Capítulo 23

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SAMANTHA

Un po' di miele

Ahora las palabras de Gabriel tienen sentido; No son mis secretos Sam, no solo se trata de Alessandro y de mi, hay más, mucho más.

No interrumpí en ningún momento de la historia, no sabía que decir, o si era prudente, podía ver los hombro rígidos de Alessandro con cada palabra que salía de su boca, su boca seca, y aún como sus ojos brillaban en la parte que no pudo hacer nada por Deniska, pude ver en ellos mucho dolor, como su voz se quebró en un momento dado, pero así como fue de rápido así se fue, por segundos miraba sus manos como si se pudiera ver sangre en ellas, y sobre todo pude ver toda la culpa que carga sobre sus hombros.

Los segundos que Alessandro me miraba, era una mirada llena de disculpas y estoy segura que no es porque Aílana nos haya interrumpido, si no, por la respuesta a mi pregunta. No sé porque mierda pregunte eso, juro por Dios que no tenía intención de hacerlo, pero mi lengua reacciono primero, y no me di cuenta de ello hasta que termine de hacerla.

Alessandro no quiso hacer esperar a Aílana, después que la niña llegara e interrumpiera ese momento tan intenso, y una parte de mi lo agradeció.

Ni en cien años me hubiera imaginado que Alessandro es padre de una hermosa niña. Tiene unos ojos azules hermosos, y su cabello marrón con su flequillo hace que se mire aun más.

Desde que la niña bajaba de los escalones a paso lento, con mucho cuidado, desde ese momento, todo transcurrió como en cámara lenta, cuando las palabras; "papi te extrañe" salieron de sus labios mis oídos empezaron a zumbar, quedándome estancada en el mismo lugar sin saber qué hacer.
Por un instante pensé que estaba en un sueño, que era algo imposible, Alessandro es padre, todavía lo repito en mi cabeza sin poder creérmelo, me imagine cualquier cosa menos eso.

Iban tomados de la mano, los tres al mismo paso pero empecé a ir más lento, quería verlos de esa manera, Aílana se mira que es una niña muy inteligente, puedo ver como se les iluminan los ojos a los dos cuando están juntos.
Me pregunto ¿Que tanto sabe ella sobre su madre?

No pude evitar pensar que si mi destino será como la madre de esta niña, quizá es un poco paranoico de mi parte, y me estoy adelantando a los hechos ya que son historias totalmente diferentes pero me es inevitable no pensarlo.

—No te quedes atrás. —Hablo Alessandro devolviéndome a la realidad, me extendió su mano para que la tomara pero no lo hice.

Entonces su semblante cambio, se volvió serio, nervioso. —Creo que necesito un poco de aire, ¿por qué no se adelanta y luego los alcanzo?—Intentó acercarse y hablar, pero añadí. —Lo necesito. —No pareció gustarle la idea, pero finalmente asintió.

—Si quieres hablar solo dime, si caminas no te alejes mucho porque...

—Voy estar bien. —Lo corté.

—Te guárdate unos bocadillos. —Habló la niña.

Le sonreí, o al menos eso intente. —Me encantaría. —Parecía robot repitiendo lo mismo, pero todavía estaba en shock sin saber cómo reaccionar.

Finalmente les di la espalda comenzado a caminar sin destino alguno, es un lugar grande lo más probable es que me pierda, lo cual no estaría mal y tal vez me ayudaría a poder asimilar toda esta situación.

Encontré un lugar muy bonito y tranquilo donde poder pasar unos minutos, hay una mesa larga de madera con más de diez sillas donde poder sentarse, una pérgola de madera arriba de ella con plantas enredaderas y trepadas entre medio, con hermosas flores color lila cayendo en una especie de candelabro. Me siento a observar una parte del viñedo, el cual me da una grandiosa vista, las plantas verdosas con sus hermosos ramilletes de uvas, donde estoy sentada solo puedo ver una parte del lugar, veo como detrás de las grandes colinas se extiende los surcos de uvas sin dejarme ver hasta donde terminan.

PROHIBIDO ENAMORARSE {BORRADOR}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora