𝐂𝐎𝐃𝐈𝐆𝐎 𝐌𝐘𝐆𝟎𝟗𝟑 || 𝐘𝐎𝐎𝐍𝐌𝐈𝐍

ғɪᴠᴇ ♡

La música sonaba a un volumen mucho más alto de lo que debería estar. El copiloto podía admitir que hasta llegaba a sentir las ondas que salían de los pequeños parlantes que el auto tenía.

A penas podían escucharse mutuamente, además que los ruidos del exterior eran ajenos a los suyos. No había sonido del exterior que les fastidiara. En caso de que uno de los servicios de primeros auxilios como ambulancia o bomberos, todo ruido se apagaría para que escucharan las sirenas y puedan ir más ordenados.

—  ¡CAUSE YOU SAID FOREVER, NOW I DRIVE ALONE PAST YOUR STREET! — gritaron con todo el sentimiento los dos hermanos, sintiendo como la garganta les dolía.

Rieron luego de terminar la canción respirando tranquilamente, aunque algo agitados por la fuerza torácica que habían ejercido.

Sinceramente, no les preocupaba que la gente de afuera llegue a escuchar algo, pues con el actualizado sistema anti ruidos internos, nadie se enteraba de que cosas sucedían dentro de los vehículos. 

—  Ya sé por qué me hacen bullying.

— ¿Por qué? — cuestiono Jungkook sin dejar de mirar por donde conducía. — ¿Por ser un simple cerebrito?

— Eso y porque me gusta música desde como hace sesenta años. — posiciono su mochila entre sus piernas, abriendo el cierre y extrayendo una pulsera de ahí.

La ajusto alrededor de su muñeca, presionando el botón de ON. El aparato no tardó en iniciar, proyectando la pantalla del fondo de bloqueo. Jimin ingreso tranquilamente, observándolo a su mascota virtual saludarle.

—  Hola Gummy, ¿Cómo has estado? — le saludo con la mano libre mientras atendía al holograma.

Jungkook a penas le prestó atención, pues ya era hora de que se acostumbre a lo raro que podía ser su hermano. Desde muy niño había llegado a notar ese interés y cariño especial a toda la tecnología, pero bueno, así venía el modelo, no podía cambiar de hermano.

Algunas personas habían nacido para el arte, otras para los deportes, también había futuros empresarios o de los mejores profesores. En el caso de Jimin, había nacido para ser un friki que creaba amistades con sus robots. Mientras no lo lleve muy lejos, estaba bien. ¿Verdad?

— ¿Emocionado por tu primer último día? — giro a ver a su hermano, aprovechando que había tocado un rojo.

Jimin dejo de ver la tienda de comida para el pequeño animal animado que tenía. Pensado unos segundos su respuesta. — La verdad sí. Siempre vi a los de último año y hoy yo estoy en último año. Siento que simplemente sigo en segundo.

Para Park mirarse al espejo y ver que había crecido, madurado, era algo que sin duda lo sorprendía. ¿Cuándo había pasado a medir un metro setenta y cinco, tener facciones más maduras? Su cuerpo cambiaba y su manera de pensar también. ¿Realmente se estaba convirtiendo en un adulto?

Aún creía que solo tenía catorce años y su única responsabilidad era tener que entregar las tareas.

—  Te ira bien, el último año es el que más tiene sorpresas. — sobo sus cabellos con mechones de distintos colores.

Dejo a su hermano en paz, escuchando su reclamo mientras sacaba un pequeño espejo y se arreglaba nuevamente. Luego de eso no hubo mucho de lo que hablar. Eran como las siete de la mañana y Jimin aún seguía despertando, por lo que no podía sacar muchas charlas interesantes con su hermano. Los chismes y mejores temas llegaban en la noche.

— Ten un buen día. — extendió su puño, haciendo que Jimin lo choque con una sonrisa. — No te metas en muchos líos, ¿Está bien?

Asintió y salió del carro, corriendo dentro de la institución. Fue hasta su salón que tanto había visto, notando como la puerta tenía un cartel que decía "Estado de la promoción: construyendo sueños" al igual que unos hologramas de cintas para advertir que una obra estaba en camino. Sinceramente, le dio mucha risa y paso por medio, viendo como parecía romperse al entrar.