Capítulo 14

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Samantha

Aterrizando

Cuando Alessandro trajo a la doctora me sorprendió mucho, nunca espere que hiciera eso, ella fue muy amable y me sentí mal por cómo tratarla cuando la vi, así que le ofrecí una disculpa igual que Irina, a ella pareció no importarle y dijo que no nos preocupáramos.

Han pasado varios días desde el incidente afuera de la galería, mi tobillo está mucho mejor, todavía duele un poco al caminar pero ya no uso las muletas, mis hematomas han desaparecido casi por completo, solamente queda una pequeña mancha de ellos la cual se puede cubrir con maquillaje, mi labio y mi ceja ya está en mejor estado.

Los días anteriores los he pasado de mi cama a la sala y así viceversa, solamente he salido para ir al doctor a que retire los puntos, me estoy volviendo loca aquí adentro, lo bueno que en un par de días podré trabajar.

Alessandro desde el primer día se ha quedado conmigo, durante el día desaparece pero siempre envía un par de textos preguntando cómo estoy, durante la noche llega, duerme en mi pero ahora si me percato que duerma, en ocasiones llega hasta en la madruga y se va antes que amanezca.

Le pregunte a qué se dedicaba, me dijo que tenía varios clubs en el país, que uno de ellos era donde estaba borracha, le pregunte también sobre su edad y quizá al verme convaleciente le animo a hablar, me dijo que tiene treinta y dos años, no es que esté viejo, pero a pesar de todo se conserva muy bien, parece de menos edad. A mis veinticinco primaveras nunca, nadie, me había interesado de esa edad, pero como dicen: para todo hay primera vez.

Durante los días es lo único que le he podido sacar, siempre cambia el tema cuando quiero saber más de él, o me recuerda sus estúpidas reglas, siempre trae a su guarura ese que nunca sonríe, a veces me pregunto si son familia.

Un par de veces a terminado en discusión cuando pregunto sobre él y nunca responde, pienso que se va ir para ya no regresar, lo cual me provoca un enorme vacío en mi estómago, pero siempre vuelve por las noches, en un taburete de mi habitación esta la maleta de él, esta es más grande que la anterior, no puedo negar que me gusta que tenga sus pertenecías aquí.

Todavía no he puesto mis reglas, Alessandro la mayor parte del tiempo me lo recuerda.

El otro día le pregunte sobre sus nudillos lastimados, me respondió cortante que boxea y no se coloco sus vendas, la verdad no le creí pero no quise seguir insistiendo.

Antes de dormir me dedico a la lectura un par de horas, en ocasiones lo he sorprendido mirándome, pero ahora actúo como si no me doy cuenta, me gusta sentir su mirada lujuriosa por todo cuerpo, me hace sentir deseada y me provoca mariposa en el estómago.

A pesar que ha pasado todas las noches en mi recámara (desde lo sucedido) no hemos tenido sexo, no sé cómo diablos he aguantado no estar con ese hombre, un par de días atrás, él estaba tomando una ducha mientras yo dormía, escuché como el agua caía y me adentré al cuarto del baño, fue una vista exquisita, como sus músculos se contraen mientras se enjabona, el agua deslizándose por su cuerpo junto con la espuma, su cuerpo tonificado es tallado por los mismos ángeles.

Siempre que Alessandro y Gabriel se encuentran, el hombre oscuro en toda ocasión marca su territorio como si fuera un perro.
Me besa delante de Gabriel, y no es cualquier beso, es uno intenso lleno de deseo, excitante que me deja chorreando mi entrepierna.

Gabriel ha estado al pendiente de mí, me visita una vez al día y me escribe de vez en cuando si necesito algo, él es todo lo que una mujer puede desear, atento, guapo, simpático, y ese es el problema que no soy ellas, no digo que no me gusta, porque fuera una mentira, pero si me dan a elegir entre Alessandro y Gabriel siempre elegiría a Alessandro.

PROHIBIDO ENAMORARSE {BORRADOR}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora