𝐂𝐎𝐃𝐈𝐆𝐎 𝐌𝐘𝐆𝟎𝟗𝟑 || 𝐘𝐎𝐎𝐍𝐌𝐈𝐍

ғᴏʀᴛʏ ғɪᴠᴇ ♡

El verano le beneficio mucho en el aspecto psicológico a Jimin. No se tenía que enfrentar a sus compañeros que lo odiaban ni tenía demasiado estrés por las calificaciones. En ese momento solo estaba con los proyectos de Namjoon y en su tiempo libre se dedicaba a cuidar del bebé de año y medio que su vecina, y mejor amiga de su madre, había tenido. Con la mente ocupada y el horario ajetreado entre los dos trabajos y sus terapias, Jimin no tenía mucho tiempo de pensar en su dolor. Con las pocas sesiones y una larga paz mental que se había tendió se sentía estable, aunque sabía que era una estabilidad momentánea.

No le importaba y no le quería poner interés en lo que estaba sucediendo, solo quería estar tranquilo. 

Se había acostumbrado a tener que estar alerta para evitar cualquier problema que se pueda generar, pero para su grata suerte parecía que su madre no tenía intenciones de tener que hacerle la vida imposible con peleas. Había calma hasta el inicio de la universidad en agosto y él pensaba aprovechar ese último mes en el que no tendría responsabilidades para luego enfrentarse a una clase de vida completamente diferente. Rogaba a todo tipo de cielo poder aplicar a la beca que tanto deseaba y dar lo mejor de él para poder sustituir dentro de esas paredes de la que había escuchado miles de cosas horribles. Jimin estaba rogando por todas las fuerzas que pueda sostenerse con todo, aunque iba a entrar siendo una persona más estable.

—Ten Jimin. —Su terapeuta le extendió la libreta con tranquilidad y su típica sonrisa. 

Era la octava cita y en ese pequeño tiempo algo en él se iba sintiendo mejor. Si bien no esperaba ver cambios instantáneos, lograba poder colocarle un alto a las cosas que lo golpeaban cuando algo empezaba a salir mal. No había tenido peleas ni factores de vulnerabilidad, pero los pensamientos intrusivos vivían a su lado y la psicóloga le estaba dando algunas pautas para colocarle un stop a las ideas. En ese momento llevaba una clase de horario en donde dejaría que lo malo lo afecte, pero luego de eso tenía que controlar a su mente y no dejar que su mente lo controle a él.

— Estas yendo excelente. Lo estás logrando, Jimin. Felicidades. —Nuevamente recibió una sonrisa de confort y eso hizo que una linda sonrisa se dibuje en los labios de Jimin.

Lo estaba haciendo bien.

Jimin salió del edificio donde recibía su cita psicológica y observó el parque qué estaba en frente a este. A unas cuadras había un restaurante y muy cerca también se haya un colegio. Camino por el pequeño sendero que había, observando algunas flores que tenían algunas abejas. Disfruto del silencio sin tener algo que lo esté martillando la cabeza, era hace mucho tiempo que no encontraba ese tipo de tranquilidad en el que disfrute de un minuto estando consigo mismo. Cerró sus ojos y dejó que la luz de sol cubriera su perlada piel, sonrió sinceramente mientras daba algunas respiraciones calmadas, ¿eso era la paz?

Bajo la mirada a ver sus piernas, ese día había decidió llevar pantalones cortos y una camisa rayada, además de que cubría sus cabellos rubios con una gorra azul. Se analizo unos segundos y esos sentimientos que se llenaban al ver el volumen de sus muslos desapareció por voluntad propia. Nunca fue tan "delgado" como sus primos, pero eso no estaba mal, por fin había entendido que tener muslos anchos y un abdomen que no era plano estaba bien. Su cuerpo era hermoso y no lo podía cambiar, su pecho tenía un particular volumen y eso no lo hacía un monstruo. Jimin solo era diferente, no era un bicho raro.

En esos cortos mese había logrado empezar a valorarse más de lo que había hecho en toda su vida, y por ese pequeño interés es que empezó a decidirse que dejaría de hacerse daño.

Así es como Jimin llevaba dos meses limpio, sin cortes y vómitos. Para muchos no era nada, para él significaba muchas cosas, porque pese a que su mente le grito que lo vuelva a hacer, él logró decir que no. Logró llamar a su psicóloga en el momento correcto para no caer en una crisis.