Alicebri Black: Efímero

[038]- dia extravagante✨🔥

Lunes por la mañana, tan solo días habían pasado desde que una de las campeonas de Gryffindor tenía pareja para el tan mencionado Yula ball.

Fuera de aquello, las cosas en la escuela han sido algo tediosas para la heredera Black.

Comenzando por el hecho de que hoy se despertó mucho más tarde de lo normal y perdió la primera hora de clases. Debido a aquello y que no podría entrar al salón, decidió ir por algo a las cocinas e ir a entrenar con la escoba a la cancha. Luego de estar unos treinta minutos persiguiendo y encontrando la Snitch su reloj de muñeca sonó indicando que quedaban veinte minutos para que la segunda clase iniciara.

Sin pensarlo dos veces fue directo a las duchas y limpió cuerpo. Al estar lista saco una de sus manos a través de la cortina en busca de su toalla, pero no pudo hallarla en ningún lado, así que asomó su cabeza y no hizo más que comprobar que tanto su toalla como ropa no se encontraba más en aquel lugar, o al menos en el caso de esta última, no en un estado que se pueda utilizar, ya que pedazos de esta se encontraban dispersos por la banca donde la dejó con anterioridad. La Black bufo y frunció el ceño aún más al notar claramente la firma de Pansy Parkinson en lo ocurrido. Y no, no solo lo digo de manera implícita, más bien, literalmente estaba escrito en la pared "tu ropa necesitaba un serio arreglo, de nada- Atte: P.P🐍" .

La Gryffindor no tuvo más remedio que convertirse en un fénix y teletransportarse con sus cenizas a su habitación en busca de poder arreglarse bien para aquel día.

Decir que aquello fue lo único malo del día sería mentir por completo.

Al estar lista y teniendo tiempo de sobra para ir a la siguiente clase fue al gran salón donde apenas entró vio a aquel chico que había estado evitando estos últimos días. Fred se encontraba ahí, hablando muy cerca de Lilith Smith, una compañera de su grado, pero perteneciente a Hufflepuff.

Alicebri sintió que su corazón era piñiscado, pero a la vez un enojo cruzó por su interior. Detesto el hecho de que ni si quiera hubiese pasado una semana desde que ocurrió todo lo de las invitaciones al baile y el chico ya estuviese coqueteando con alguien.

Claro fue que sin pensarlo su enojo no solo era irradiado en su interior. Un globo de los niños de primer año se reventó llamando la atención de todos en el comedor ante aquel ruido que gracias al espacio, se aumentó en un eco.

La Black sintió mucha vergüenza al ver que los ojos de todos se posaban en ella. Bueno, si lo vemos desde el punto de vista de lo ocurrido podría haber sido cualquiera, pero ciertos cabello rojo y ojos grises delataban a la menor de la familia Scamander.

Como muchos, Fred miró a Alicebri y sin pensarlo dos veces se puso de pie, yendo hacia su dirección. La Black al notar aquello salió con rapidez del salón, sabía que para esta ocasión iba a ser algo difícil de escapar del pelirrojo, porque si, no era primera vez que ignoraba a Fred durante este par de días.

- ¡Pequeña!- exclamó el chico tras ella, escuchándose cercano.

Alicebri aumentó su velocidad y comenzó a correr por los pasillos en dirección a las mazmorras. Su siguiente clase sería pociones y al menos tendría el pretexto de esconderse en el salón.

Pero claro, ella no fue la única en aumentar su velocidad. En aquel instante Fred inició su carrera y como era de esperar, tomando en cuenta la gran diferencia de alturas, fue cuestión de segundo para que este la alcanzara.

Alicebri estaba apunto de doblar por un pasillo cuando lo vio a él, por milésimos segundos conectó miradas con aquellos ojos grises del chico castaño al cual no veía hace días. No tuvo tiempo de ni si quiera  reaccionar cuando unos brazos rodearon su cintura y la elevaron hasta juntarla al cuerpo del contrario.