"A mi no se me nota" CAPÍTULO XLIV

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Alicia bajo detrás de Ana, la cual iba bajando el ultimo escalón sonriendo grito "Mana, ya llegaste... Llegaron" Pronunció acercándose a Fanny y León a unos metros de allí. La recién casada corrió a los brazos de la que consideraba su mejor amiga, confidente, compañera, e incluso segunda madre. Ambas se fundieron en un abrazo que demostraba la falta que se habían hecho mutuamente, lo que se habían extrañado, unos segundos después se separaron.

-A ti también te extrañe. No tengo a muchas personas para llamar la atención por ser impulsivos – Dijo con una sonrisa abrazando a Leon - ¿Y cómo les fue? – Dijo Ana sentándose en el sofá grande.

-Muy bien Ana, cada cosa que veíamos o que conocíamos Fanny le tomaba fotos para enseñártela – Contó Leon, mientras tomaba asiento junto a Fanny. Alicia observaba desde las escaleras.

-Ay gracias mana, te quiero tanto.

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Las horas pasaban todos estaban emocionados por el regreso de la mayor de la tropa Lascurain, se encontraban en el jardín, Diego, los gemelos, Luz y Mauricio jugaban con siete, mientras que Sebastián le enseñaba a Alicia unos pasos de baile. Ana, Fanny, León y Fernando conversaban sobre lo ocurrido con Fernando. Ana tenia cargada a Ana Estefanía mientras que Fanny a Ana Soledad. Fernando tenía a Ana tomada de la cintura.

-¿Por qué no me llamas Ana? – Preguntó Fanny impactada por lo que le contaba Fernando.

-Ay mana porque no quería arruinar tu luna de miel. Además estaba preocupada y no quería dejarte a ti igual – Dijo mientras jugaba con su hijita en brazos.

-Pero igual, te recuerdo que yo interrumpí las de ustedes por lo de Diego Nicolás

-Bueno igual ya no importa, ya estás aquí y ya confirmamos que éste señor está en perfecto estado de salud – Dijo dándole un corto besos en los labios a Fernando.

-Oye ¿qué le pasa a Alicia? esta distante – Preguntó Fanny mientras al igual que Ana dejaban en el suelo a las gemelas.

-Eso mismo quisiera saber, está distante, no se acerca a mí y cuando le pregunto dice que no tiene nada y que la deje en paz.

-Y ayer la encontré llorando en el antiguo cuarto de Ana – Dijo Fernando mientras jugaba con el cabello de su esposa.

-Esto está muy raro, ahora vuelvo trataré de hablar con ella.

En unos minutos Nando bajo y empezó a conversar con Leon mientras que Ana y Fernando subieron por el celular de él.

-¿Ya? – Preguntó Ana observando como él guardaba su teléfono en el bolsillo del pantalón.

-Casi – Dijo él, pasándole el seguro a la puerta y se acerco a ella sujetando entre sus manos el rostro de Ana.

-¿Qué haces? Debemos bajar tu hija acaba de regresar y – Fue interrumpida por un beso de Fernando, de esos que solo él sabía dar, donde la pasión, el deseo y el amor se mesclaban donde jugueteaban con la lengua del otro, donde sus almas se conectaban aun más.

Ana sonrió en medio del beso y comenzó a desabrochar la camisa de Fernando, quitándosela muy lentamente, él hiso lo mismo que ella. Fernando cargo a Ana y le dejo en la cama, quedando él encima de ella, Ana desabrocho el botón del pantalón de Fernando y empezó a besar el cuello de él, subió hasta su oreja y la mordió muy suavemente, sabiendo cual era la reacción de Fernando. Comenzó a sentir que Fernando tenía una erección. Fernando comenzó a acariciar el abdomen de ella mientras besaba su cuello, la respiración de Ana se torno de forma agitada, ambos giraron quedando ella encima de él.

Ella lo beso a él, dejando antes de separarse una mordida en el labio de él. Ana se levanto de la cama y se puso la camisa de nuevo, Fernando la observaba confundido.

-¿Qué haces? – Preguntó Fernando con la respiración agitada.

-¿No ves? Voy a bajar cuando se te baje eso – Señalo la erección de él, mientras trataba de regular su respiración – Bajas – Ana le lanzó un beso y comenzó abrir la puerta.

-Tú no serias capaz, además sé que estas igual que yo – Dijo seguro de sus palabras, Ana giro y con una sonrisa le respondió.

-Pero al menos a mi no se me nota, corazón – Dijo y salió de la recamará.

Ana comenzó a bajar las escaleras todavía tratando de controlar su respiración, y sonriendo con satisfacción porque conociendo a su esposo estaba segura de que se vengaría. Fue a la cocina y ahí estaban Nando y Manuela.

-Hola – Dijo el joven, pero Ana no respondió abrió la nevera y saco una jarra de agua fría, tomo un vaso, vertió ahí un poco de agua y se la bebió sin parar, luego repitió la acción, pero esta vez más calmada.

-Hola mi corazón – Le respondió, con su respiración regulada ya – ¿Dónde estabas? Fanny regresó.

-En el cine con una amiga... Si lo sé, ya vi hace rato con Alicia. Pero ¿y tú dónde estabas que venias tan sedienta?

-En la recamara – Nando y Manuela se dieron una mirada cómplice - ¿Apoco no sienten el calor?

-¿Y don Fernando? – Preguntó Manuela, Ana abrió completamente los ojos.

-Se está bañando – Dijo segura, lo conocía muy bien sabia que eso era lo que estaba haciendo.

Ana se quedo unos minutos hablando en la cocina con Nando y Manuela, pues ambas le daban consejos de cómo conquistar a la chica misteriosa de la cual Nando les platicaba, cuando Ana decidió ir a chequear a los niños, iba saliendo de la cocina vio a Fernando, ya bañado, bajando la escalera. «Prepárate para la venganza tentadora de don hielo» Pensó Ana. Ambos caminaron mirándose fijamente a los ojos hasta el centro de los sofás.

-Hueles riquísimo – Dijo Ana mientras se acercaba a él.

-¿Tú crees? - Preguntó mientras la tomaba de la cintura y la atraía a él. En un movimiento ambos cayeron sentados en el sofá, Ana se inclinaba hacia atrás para estar lo más lejos posibles de las insinuaciones de Fernando. Él se acercó a ella y la beso, Ana no dudo ni un segundo en corresponderle.

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Hola, ¿Cómo están?♥

Nunca te dejaré de amar - Ferana♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora