Una bolsa de papel con humeantes panes no saldría ilesa ante el gentío que transitaba por los pasillos de la catedral de Betzaida. Adelayn detenida por un grupo de extranjeros «Unos chismosos que no tienen que meter sus narices en esto —Juzgaba para sí misma» Buscaba la mejor forma de escaparse de los aristócratas y el extraño interés que significaba en ellos poder hacer contactos en una situación como la actual.
La ancha espalda de Niall se asomó desde una puerta, la faz ceñuda que hacía a los nobles alejarse de él como si fueran unos ratones. «Unas ratas maquilladas y en trajes incómodos —Aclaró para sí» Adelayn aprovechó el cambio de atención para huir de sus dos conversaciones, una sobre la importancia de seguir trayendo más plata Astyana al puerto y otra sobre abrir una ruta de Zepelín en la ciudad, alegó un compromiso de ir a las reuniones de las que tanto hablaban esos dos y logró escaparse.
—¡Niall! —Alzó la voz Adelayn al acercarse para llamar su atención.
—Señorita... sé a qué viene, sígame —Gruñó Niall con un gesto de desaprobación al notar la bolsa de pan —Puedo ver que no ha cuidado de mucha gente enferma...
Ahuyento las ganas de responder a la ingenua provocación de Niall. Y lo siguió sin decir una palabra más hasta la habitación de Luciel.
Luciel que yacía sentado en la cama, cubierto por su túnica y escribiendo le dirigió una breve mirada al entrar que la tomó desprevenida. Intensa como la de un depredador, la hizo retroceder un paso sin pensarlo. «Ha de estar molesto por lo que sucedió, no lo culpo» Adelayn recordaba el estado en que lo habían encontrado, destrozado y apenas respirando estaba tan al borde de la vida y la muerte que ella no vacilo al pensar que no lo volvería a ver. Un milagro era la forma correcta de mencionar lo que ella vio suceder en su cuerpo, arreglarse lentamente junto a sus huesos y cerrar toda herida que había descubierto. El solo recuerdo le levantó una ola de pensamientos y deseos de abrazarlo tan dramática como cualquier novela que haya leído, pero se contuvo, y ofreció la bolsa de panes que llevaba.
—He traído esto por tu recuperación... a decir verdad me alegra, nos alegra que te hayas recuperado —Dijo Adelayn mitigando los recuerdos de la escena completa de la plaza —Se que ha sido poco tiempo desde que despertaste y probablemente haya mucho que debas procesar por ti mismo... Pero, nos gustaría saber si nos puedes ayudar para decirnos más claramente que fue lo que llevó a lo sucedido...
—Señorita —Interrumpió Niall —El joven Luciel comentó que estaba aclarando sus propios recuerdos... puede que sea mejor esperar un poco antes de cuestionarlo respecto a los sucesos, además que aún no le hemos comunicado sobre sus compañeros.
—Perdón... —Soltó Adelayn apenada por su poco tacto «Insensata, ya no puedo culpar su cara por mi estupidez»
—Hablaré —Comentó Luciel cerrando el pequeño libro donde escribía. Y pasó sus manos por el cabello peinándolo por completo hacia atrás, acto que terminó de colorar el rostro de Adelayn en un intensó carmín. «Soy de lo peor —Reclamó en su mente» —Pero antes, ¿Podrían decirme cuánto tiempo ha pasado desde que terminó la batalla contra esos dos?
—Un... toda la tarde, ahora mismo está por anochecer —Dijo Adelayn colocando la bolsa de pan en una de las mesitas a lado de la cama —No ayudaría a encontrarlos a ellos dos y lo que sea que se llevaron.
—No creo que los encuentren en las cercanías, ha pasado suficiente tiempo para que sea difícil saber si daremos con ellos —Dijo Luciel ofreciendo una pequeña reverencia con la cabeza al tomar uno de los panes «¿Había usado ese gesto antes? ¿Dónde lo vi?» —También es probable que la propia ciudad tenga más personas de ellos que les avisen si es que alguien más va en su búsqueda... ¿Cómo se encuentra Rea... Agony y Poena?
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Nacido del Deseo
FantasyLuciel D'chain ha dedicado su vida a convertirse en un pacificador, héroes de la iglesia que protegen de lo sobrenatural. El día de la ceremonia de graduación es separado de sus amigos, viéndose envuelto en una misión que implica recoger y escoltar...