ғɪɴᴀʟ ♡

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Jimin sentía que no podía hacer eso, y le frustraba demasiado lo que estaba pasando. Sabía que debía de controlar sus emociones en ese momento y centrarse en la realidad, por lo que saco la goma de mascar de su mochila. Saco un chicle y empezó a tocarlo con sus manos, sintiendo la textura del papel. Luego lo acerco a su nariz para oler su aroma frutado; se dejó llevar. Coloco el dulce en sus labios y fue mordiendo lentamente, como resultado de todo su protocolo logro manejar esos pensamientos que parecían querer atormentarlo. Lo había logrado de una forma bastante optima.

Estaba orgulloso de él mismo.

Busco sus audífonos mientras volvía a pensar en lo que había sucedido. En ese momento eran alrededor de las seis de la tarde y había salido de la casa de Jungwon luego de tener una pequeña discusión con él chico. Finalmente, y luego de muchas señales demasiadas obvias, el chico había sacado un lindo ramo de flores para confesarse a su amigo y preguntarle directamente si es que deseaba a entablar un tipo de relación amorosa con él. Fue tan rápido que cuando menos se dio cuenta, el chico ya se había lanzado para poder besarlo.

No, Jimin no quería eso. No en ese momento.

No tardó demasiado en empujarlo mientras lo miraba sumamente confundido; pidió unos segundos para pensarlo. Jimin miro a su amigo por varios minutos, pero esa emoción de querer estar con él de forma romántica nacía, pero no lo gobernaba. Se imaginaba con el tomados de la mano, él era lo que varias veces había buscado, y, sobre todo, él era humano. Sin embargo, no podía hacerlo, simplemente aún seguía teniendo la herida de Yoongi en su corazón y necesitaba un tiempo para curarla. Los traumas lo consumían y su enfermedad era algo que tenía que manejar solo. Jungwon era muy lindo, pero el merecía su cien por ciento y Jimin no estaba para dárselo en ese momento. 

—Ugh, te detesto tanto —Jimin pateo la lata que estaba tirada por la calle mientras fruncia su ceño. —, ¿Cuáles son tus ganas de venir y cambiarme todos los planes? Yo estaba muy bien sin ti.

Desde esa maldita tarde en la que había ido a ver a Yoongi por alguna extrañaba razón había empezado a ver como lo llamaba día tras día y le iba dejando mensajes de voz. Algunos eran cortos, otros duraban casi veinte minutos. También le enviaba miles de textos, pidiéndole que se pueda ver, aunque sea unos minutos para conversar, pero Jimin no tenía nada que decirle. Sea lo que sea no le interesaba, todo lo que alguna vez Yoongi fue se había quedado en su memoria.

No valía la pena escuchar a una persona que solo lo veía como un amigo más del montón.

El recuerdo de Yoongi era tormentoso, pero no quería tener que olvidarlo por segunda vez, por lo que le trato de dar un stop a esos pensamientos. Jimin cruzo las calles y se adentró en la zona que no era tanto de su agrado, pero solo eran diez minutos caminando y él sol no parecía tener intensiones de ocultarse todavía. Había muy pocas personas caminando por ahí, pero por alguna extraña razón sintió que alguien lo seguía.

Llevaba teniendo ese sentimiento desde hace días, desde que salió de la casa de Namjoon eso no lo dejaba en paz. Tal vez sea un sentimiento de ansiedad natural.

Jimin giro a ver si había alguien detrás suyo, no había nadie. Cuando volvió a girar accidentalmente su cuerpo choco con el de otra persona, una persona más alta que llevaba algunos tatuajes desagradables en los brazos.

—¡Perdóneme! No vi por donde iba. — Jimin giro a ver al hombre, sintiendo como su estómago empezaba a doler al ver el rostro que jamás pensó volver a toparse.

¿Qué posibilidad había en tener que toparte con el tipo del callejón en un lugar que estaba demasiado lejos para eso? Definitivamente era un pésimo día para que Jungwon haya querido declararse y luego le diga que solo estaba jugando con él para dejarlo irse a pie a la parada del autobús.

𝐂𝐎𝐃𝐈𝐆𝐎 𝐌𝐘𝐆𝟎𝟗𝟑 || 𝐘𝐎𝐎𝐍𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora