El día había amanecido grandioso, una muy linda luz iluminaba la escuela y una brisa corría, dando la temperatura perfecta para vestir un suéter bajo la túnica.
Había pasado una semana desde que el cáliz dio a saber su elección de campeones, una semana desde que Harry y Alicebri han sido molestados de diversas maneras. Un gran ejemplo era el hecho de que ahora la Black yacía empolvada de harina luego de pasar por las mazmorras al entregarle a Draco el anillo que había encontrado el día anterior en la cancha de quidditch.
Bri se encontraba desahogando su furia en una de las cuantas escaleras del castillo que al hacer el dobles producía cierto balcón que daba vista al patio central del castillo.
-¡Tenían que ocupar Harina! - grito bastante fastidiada.- ¿¡Saben todos los panqueques que podrían haber hecho con esto!? - sacudió la manga de su túnica votando polvo blanco.
- realmente eres grandiosa, te enoja más que no la ocuparán en panqueques, que te hayan hecho eso.- dijo un varón sonriente subiendo las escaleras.
- Cedric.- soltó ella al voltear e inmediatamente fue atraída por los brazos del Hufflepuff, quien la abrazo sin pensarlo dos veces.
- esos imbéciles.- bufo el. Había escuchado en los pasillos que un grupo de Slytherin había empolvado sin piedad alguna a su novia con harina en las mazmorras y sin pensarlo dos veces corrió hacia el lugar donde sabía, estaría su pequeña señorita.- ¿Te hicieron algo más? - ella negó, apoyando su cabeza el pecho de su pareja con un puchero y ceño fruncido.- me alivia mucho saber eso.
El castaño cuidadosamente tomo su varita y con un hechizo retiro todo rastro de polvo que tenía en su cuerpo.
- ¿Cómo supiste que estaría aquí?
- solo tuve que seguir el rastro de harina.- bromeó riendo.- en realidad, últimamente has estado frecuentando este lugar y algo me dijo que estarías aquí.
- me anima mucho que estés aquí, gracias.
- no me agradezcas, señorita. Eres lo más importante para mí y sea cual sea la situación, siempre serás mi prioridad.- dejo un beso en la cabeza de su niña, dejando caricias en su espalda.- ¿Que te parece si nos quedamos aquí y degustamos un rico chocolate caliente?
La chica tomo un poco de distancia para ver a su novio, en busca de las tazas, de las cuales hasta el momento no había percibido presencia.
-¿Donde ...- quedó con las palabras en la boca al ver como unas tazas de chocolate caliente y manta habían aparecido por arte de magia.- cásate conmigo, por favor.
- de hecho.- dijo el Hufflepuff tomando distancia para luego ponerse de rodillas mientras sacaba algo de su bolsillo.
-¡Por dios, Cedric! Te amo, pero somos muy jóvenes aún.- exclamó la prefecta al ver el anillo plateado de cuarzo rosa.
- es un anillo de promesa.- aclaro el sonriendo. - somos jóvenes y este mundo se está cayendo a pedazos, pero pase lo que pase, quiero permanecer contigo. No se que nos depara el futuro, pero si se que siempre serás el amor de mi vida, ¿Que dices, señorita? ¿Aceptas entrelazar cada una de nuestras vidas en una promesa de eterno amor?
- acepto.- dijo y el chico se puso de pie rápidamente y la besó con una pasión indescriptible.
Luego de unos minutos, ambos yacían sentados arriba de una manta en aquel mismo espacio disfrutando de la compañía del otro mientas tomaban una rica taza de chocolate caliente y malvaviscos.
- entonces fuimos al cine a ver la película, pero mis amigos se fueron antes de que comenzara, para ver otra que era de terror.- una castaña de ojos carmesí contaba su experiencia mientas un castaño de ojos grises la observaba con tanto amor en su mirada, que cualquiera podría jurar ver corazones en estos.- y bueno, yo me quedé viendo la película hasta que regresaron corriendo tomando mi mano para salir nuevamente corriendo de la sala, ya que uno de los encargados los pillo y tuvimos que huir del cine por la salida de emergencia. Fue muy chistoso, en serio.- río ella y su novio sonrió con ternura al verla.
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Alicebri Black: Efímero
FanfictionPorque hasta el mismo destino tuvo envidia de tal hermosa sintonía que emitían sus vibraciones. Por lo cual, en un acto de egoísmo ante tan acendrada melodía, decidió que su tiempo en aquel mundo fuese efímero. Porque sus nombres habian sido escrit...