ɴɪɴᴇᴛᴇᴇɴ ♡

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El sonido de las manecillas de reloj resonaba en toda la habitación principal, ahora vacía por la fecha tan esperada por el chico que mantenía una constante caminata de derecha a izquierda. Una uña era víctima de la ansiedad que lo consumía, perjudicando a la manicura que se había esmerado en hacer hace dos días. Lo frustraba saber que podía estar maltratando sus manos; era algo a lo que se había acostumbrado a tal punto que continuaba haciendo.

Decidió dejar sus extremidades superiores en paz e ir a ver la mesa con algunas comidas que su madre le ayudó a realizar. Había emparedados, pedazos de pollo empanizado, algunas gelatinas de distintos sabores y una jarra de jugo de naranja para que puedan mezclarlo con lo que sea, su tío le había comprado algunos colorantes para lograr hacer cócteles de colores. En ese aspecto con lo que comida refería se sentía satisfecho. Había hecho un gran trabajo y se aplaudía a sí mismo por ello.

Desbloqueo su celular y a los pocos segundos se logró observar el holograma que le indicaba una cuenta a la inversa de la hora pronosticada para que la gente venga... Al ser él, tenía miedo, no sabía si es que la gente iría a asistir o todo llegaría a ser un fracaso, era la primera fiesta de esa magnitud que se había decidido a llevar a cabo. Desde los primeros años hasta los penúltimos había preferido tener cosas de bajo volumen, una salida al parque, un pícnic de colores, una visita al karaoke entre otras cosas.

Era extraño, no sabía como sería toda la reunión. No sé avergonzaba de la idea de estar solo, aprendió con el tiempo que era mejor tener pocos amigos debido a que si eran multitud, ni la mitad de ellos llegarían a conocerse. Fuera de eso, al no ser muy popular en su escuela por un título "normal", no era la primera persona a la que acudían para que asista a las fiestas de los demás. Si le habían invitado a algunas, tan reducidas que podía contarlas con los dedos de su mano. Se divertía y más de una vez deseo tener una de aquella magnitud, donde todos estén unidos sin importarles cuáles eran sus diferencias.

El timbre de su hogar llamó su atención, se vio obligado a detener su paso en seco y correr hacia la puerta. Al abrirla dos personas alzaron sus brazos y se tiraron para abrazarlo lo más fuerte que podían. Jimin a penas lograba moverse, sentía como ambos reían mientras que cortaban su respiración. Una vez que lo dejaron en paz, arreglo su camisa que le habían desordenado. Hoseok se hizo a un lado, pegándole un codazo a Jake para que imite la acción y permita que la última persona ingrese. Los dos primeros habían traído unas bolsas que se veían livianas mientras que Yoongi llevaba no una, dos bolsas que se veían bastante pesadas; él no parecía cansado ni afectado.

Sabía que ese cuerpo que tenía debía de venir de alguna rutina que practicaba. 

— Feliz cumpleaños, Jiminie. — Yoongi dejo las cosas un segundo y se acercó a donde estaba el mayor. 

Lo miro unos segundos, preguntándole por la mirada si es que tenía permiso para estrechar su cuerpo. Jimin al entender el extraño comportamiento asintió y fue quien tomo la iniciativa para rodearlo por los hombros y apoyar su rostro en su cuello. Siempre estaba tan frío, pero con su aroma que lo arropaba de manera deliciosa. 

Como amaba poder sentirse tan seguro con Yoongi. 

— ¿Quieres que te ayude con eso? — pregunto mientras se agachaba y tomaba una de las bolsas. 

Jimin nunca fue una persona gustosa de ejercitarse demasiado. Le era agradable el bádminton y la danza moderna, fuera de esos deportes se consideraba una persona con un número cero de esfuerzo físico. Por genética lograba tener el beneficio de no engordar de más, porque si no fuera por ellos, seguramente su ansiedad alimenticia lo hubiera llevado a la ruina. El punto era que no solía hacer ni ejercicio ni deporte, pero en las ocasiones donde se vio obligado a cargar algunas cosas, se lograba defender. 

𝐂𝐎𝐃𝐈𝐆𝐎 𝐌𝐘𝐆𝟎𝟗𝟑 || 𝐘𝐎𝐎𝐍𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora