PROHIBIDO ENAMORARSE {BORRADOR}

Capítulo 5

ALESSANDRO

El jardín del Edén

Tuve que venir a tomarme unos tragos para relajarme un poco, he tenido mucho trabajo este par de días he viajado a Turquía y Pakistán para poder hacer las entregas personalmente. Lo único que quiero es unos tragos de Bourbon y olvidarme de todo por un rato.

El hijo pródigo visitará mañana a mis padres, así que por el tiempo que esté cerca no me acercaré a la mansión, tengo mi propio lugar para mi, pero de vez en cuando voy a casa de mis padres a pasar la noche ya que todavía está mi habitación en la mansión. Pero cada vez que llega el patético de mi hermano desaparezco de la casa y todos lo saben, no es por miedo a enfrentarlo, si no por no provocar una pelea entre los dos.

Me voy a encontrar con Massimo en la discoteca, unas de las cuales me pertenecen, Massimo es el hacker de toda la organización y mejor amigo, cuando mi padre y yo estamos de viaje, Alessah junto con él se encargan del negocio.

Cómo ya lo había dicho lo único que quería era relajarme y olvidarme de todo. Pero para mi puta mala suerte Gianna se encontraba en el lugar, la había visto cuando regrese de Londres más esta noche no estaba en mis planes.

Cuando me mira se comporta como una puta adolescente desquiciada. Llegando al lugar ella se encuentra en la zona VIP, me mira y se tira sobre mi y comienza a besarme y sabe perfectamente que me caga esa actitud. Que se comporte con si fuera mi pareja cuando en realidad no lo es, como ya lo he dicho y a ella también, es solo sexo.

—Qué bueno que viniste cariño —Dice con voz melosa

Da un beso rápido en mis labios queriendo profundizar pero la a parto antes que siga —Ahora no Gianna —Lo cual le molesta pero no dice nada y aunque abriera la boca me daría igual.

Se enojada lo cual me vale tres hectáreas. Siempre que está cerca de mi aleja a todas las mujeres que quieren acercarse, a veces lo logra en otras ocasiones yo no lo permito, ya que ella no es la única con la que me acuesto y lo sabe a la perfección, aunque no le agrada no es algo que pueda evitar.

Gianna es una mujer bonita, solo un ciego diría lo contrario pero no es la persona con la que quisiera asentar cabeza, bueno en realidad no sé si algún día lo haga. Pero si por alguna remota razón llegara a pasar, con ella no sería.

Cuando  Gianna se ha ido aparece Massimo y se acerca —Mañana por la tarde tenemos que reunirnos, ya que hay que comenzar para la nueva fabricación de armas.

—Bien, te enviaré la hora —No me da más detalles ya que sabe que aquí no venimos por trabajo (que no sea del club)

Veo que el lugar está repleto, la música está a todo volumen, hay personas bailando en la pista y otras sentados en las mesa, mi vista se fija en la barra.  El bartender esta acuclillado limpiando la ropa de una mujer, y aunque esté de espalda puedo descifrar a la perfección quien es, su melena cobriza cubre toda su espalda.

El imbecil del bartender sigue pasando sus manos por sus piernas y en ocasiones por su abdomen, eso me pone de un humor de perros y salgo de la zona VIP para poder bajar al sitio donde está Samantha.

—¡¿Dónde vas?! —Grita Massimo pero no decido darle explicaciones.

Estoy yendo a la barra pero ninguno de los dos está ya, entro en el cuarto que es para los empleados, y él está allí con el teléfono en su oreja, así que voy directo hacia el imbecil y lo agarro de la camisa empujándolo a la pared —¿Dónde está la chica que le estabas poniendo tus asquerosas manos?

No puedo evitar mi comportamiento, cuando me doy cuenta lo tengo contra la pared pero solo recordar que la estaba tocando me hierve la sangre sin razón alguna.