PROHIBIDO ENAMORARSE {BORRADOR}

Capítulo 16

ALESSANDRO

Algunas revelaciones.

Ahora por la noche es el dichoso baile de madre que se llevará acabado en uno de mis yates, ≻Moon Light≺ mi favorito, estoy comenzando a declinar la invitación pero conociéndola no me hablara en toda mi vida.

Estoy en mi Pent-house tomando una ducha para irme lo más pronto posible, enjabono mi cuerpo e inmediatamente se me viene a la mente la pelirroja, tomo mi gruesa y larga virilidad comenzado hacer movimientos, e imaginando cómo se siente estar dentro de ella.

Tardo unos minutos haciendo el trabajo y por más empeño que le ponga, no logro venirme, y salgo frustrado de la ducha.

He reducido su seguridad, solo he dejado a los mejores, asesine a los hombres que la custodiaban ese día que  llegó al night-club, si no lograron ser capaz de hacer un trabajo tan sencillo no están listos para estar en mi organización, al parecer los hijos de puta rusos se largaron ese mismo día, porque no he tenido noticias de ellos.

Todavía mis hombres siguen alerta por si no se han ido de Italia y así poder cazarlos en cualquier momento.

Insistí tanto en que pusiera sus reglas que cuando las puso, no estaba listo para ellas. Hablé con Massimo todo lo que estaba pasando, llegó a la conclusión más pendeja que he escuchado; estás enamorado de ella, esas fueron sus palabras.

Lo cual es una completa estupidez, no estoy enamorado de ella, me gusta, me fascina pero no estoy enamorado, eso es una idea absurda.

Mis hombres me informan que regreso a su empleo, y se ve muy seguido con el imbécil de Gabriel lo cual no me agrada un culo.

Con mis vaqueros, mis zapatos puestos salgo de mi recámara, encontrándome a Guido en la sala. —Señor lo estaba esperando.
— ¿Algún problema?

— ¿Ya leyó la investigación que hice sobre la señorita Samantha?

—No, eso ya no importa.

—Señor nunca le faltaría el respeto pero créame eso es muy importante...

— ¿Desde cuándo mis aventuras son tan importantes?

—Cuando lea la investigación se dará cuenta a que me refiero. —Dice extendiéndome una carpeta, estoy a punto de mandarlo a la mierda. —Créame no insistiría si no fuera importante.

Tomo la dichosa información y comienzo a leerlo.

Samantha Wright nació en Londres, la susodicha fue una gran estudiante, a la edad de once años fue ingresada en un internado en USA (Georgia), luego de ochos años viviendo en ese lugar se mudó a New York junto con su amiga Irina Edwards con ayuda de su madre Anne Edwards, la susodicha trabajo en una cafetería por unos meses al mismo tiempo que recibía clases de aviación.

Miro a Guido que me observa con cautela. —Siga leyendo señor, por favor.

Sigo leyendo pero no encuentro nada fuera del lugar, pasó la página, un poco ya harto por estar perdiendo el tiempo, hay fotos de Sam de todas edades, certificados, fotos donde trabajaba incluso de su antiguo departamento en New York.

Cuando estoy a punto de tirar la carpeta, el corazón me da un vuelco por el apellido que leo.

Samantha Wright o como sería su nombre exacto: Samantha Vernoff, hija de Félix Vernoff y Darlene Vernoff (su apellido de soltera; Wright) su hermano Ethan Vernoff, son una familia muy conocida en Italia.

Hay mucho más que leer pero tiro la carpeta. —Dime que esto es una puta broma, ¡Guido dime que esto es una puta broma!—Grito desesperado.

—No señor, yo mismo investigue todo y no hay ningún fallo.