—Pues ahí está lo difícil, traducir la antigua lengua es complicado pero posible. Pero la forma en que este escrito no termina de tomar sentido ni siquiera al leerlo entero. Hallaría más concordancia en los incesantes sonidos de un par de cuervos. —Sereph suspiró para dejar la frustración a un lado. —Hay ciertas cosas importantes, el escrito menciona a seres que traerán la ruina, "una tierra sin vida o muerte". Por lo menos eso es lo que he logrado sacar de la profecía. He contado por lo menos siete sujetos, muchos de ellos no estoy del todo seguro. Puedo decir por lo menos de dos. El Drae, o la bestia, por la importancia que tiene el nombre ahora, el dragón como tú le llamaste. Y el otro es El Rey que se Corona a sí Mismo, se hace mucho énfasis al final sobre él, será el último de todos y la razón por la que todo termina. "Traerá consigo una dulce canción destructora" dice el pergamino.
» La profecía es en parte una de las cosas importantes, pero cuando comencé a buscar cosas específicas sobre cada uno de los seres o por lo menos de los más específicos, me encontré con que en la vieja ciudad abandonada de mi gente. En Wozhukain hay información de que la gran cárcel que forma sus cimientos guardó en el pasado a la bestia. Si eso es cierto, pondría la fundación de la ciudad muchos siglos antes o incluso milenios antes de lo que creíamos originalmente. Pero cuando fui a investigar, me enteré también que hubo alguien que había entrado antes, quien sea que fue libero muchas de las criaturas y Shaeyvah que yacían en ese lugar por tanto tiempo. Así que tuve que regresar sin nada.
—Raezal —Masculló Eoin
—Es posible, no dudamos que fueran a buscar a quienes pudieran usar ahí. —Aseguró Sereph —Los heraldos vinieron entonces para hablar con Smil al respecto, enterarse por mi sobre lo que descubrí de la profecía y de paso ir ellos mismos a investigar la ciudad, quieren asegurarse de la relación que tienen la bestia de la ciudad con la bestia de las cumbres del norte. Es por eso por lo que espero comprendas Adelayn, la situación en la que te hayas y porque la mejor opción es esperar.
—La bestia, el que se corona a sí mismo —Repitió Adelayn «Coronado, estoy segura de que es como llamaron a Luciel, ¿Estoy paranoica si pienso en algo así?» —Los... los dos de Raezal mencionaron a un tal coronado en todo el combate. Parecían estar buscándolo. Creo que es... puede ser mejor ir a ayudar en lugar de quedarnos aquí. La investigación puede ser muy agotadora con pocas personas, lo noto en ti. Permítenos ir Sereph, no buscaré pelea con los heraldos creo que puedo aportar unas manos extras. Si... si hay algo de verdad en lo que hallaste, puede significar un peligro grande.
—Eres más terca como me advirtió Cilya —Suspiro Sereph evitando fruncir el ceño.
—Buscaré la forma de ir aun sin tu guía. —Repuso Adelayn sin la misma severidad, pero manteniendo su determinación.
—Imposible.
—Estoy segura alguien puede prestarme su ayuda.
—Digo que será imposible. Recuerda que la ciudad estuvo abandonada, perdida, escondida. No fuimos nosotros los que la escondimos. Creemos que en algún momento la ciudad fue tragada por un Shae'màni. La única forma de llegar a ella es entrar el en mundo de pesadilla, y regresar de vuelta. —Aclaró Sereph halando sus mejillas con ambas manos —Muchos dirán que pueden guiarte a la zona donde él Shae'màni se abrirá ante ti, pero si llegaras a tener la mala suerte de que así lo haga, es probable que nunca vuelvas a encontrar una salida por ti misma. Es por eso por lo que fueron los heraldos, ellos pueden salir cuando quieran del lugar. Si has de ir, yo mismo te llevaré y te sacaré del lugar dependiendo el peligro.
Con los labios apretados evitó que su sonrisa se formara más de la cuenta, era una ganancia de la que no podía regodearse. Peligro, al punto en que parecía irreal. Las profecías les sonaban a patrañas que los bardos y juglares cantaban todo el tiempo en los puertos. Galaed Señor de las hadas era una de ellas, favorita en el golfo de las joyas, historias solo eso eran. Igual que todo lo referente a Gabriel. símbolos y solo eso. Nada que pudiera lastimarla de forma real. «Coronado, debe ser solo una coincidencia —Pensó para ahuyentar su creciente ansiedad»
—Tomaré tu palabra senescal Dor'xeil, lo apoyaré en lo que sea necesario. —Dijo Adelayn ofreciendo una reverencia ceremonial a Sereph.
—No hago esto porque me parezca una buena idea. —Repuso Sereph —Lo hago como un favor a Cilya, tienes una buena oportunidad de hablar con el emperador dependiendo de cómo salgan las cosas. Los heraldos que vinieron no son lo más conocidos, pero vienen acompañados de Edhwar, resulta que aparecieron dos mujeres con la marca de lys en el cuerpo. Dos heraldos que llegaron por sus propios medios ante el emperador, ellas dos están buscando experiencia justo como tú. Si has de tener una buena oportunidad será mejor que la tomes.
—Justo como yo. —Repitió Adelayn aun conteniendo una sonrisa para su amigo —Gracias Sereph, pese a que te hagas el duro sigues teniendo ese gran corazón. Apreciaré la oportunidad.
—No es necesario. —Repuso Sereph —Saldremos hoy mismo, nos llevan un par de días de ventaja como mucho. Llamaré un pelotón que nos acompañé, en principio solo es por si nos llegamos encontrar con pormenores en el camino. No me agrada saber que cono Senescal la gente de aquí siga desconfiando de nosotros.
—No ha cumplido ni un año en el cargo. La dureza con la que se trata denota su esfuerzo por cambiar los corazones de la gente. —Comentó Niall manteniendo la reverencia todo el rato.
—Aprecio las palabras. Los llamaré en cuanto tenga todo listo. Pueden conseguir algo de comer y descanso hasta entonces.
Adelayn y su grupo se levantó y salió en busca de alimentos.
El silencio obligado fue roto al regresar al salón principal de la posada. En la mayoría de las mesas se hallaban hombres jóvenes vestidos en negros trajes y con las plumas en el brazo y mancuerna de sus trajes. Todos los examinaban con recelo, más apartaban la vista al poco rato regresando a sus cuchicheos.
Eoin seguía cubriendo su mano con la boca y solo dejó el gesto cuando la comida llegó a la mesa. Niall por su lado gruñía con cierto descontento y el semblante arrugado daba la impresión de que tuviera frente suyo a su peor enemigo.
—Puede que haya sido apresurado, Niall, pero has de comprender mi situación. —Dijo Adelayn mientras estaban comiendo, con la esperanza de que el viejo Niall no llevase esa expresión durante todo el viaje —No espero que todo lo que él nos dijo que encontró sea del todo cierto. No habrá por qué preocuparse, nuestra ida al lugar es por una razón en concreto, creo que eso lo comprendió él.
—Me he acostumbrado a sus decisiones Señorita —Aclaró Niall con un bajo tono en que lograba notar más su enojo —No es por eso por lo que mi rostro se muestra así. Los guardias, y comensales que se hallan en la posada son como los chicos que nos encontramos en los caminos hacia Madalena. Los he visto antes, estoy seguro, la posada, la calle y la ciudad está repleta de ellos.
Adelayn miró por todos lados solo para encontrarse que lo que mencionaba el viejo Niall era cierto. No logró atar los cabos cuando llegaron, todos los jóvenes hombres y mujeres en ese extraño traje negro y con la pluma en las mancuernas eran Cuervos de Bertrand. Rodeada, comenzó a sentir de vuelta ansiedad, un sentimiento que la abordaba con el recuerdo de aquella noche. Mantuvo el silencio sin responder nada y se forzó a comer junto a Niall hasta que Sereph los mandó a llamar.
Puede que solo haya pasado unas horas fuera del puerto de Ilyberk y comenzaba lentamente a dar cuenta todo lo que no conocía. Todo lo que habría de preguntar llegado el debido momento.
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Nacido del Deseo
FantasyLuciel D'chain ha dedicado su vida a convertirse en un pacificador, héroes de la iglesia que protegen de lo sobrenatural. El día de la ceremonia de graduación es separado de sus amigos, viéndose envuelto en una misión que implica recoger y escoltar...