El estadio estaba lleno y todos ya se encontraban en los que serían sus asientos. Hablando de aquello, los que el señor Weasley había conseguido eran sumamente buenos, se lograba ver todo con gran capacidad.
–esto es realmente genial, podremos interactuar con los jugadores.— dijo George, comiendo una gran porción de palomitas de maíz que Alicebri les había comprado.
– es cierto.— agregó ella y luego arrugó su nariz. — huele extraño, ¿No creen? — pregunto Alicebri, quien estaba sentada a un lado de Cedric y George.
"¡Ah, ahí está Lucius Malfoy!" Se escuchó la voz de Fudge, quien anteriormente habia visto hablar con Harry.
Alicebri volteo su mirada hacia donde provenía el ruido y pudo apreciar a una familia de cabello y tés tan blanca como la nieve. Ahí pudo visualizar a Draco, quien venía acompañado de un señor alto parecido a el y una mujer hermosa, ambos con una expresión de disgusto y superioridad.
–¡Ah, Fudge! —dijo el señor Malfoy, extendiendo su mano al llegar ante el ministro de Magia—. ¿Cómo estás? Me parece que no conoces a mi mujer, Narcisa, ni a nuestro hijo, Draco.
—¿Cómo está usted? —saludó Fudge, sonriendo e inclinándose ante la señora Malfoy—. Permítanme presentarles al señor Oblansk... Obalonsk... al señor... Bueno, es el ministro búlgaro de Magia, y, como no entiende ni jota de lo que digo, da lo mismo. Veamos quién más... Supongo que conoces a Arthur Weasley.
Un ambiente tenso se generó. El señor Weasley y el señor Malfoy se miraron fijamente. Los fríos ojos del señor Malfoy recorrieron al señor Weasley y luego la fila en que estaba sentado.
—Por Dios, Arthur —dijo con suavidad.— ¿qué has tenido que vender para comprar entradas en la tribuna principal? Me imagino que no te ha llegado sólo con la casa.
– ya decía yo que el insoportable olor a perfume estúpidamente caro se debía tratar de alguien oxigenado.— soltó Alicebri sin pensar, haciendo reír al resto, llamando la atención de su pariente quien la miró con desprecio.
—Lucius acaba de aportar una generosa contribución para el Hospital San Mungo de Enfermedades y Heridas Mágicas, Arthur. Ha venido aquí como invitado mío.
—¡Ah... qué bien! —dijo el señor Weasley, con una sonrisa forzada.
En ese momento pudo divisar como la mujer había notado su presencia.
– ¿Alicebri querida, que haces aquí? — pregunto Narcissa con intención de acercarse a la menor, pero un perro grande y negro lo impidió gruñendo.
– no puedo creer que dejen ingresar a un animal a un evento tan importante como la final del mundial. — comento Lucius con disgusto.
– bueno, nos preguntamos lo mismo de gente tan hueca y oxigenada.— soltó Fred firmemente, ganándose una mirada regañadora de parte de su padre, que aunque tenía muchas ganas de reír, guardó la compostura.
– será mejor que nos vayamos a sentar, ya comenzará el juego.— dijo Narcissa tomando el brazo de su esposo.— hasta luego Alice..Alicebri, escríbeme un día y tomamos juntas un té en Flowerby té.
Dicho esto la familia pelirrubia pasó de ellos con la cabeza elevada, como si estuvieran pasando al rededor de unos plebeyos y ellos fueran de la realeza.
—¿Todos listos? —preguntó Ludo Bagman emocionado.— Señor ministro, ¿qué le parece si empezamos?
—Cuando tú quieras, Ludo —respondió Fudge complacido.
Ludo sacó la varita, se apuntó con ella a la garganta y dijo:
—¡Sonorus! —Su voz se alzó por encima del estruendo de la multitud que
abarrotaba ya el estadio y retumbó en cada rincón de las tribunas—. Damas y caballeros... ¡bienvenidos! ¡Bienvenidos a la cuadringentésima vigésima segunda edición de la Copa del Mundo de quidditch!
ESTÁS LEYENDO
Alicebri Black: Efímero
FanficPorque hasta el mismo destino tuvo envidia de tal hermosa sintonía que emitían sus vibraciones. Por lo cual, en un acto de egoísmo ante tan acendrada melodía, decidió que su tiempo en aquel mundo fuese efímero. Porque sus nombres habian sido escrit...