𝐂𝐎𝐃𝐈𝐆𝐎 𝐌𝐘𝐆𝟎𝟗𝟑 || 𝐘𝐎𝐎𝐍𝐌𝐈𝐍

ғᴏᴜʀ ♡

Había pasado casi más de dos semanas en las que su esposa había tratado de asimilar que había un robot caminando por su casa con la apariencia de su difunto hijo. Era bastante doloroso para ella verlo ahí, como si nada. No lo sentía como un miembro de la familia, lo veía como un intruso.

También sabía que MYG093 no comprendía sus sentimientos, eso fue algo de lo que le explico Namjoon detalladamente. Aún Yoongi no conocía nada de lo que podían significar las emociones, había solo datos que podía llegar a comprender por el internet.

Puede que no lo haya agregado porque no sabía cómo podía reaccionar a las emociones humanas una máquina. Si le causaba mucha intriga lo que sea eso, pero si él mismo con sus largos años de vida no lograba entenderlos al cien por ciento, no sabía si su prototipo lo haría.

— Yoongi, ¿Qué se supone que estás haciendo? — pregunto Namjoon viendo al "joven" levantar un adorno y empezar a limpiar la superficie de madera en la que se apoyaba.

El prototipo dejó las cosas donde estaban para saludarlo agachando un poco la cabeza.

Min noto que la manera de moverse del chico se había vuelto más humana. Al inicio todos sus movimientos se habían caracterizado por ser muy robóticos, aunque poco a poco analizo el comportamiento de sus superiores y logro imitarlos a la perfección. Copiando facciones y conductas que ellos tenían. A veces giraba o se levantaba de una manera muy extraña, pero poco a poco estaba adoptando las conductas humanas. 

— Ayudo a la señora Jeongyeon con la limpieza. Me pidió que ordenara las superficies planas y limpiara los adornos. — explico volviendo a su labor.

— Madre, ya te expliqué que le digas así. No es señora Jeongyon, es tu madre. — Yoongi mantuvo silencio, escuchándolo atentamente. — Eres parte de nuestra familia, trátanos como tal.

Namjoon observo como Yoongi parecía pensarlo unos segundos antes de asentir. Volvió a su labor de limpiar el estante, haciendo que su padre suspire algo cansado. Él no estaba ahí para que sea un simple sirviente que se la pase limpiando. Quería que su hijo tenga una vida lo más normal posible.

Durante los últimos días lo había visto ocupado barriendo, trapeando, encerando, puliendo y limpiando una infinidad de cosas. Cada vez que terminaba una tarea, la señora Min le encargaba otra, considerando que tenían una casa algo grande, podría mantenerlo ocupado un buen tiempo.

Sinceramente, Namjoon estuvo en total desacuerdo con esa idea de hacer que Yoongi empiece a trabajar como si de un esclavo se tratara. Entendía que era la extraña manera que su mujer tenía para aliviar su extraño dolor, igual eso no quería decir que le agradaba.

— Yoongi, detente. — ordenó cuando había levantado su balde con productos de limpieza. — Deja de limpiar y hacer todo esto. No es tu trabajo. Tenemos responsables para eso.

— Debo hacer este trabajo. Es parte de las reglas. — Namjoon lo miro confundido. — Siempre ayudar en todo lo que me ordenen y pidan para una mejor satisfacción.

Yoongi había sido programado con un total de seis reglas que debía de seguir al pie de la letra. Su finalidad había sido hacerlo una mejor persona y que la gente lo tome como un ejemplo. Dar a ver que no solo estaba ahí para ser un robot más, sino que también podía ayudar a la raza humana.

Primera norma: Ser amable y gentil con los humanos. No puede ofender o dañar a ninguna persona. Ni verbal ni físicamente.

Segunda norma: Ayudar en todo lo que le sea posible, indiferente de cuál sea el problema, debe estar ahí. De esta manera se sentirán más satisfechos.

Tercera norma: Hacer feliz a su creador siendo un buen ejemplo. Si él estaba contento, significaba que sus acciones eran correctas.

Cuarta norma: La mentira era una de las cosas más horribles que podía existir, por esa razón debía evitarla. No podía engañar, sobornar, manipular ni sacar provecho de nadie.