AKIM
Bratva
Camino por el pasillo de las mazmorras el cual tiene poca iluminación, mientras el hedor de sudor y sangre, llena mis fosas nasales, mis oídos captan el sollozo de una mujer que está encerrada, supongo que es recién llegada.
En cada mazmorra que paso hay dos o tres mujeres, con diferentes sustancias corriendo por sus venas, pero la más común entre la Bratva es el ALMAZ, la cual provoca que estén con la mirada ida, y dejan de luchar porque las liberemos ya que el ALMAZ no las hace consiente de en qué lugar están o que hacen, después de cierta dosis como toda droga conocida te vuelves adicta a ella, después de un tiempo tus riñones dejan de trabajar así como tu corazón no funciona adecuadamente hasta que tu cuerpo colapsa.
En estos meses he estado cuidando las ultimas dosis, pero desde ahora en adelante la creadora se pondrá manos a la obra junto con los Búlgaros haremos un buen trabajo.
—Viktor va en camino, llegará en veinte minutos mi señor. —Me informa Pavel quien camina detrás.
La información de Pavel es música para mis oídos, después de tanto tiempo cambiaran muchas cosas para la Bratva.
Observo el reloj de mi muñeca el cual me indica que son las diecisiete horas, lo cual falta dos horas para llevar a mi mercancía a su siguiente sitio.
Hombres con armas cuidando las celdas como si fueran águilas, pasamos por varias de ellas hasta llegar a mi destino.
— ¿Cómo vas Katherina?—Le pregunto a la mujer que está de cuclillas preparando a mi mercadería.
Inmediatamente se pone de pie. —Todo listo mi señor, Lucy está lista para su trabajo.
Miro a la tal Lucy de pies a cabeza, es una mujer delgada, no muy alta, con cabello oscuro hasta sus hombros, lleva un vestido corto, montada en unos tacones, maquillada como debe de ser por Katherina, Lucy está sentada en la cama, con sus ojos perdidos a causa de la sustancia que recorren sus venas.
—Antes de llegar al lugar inyéctale una dosis más, para que pase la noche como una buena compañía, creo que no tengo que recordarte que no debe causar problemas a los Búlgaros.
—Por supuesto mi señor, tengo todo bajo control, las demás mujeres estarán lista en unos minutos.
—Mañana cuando regresen del destino te quiero en mi despacho.
—Si mi señor. —Contesta con sumisión, como debe ser, le doy la espalda sin querer estar en este lugar, pero su voz me detiene. —Mi señor, Katherina se preguntaba si mi amo Akim tiene tiempo para pasar con ella.
Sin darme la vuelta le respondo. —Si haces bien tu trabajo, podré pensarlo. —Digo dirigiéndome por el pasillo.
Camino de regreso por el pasillo pero mis ojos se percatan de una mujer de no más de veinticinco años, la cual es la responsable de los sollozos que escuché anteriormente, está dentro de una las mazmorras, es rubia, alta con un cuerpo apetecible, sus ojos claros están rojos de tanto llorar.
—Abre. —Le digo al hombre que cuida la celda.
La mujer me mira con sus ojos asustados. — ¿Cómo te llamas?—Le pregunto en ruso pero al parecer no entiende.
—Es Londinense mi señor. —Me informa Katherina a mi espalda.
Vuelvo hacer la misma pregunta pero esta vez en su idioma, la mujer responde entre sollozos.—Irina.
— ¿Por qué no escogiste mejor a Irina?—Le pregunto a la mujer que sigue detrás.
—Irina llegó hace unos minutos, además la ropa que había no le quedaba a esta.
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PROHIBIDO ENAMORARSE {BORRADOR}
RomansaSamantha Wright se mudo a Italia hace unos meses, es una excelente piloto y una mujer muy competitiva, la mayor parte del tiempo la pasa en cabina, su vida es muy normal o al menos eso piensan las personas a su alrededor, a pesar que ella intenta de...