"Tienes que luchar" CAPÍTULO V

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Pov de Fernando

Abrí los ojos y estaba en un lugar que no reconocía, me dolía mucho mi brazo izquierdo, trato de recordar donde estoy. Observo con detenimiento el lugar, hay un puerta marrón clara, las paredes con celestes, a la derecha hay una ventana con vista a la ciudad, según lo que veo a través de ella me encuentro a dos o tres pisos del suelo. El dolor de mi brazo empeora. A la izquierda hay un mini-sofá y en el ¡Por fin! Algo que si conozco muy bien, mejor dicho alguien, se encontraba Fanny dormida, se veía tan tierna y tenía en sus manos una foto en la que estamos Ana, ella y yo. No entiendo nada. Veo como se comienza a mover, va a despertar.

-¡Papá!, ¿Cómo estas, te sientes bien, te duele algo? – Pregunto rápidamente, acercándose a mí.

-¿Dónde estoy? ¿Qué me paso? Me duele un poco el brazo – Dije viendo el yeso que tenía en el.

-Estamos en la clínica, Ana y tú… - Dijo, pero no la deje terminar.

-Estoy empezando a recordar, veníamos de la cabaña, estábamos hablando, yo la miraba y cuando mire hacia el frente venia un camión a toda velocidad, no pude reaccionar, Ana me cubrió con su cuerpo – Dije, preocupado al recordar - ¿Dónde está Ana? – Fanny se quedo callada, solo bajo la cabeza – Estefanía te hice una pregunta. ¿Dónde está Ana? – Repetí pero ahora me estaba saliendo de control, presentía que algo no estaba bien. ¿Por qué se quedaba en silencio? Intente pararme pero era imposible. El dolor aumentaba.

-Papá cálmate – Dijo asustada – Ana está muy mal, tiene una fractura en su pierna derecha, no reacciona, ya que todos los golpes lo recibió ella, los médicos dicen que solo hay que esperar que puede reaccionar en unas horas, en unos días o – Soltó en llanto – Además tuvieron que donarle sangre. Un trozo de vidrio se le encajo en el estomago lo que provoco que perdiera mucha.

-Quiero verla. Si le pasa algo no me lo perdonare nunca – Dije en medio del llanto – ¿Por qué no mire el camino? Esto no hubiera sucedido. ¿¡Por qué?! – Grite las últimas palabras.

-Papá no es tu culpa, el señor del camión venia del lado contrario al que le correspondía, ya está detenido pero tienes que colocar la denuncia.

-No me interesa lo que pase con el – Suspire – Solo quiero ver a Ana.

-Okay, okay. Voy a preguntarle a un doctor, no te alteres. Ya regreso – Dijo eso y salió.

Regreso dentro de unos pocos minutos con un camillero y una cilla de ruedas, el joven me ayudo a sentarme en ella. Al llegar a la habitación, la vi. Tenía un respirador artificial, tenía moretones y pequeñas cortaduras por todo su hermoso rostro. Se veía tan débil, sentía que me moría al verla en ese estado. El joven salió y Fanny me acerco a donde estaba ella. Tome una de sus manos y la bese.

-Ana. Mi amor, ¿Por qué tenias que sacrificarte por mí? No sabes que si no reaccionas ya me voy a morir. Sin ti mi vida no tiene sentido. Tienes que luchar por ti, por mí, por nuestros hijos.  Puedes hacerlo, déjanos ver esos hermosos ojos verdes que me enloquecen. Te juro que si abres los ojos no volveré a dejarte. Ana… - En ese momento sentí como Fanny colocaba sus manos en mi hombro. En sentido de apoyo – Dijimos  que juntos hasta viejitos. ¿Lo recuerdas? Pues para eso todavía nos falta una vida entera. No nos puedes dejar solos. Tienes que estar el primer día de clases de las gemelas y en el último. Tienes que estar en el matrimonio de Fanny. Tienes que estar en el momento en que Nando decida sin miedo a lastimar a los demás. Cuando Sebastián cumpla sus sueños de bailarín. Cuando nuestra Lichis deje de dudar de su belleza. Cuando Luz, aunque me pese decirlo, lleve a su primer amor a la casa, Cuando Diego Nicolás entre a la universidad y en el momento en el par de dos se conviertan en dos hombres completamente. Y lo más importante tienes que estar a mi lado toda la vida – No pude mas y solté en llanto - ¿Sabes que tu po’yo te matará si la dejas sola? -  Sonreí en medio de llanto – No puedes dejar a Soledad ahora que por fin la encontraste. Todavía falta que ayudes a Juan a contar sus chistes malos, que apoyes a Diego en todas sus aventuras. No nos dejes.

En ese momento un doctor entro a la habitación y nos indico que tenía que hacerle unos estudios, Fanny me acompaño a que me revisaran completamente. Unas pocas horas más tarde ya podía caminar y me dieron de alta. No me quería despegar de Ana, pero tenía que hablar con los niños. Fui a la mansión, todos estaban en la sala desesperados, tanto o más que yo. Alicia, Soledad y Fanny se quedaron con Ana.

-¿Papá verdad que Ana no se va a morir? – Pregunto la pequeña Luz con lágrimas en los ojos.

-No. Preciosa. Ella va a estar bien, por ti y por tus hermanos – Dije acercándome a ella para abrazarla, aun sentía un poco de dolor en el brazo.

-Papá – Me llamo Guille – ¿Podemos ir a verla?

-Claro que sí. Bruno, ¿Podrías llevar a los niños después de que hagan sus tareas?

-Po-Por supuesto señor – Dijo Bruno – Aun no puedo cree-er que le pase esto a mi-mi Ana.

-Nadie lo puede creer y menos yo. Hace apenas unas horas estaba entre mis brazos tan feliz como siempre y mira ahora – Le respondí.

Pase alrededor de una hora con los niños y regrese al hospital, Soledad me dijo que mis hijas estaban con Ana, así que entre. Aunque ninguna noto mi presencia.

-Ana, levántate – Suplico Alicia. En medio de lágrimas.

-Ana, tienes que ser fuerte. Te has convertido en nuestra mamá, en mi mejor amiga, en mi confidente, en mi consejera. Te necesito no me puedes dejar. No nos puedes dejar – La siguió Fanny.

Como es posible que a alguien tan llena de vida como ella, le pase esto. Porque no me pudo pasar a mí. Pero que ella esté bien. No nos puede abandonar.

Fui hasta donde estaban mis hijas y las abrace. Estaban sin consuelo. Ana ha estado cuando más la necesitan y ahora no pueden hacer nada por ella.

Que impotencia. Dios.

Las horas pasan y el estado de Ana sigue igual. Los médicos no se explican él porque. Son exactamente las seis de la tarde y nada. Estoy al frente de ella observándola. Que angustia estamos sintiendo. Tomo una silla que estaba a unos metros y la coloco a su lado, me siento en ella. Tomo sus manos y las coloco en mi rostro. Cierro los ojos por unos segundos y creo tener la misma sensación de siempre, al estar en contacto nuestros cuerpos. Cuando voy a salir a terrible realidad algo sucedió.

Siento como mueve sus dedos. Impactado aun veo su rostro. Está tratando de mover sus ojos. “Gracias Dios, Gracias” es todo lo que pienso. Tiene los ojos entreabiertos. Trata de moverse. Salgo corriendo a buscar un doctor. Dos de ellos regresan conmigo, están emocionados aparentemente todo va bien. Me sacan de la habitación para realizarle algunos estudios. Media hora después entramos Fanny, Soledad, Alicia y yo.

-Hijita de mi corazón – Expreso Soledad al verla – ¿Cómo te sientes?

-Un poco débil pero bien, Solo me duele la pierna. ¿Qué me paso?

-Un accidente. ¿No lo recuerdas?, Le salvaste la vida a mi papá. Que susto nos pegaste.

-Mi amor – Dije tratando de acercarme. Pero noto algo extraño en su mirada y me detengo.

-¿Quién es usted? – Me pregunto. No puede ser cierto. Tiene que estar bromeando.

-Ana no creo que sean momentos para tus bromas. Fuera de lugar – Dijo Fanny haciendo un hashtag con sus dedos.

-¿De verdad no reconoces a mi papá? – Pregunto Alicia.

-No – Respondió seria mirándome.

Fin del pov de Fernando

Hola. Disculpen lo corto pero se me presento un problema personal. El fin de semana recompenso estos capítulos.

No tomen este capítulo a mal. No es que queramos que le pase algo a Silvia, es solo una historia paralela. La creadora y yo amamos y apoyamos a Navarro. Jamás pretendíamos que le pasase algo similar.

Nunca te dejaré de amar - Ferana♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora