Nunca te dejaré de amar - Ferana♥

Italia [Parte 1] CAPÍTULO XXXVI

¿Dónde está papá, Ana? – Preguntó Alicia.

-Recibió un llamada Lichis – Dijo pensando en la reacción que había tenido Fernando – Pero mejor dime ¿Dónde está Pablo? – Preguntó tratando de pensar en quien había llamado a Fernando y por más que lo tratara de ocultar su sexto sentido ya se había encendido.

-Se fue enojado – Le respondió con pesadez. Fernando llego en ese momento con su celular aun en la mano.

-¿Quién se fue enojado? – Preguntó.

-Pablo – Respondieron Ana y Alicia a unísono - ¿Quién era amor? – Preguntó Ana sonriente, mientras se acercaba a él. Alicia se alejo con sus siete hermanos menores.

-Un socio de la empresa, quería preguntarme si iría mañana a trabajar – Dijo y tomo a Ana por la cintura, atrayéndola a él. Ana no quedo convencida con la respuesta y no entendía el porqué.

-Mi vida estoy cansada nos sentamos – Expreso Ana, haciendo un puchero.

-Claro – Ana se soltó e iba a comenzar a caminar hacia las sillas donde estaban sus hijos cuando sintió que Fernando la halo por su mano derecha y la beso - ¿Sabes que te amo más que a mi vida, verdad? – Preguntó. Ana sonrió con ternura y lo beso, un beso cargado de amor y de ternura. Él cual se llevo más de dos miradas de los presentes.

-Fernando, tu – Ana, subió su mano izquierda a la altura del pecho de su esposo y lo señalo – Eres mi vida, te amo – Fernando la tomo por las mejillas y la volvió a besar.

{...}

La pre-celebración había llegado a su fin, todos se habían marchado era un como más de media noche. Todos en la casa Lascurain estaban durmiendo a excepción de Fanny la cual no podía dormir por los nervios y de Ana y Fernando, los cuales se encontraban haciendo el amor en el jacuzzi. Al salir Ana se tapo con una toalla mientras secaba su cabello, Fernando la observaba a través del espejo sonriente.

-¿Cómo estará Fannys? – Preguntó Ana, mirándolo por el reflejo del espejo.

-Dormida, ¿Cómo más? – Respondió restándole importancia, sin entender a lo que su esposa se refería.

-Fernandou – Ana se dejo de secar el cabello y lo voltio a ver - ¿Cómo crees que va a estar dormida? Yo la conozco debe estar observando todos los dibujos del Lion.

-¿Y tú que dibujos observabas la noche antes de nuestra boda? – Preguntó Fernando con una sonrisa provocadora, acercándose a Ana.

-Ninguno – Fernando le quito la toalla y continúo secándole el cabello a su esposa – salvo los de aquí – Ana puso su mano derecha en su cabeza – y los de acá – Repitió el acto pero ahora en su pecho - ¿Tu que hacías? – Preguntó curiosa.

-¿Yo? – Ella asintió – Pues, recordaba desde el de en que nos conocimos, nuestro primer beso, nuestra primera vez juntos, todos esos momentos con nuestros hijos pero sobre todo imaginaba – Fernando dejo caer la toalla y acariciaba desde el hombro hasta el antebrazo de Ana – Acariciar a diario tu piel suave, besar estos labios rosados que me hechizan – Subió su mano derecha hasta los labios de Ana y los acaricio antes de besarlos – Y no solo lo carnal si no más allá de eso, momentos donde compartiéramos una tarde juntos, mil noches abrazados, miles de caricias y millones de besos diarios – Ana solo lo miraba a los ojos, con ese brillo tan peculiar que poseían esos hermosos ojos verdes.

-Me enloquece que me mires así – Dijo Fernando rosando sus labios antes de besarla.

-¿Así cómo? – Preguntó Ana.

-Así como lo estás haciendo ahora mismo, con un brillo que me fascina.

-Pues estos ojos, solo miran así a mi exjefe. Un señor estricto, cuadrado, buen padre, buen esposo, pero sobre todo – Ana se paro en las puntas de sus pies – muy buen amante – Le susurró al oído.