SAMANTHA
Primera vez
No sé cuánto tiempo tardo en reaccionar pero él no quita su mano extendida hacia mi con una sonrisa de superioridad en su rostro. —Samantha.— digo con un hilo de voz y me odio a mi misma, por sonar como una estupida, extendiendo mi mano y es aquí cuando siento ese toque de electricidad cuando su mano se toca con la mía. Un toque que comienza por mi mano y se extiende a todo mi cuerpo junto con un escalofrío, mi corazón bombea a una velocidad peligrosa y eso nunca había pasado.
—Un gusto.—dice con una vos varonil y coqueta.
Mis palabras no salen de mi garganta, abro mi boca para decir algo pero esta se vuelve a cerrar. —Es... espero a alguien.— digo por fin con vos temblorosa.
~¡Eres una estúpida, ahora que lo tienes enfrente sales con esta tontería!~
Grita mi subconsciente pero lo ignoro.—¿Enserio? Pensé que ya te ibas.—dice mientras bebe un sorbo de Bourbon. Y su estúpida sonrisa no desaparece de su rostro como si esto fuera lo más gracioso del mundo.
No encuentro que responder así que lo miro directo a los ojos esperando que me diga que diablos está haciendo en mi mesa.
>El hombre es todo un adonis más no lee la mente, querida<
Vuelvo a ver a la puerta para ver si por un milagro aparece el imbecil de Sebastián, pero como soy una mujer con tan mala suerte, no lo hace.
—¿Se confundió de mesa?—Trato de soñar lo más serena posible.
—Pues para ser honesto, no.— deja el vaso sobre la mesa mientras relame sus labios. —te estaba esperando a ti.— dice sin titubeo alguno.
—¿A mi?— me sorprende su confesión.
—Si, desde que entraste por esa puerta con tu vestido color carmesí, fuiste la sensación del lugar y todos los ojos que están aquí fueron dirigidos a ti.— dice señalando todo el lugar. —y para ser más honesto no me gusta ser solo un espectador, así que esta noche cenarás conmigo.— termina con todo el sinismo del mundo y odio su seguridad.
Este tipo se cree Dios encarnado —Ya que estamos siendo honesto me importa poco si usted no quiere ser un expectador, y no, no quiero cenar con usted.
Me sorprendo yo misma por la seguridad de mis palabras, y no es que no quisiera hacerlo si no que mi nerviosismo me gana y no quiero que vea que me pongo como una pubertad delante de él.
—Samantha no fue una pregunta.—me dice con aire autoritario.
—Tampoco la mía.
—¿Sabes que fue lo primero que pensé cuando te vi esta mañana y ahora que entraste al restaurante?—pregunta.
Mi lengua se mueve antes que pueda evitarlo. —¿Que cosa?.—pregunto, enojada conmigo misma por querer saberlo, y dejarle saber a este hombre que quiero una respuesta.
—Lo magnifica que te verías solo con esos tacones puestos delante de mi.—dice sin pudor alguno.
Siento como me ruborizo y por un nanosengundo sus palabras hicieron una imagen mental, me maldigo por ese pensamiento estoy más que segura que mi rostro es un poema.
—¿Perdón?— pregunto con un hilo de vos, queriendo saber si escuché mal.
—¿De verdad quieres que lo repita?
Me acomodo en la silla. —¿Siempre eres tan sincero?— digo siguiéndole el juego.
Si este tipo se cree que a venido a jugar conmigo le enseñaré como se juego.
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PROHIBIDO ENAMORARSE {BORRADOR}
RomanceSamantha Wright se mudo a Italia hace unos meses, es una excelente piloto y una mujer muy competitiva, la mayor parte del tiempo la pasa en cabina, su vida es muy normal o al menos eso piensan las personas a su alrededor, a pesar que ella intenta de...