Capítulo 31

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FÉLIX

Clandestino.

Observo las diferentes figuras que adornan el espacioso  jardín ornamental, como a los lados de los caminos hay diferentes colores de Hortensias, y como el agua fluye de la fuente que está en el centro de este. El cielo tiene un color azul grisáceo con un arcoíris de fondo, haciendo que sea una vista estupenda para quien reposa en la cama.

Llevo casi cuatro semanas viviendo en esta casa, después de todo me pareció buena idea salir del lugar donde me encontraba y darle un lugar mejor.

Dejo las puertas de cristal de par en par, para que entre brisa y sea más satisfactorio. —Elegí la mejor habitación de la casa, quiero que sea agradable y tengas la mejor vista. —Hablo mientras paseo por la habitación sin recibir repuesta. —No sabes cuánto tiempo he esperado para esto...—Un golpe en la puerta me interrumpe. —Adelante.

—Lo siento señor por interrumpir. —Entra Charlie, mi hombre de confianza el cual trabaja para mí desde hace años.

— ¿Sucede algo?

—Los hombres del señor Alessandro Moretti vinieron para darle información sobre su hija.

Mi hija, mi pequeña Helena, la que ahora lleva por nombre Samantha Wright, la he protegido por tanto tiempo que con eso solo he logrado su desprecio pero lo volvería hacer, sin con eso la mantengo a salvo, al margen de toda esta porquería, espero pronto pueda reunirme con ella, y no sea tan egoísta y que entienda que todo lo hice por su bien.

—Dile que bajo en unos minutos. —Charlie asiente con la cabeza.

—Claro, con permiso. —Se dirige hacia la salida cuando Ethan se posa en mi campo de visión.

—Papá venía a ver si todo está en orden.

—Sí, el Doctor dijo que tú creación al parecer está funcionando muy bien, y que si sigue funcionando pronto dará otra señal.

A mi hijo parece iluminarle el rostro con mis palabras. —Después de tantos años lo estoy logrando, y no me daré por vencido hasta que funcione en su totalidad. —Desvía la mirada por encima de mi hombro, mirando con mucho afecto.

—Sí, solo falta que te esfuerces un poco más. —Hace una mueca de disgusto por mis palabras.

Claro. —Se vuelve a mí. — Hace unos días envié al Palazzo nuevo medicamento, es para sanar más pronto las heridas y al parecer llego a buena hora porque hace unos días tuvieron una emboscada.

Sus palabras me llenan de sorpresa, no tenía idea de lo que estaba pasando, supongo que es karma después de todo el daño que han causado, hace unos días me comunique con Alessio pero no menciono nada.—Me comunicaré con Alessio, preguntado si ha pasado a mayores.—Aunque honestamente no me interesa su bienestar, solo lo hago porque no me quiero quedar sin protección, nos encaminamos hacia la salida, no sin antes echar una ojeada a nuestras espaldas, caminamos por el pasillo hasta llegar al borde de las escaleras.—Al parecer han venido hombres a darme información de tu hermana.

Bajamos los escalones a paso lento. — ¿Quieres que yo hable con ellos?

Niego. —No, sabes que cuando se trata de tú hermana me gusta saberlo de primera mano, pero puedes acompañarme si quieres, ¿Ya no sé a vuelto a comunicar contigo?

—No, no lo hace desde hace semanas, la última vez estaba alterada. —Siempre cuando le llama, la conversación nunca termina bien, he estado presente en algunas de ellas, pero si estuviera en mis zapatos me entendería, en algunos días es su cumpleaños, el cual estoy seguro que es muy doloroso todos los años, ya que desde hace más de diez años no ha estado con la persona que ama. —Cuando el momento llegue se tienen que resignar a mi decisión.

PROHIBIDO ENAMORARSE {BORRADOR}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora