Eoin no paró de cuestionarla toda la noche y la mañana siguiente a la caminata nocturna con Luciel. Quería saber con sumo detalle que era lo que la señorita había conseguido de ello. Sin embargo, aquello solo la había dejado decidida a lo que debería hacer. Niall no reparaba en el suceso, más Adelayn tenía un presentimiento de que la observaba con cuidado durante todo el viaje. Cilya sería la primera en enterarse del juicio al que llegó Niall.
Los días en el camino comenzaban siempre de la misma forma, se levantaban apenas aparecían los primeros rayos de luz y no tomaban un descanso hasta el mediodía. Luego había una parada más antes de prepararse a pasar la noche en la intemperie. Las jornadas de marcha con los pacificadores eran mucho más pesadas que con Niall. Adelayn podía percibir a veces la prisa y cautela con la que ellos se movían entre pueblo y pueblo.
El primer día en la noche Luciel la separó de vuelta sin mucho problema. Para Adelayn era como si la hechizara para hacer lo que él quisiera, cuando él quisiera.
Se encontraban debajo de uno de los pocos árboles que poblaban la meseta. La luna iluminaba perfectamente el lugar, y Luciel había preparado algunos troncos donde ella pudiera sentarse.
—Como habíamos acordado —Dijo Luciel luego de aclarar su garganta —Me dedicare en cada descanso a partir de ahora a enseñarte... pero antes creo que no definimos muy bien que era lo que quieres aprender.
—Pues —Comenzó Adelayn y sacudió la cabeza para quitarse lo embelesada —Todo lo que sabes, sé que no puedo volverme una... ¿Santa?
—Puedes llamarles magos, no tengo problema con ello —Aclaró Luciel —A lo largo de los países han tenido muchos nombres, mas no todos se mantienen.
—Entiendo. Se que eso es algo imposible para mí, ya habría tenido alguna idea de que podía hacer eso para esta edad. ¿Así que lo otro? Con la garra esa... Tal vez puedas ayudarme a usar la espada también, parecías estar dispuesto —Adelayn hablaba con sumo cuidado de no mencionar nada extraño. Luciel seguía siendo un pacificador después de todo, si él lo juzgaba ella bien podría estar metiéndose en cosas que no debía.
—Muy bien... —Dijo Luciel al exhalar un suspiro largo frente a ella. Se concentraba en lo que debía decir —No me meteré en las enseñanzas de Niall con la espada, además las siluetas de espada que yo uso deben ser diferentes a las que él te enseña...Lo otro puedes aprenderlo, aunque hay muchas cosas que explicar antes... Lo que usé tiene muchos nombres, y hasta cierto punto su uso es visto en muchos países y enseñado de formas muy variadas. Lo que te diré es como me fue enseñado, además de algunas cosas que logré investigar por mi cuenta.
—¿Cómo le llamo? —Interrumpió Adelayn.
Tenía ganas de anotar lo que sea que le fuese a decir. Cilya siempre le decía que debía anotar todo lo que podría ser importante. "Pues la mente le falla a uno, pero las notas no" Se conformó con no distraerse con el hombre que estaba frente suyo.
—Puedes llamarla fuerza del alma, fuerza mental, fuerza vital. El nombre más viejo que logré encontrar y que muchos usan es Saeya. No se la traducción, tiene que ver con desear, ya llegaremos a ello...
—Saeya... —Repitió Adelayn. Recordaba haber escuchado el nombre antes. Litae se lo había explicado como aquellos que imponen su alma sobre el mundo. Cilya y Niall sabían más al respecto, pero ninguno le dijo nada más. «Es probable que Niall no lo use» Reparó que interrumpió la explicación —Perdón... no es nada.
—Puedes interrumpirme si tienes duda, el concepto es... complicado —Dijo Luciel con una voz más dulce —El Saeya es principalmente el manejo parcial de tu propia alma. Dar a la energía o poder que la forma una intención, o como había dicho antes un deseo.
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Nacido del Deseo
FantasyLuciel D'chain ha dedicado su vida a convertirse en un pacificador, héroes de la iglesia que protegen de lo sobrenatural. El día de la ceremonia de graduación es separado de sus amigos, viéndose envuelto en una misión que implica recoger y escoltar...