandé- dije -tuve mucho tiempo para prepararlos-
-Gracias- dijo él.

Poco a poco caminó hasta la puerta de su despachó la abrió y se quedó parado unos segundos.
Se dio la vuelta y me besó con mucha intensidad antes de entrar y cerrar la puerta de su enorme despacho.

Oscura tentación (Benedict Cumberbatch y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora