CAPÍTULO 3

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La luz y los gritos de Thomas espantando a un pájaro que se comía los pocos víveres que llevamos nos despierta a todos de golpe.
- Thomas: Creo que ya se han ido. –Dice poniéndose de pie. –Hay que irse.

Todos nos levantamos, pero Winston hizo el amago de hacer como todos y solo un gemido de dolor salió por su boca.

-Fritanga: Vamos, yo tu ayudo. –le dice mientras le da mano y tira de él hasta conseguir ponerle en pie.

Comenzamos a andar entre escombros,  todo se hacía difícil y las vistas tampoco ayudaban, la ciudad entera estaba destruida, edificios a punto de caerse, polvo por todos lados...
Newt me daba la mano, apenas habíamos cruzado palabra y aún seguíamos sin hacerlo, mi mente estaba en veinte sitios diferentes pensando en todo lo que había cambiado desde lo que yo recordaba de niña cuando estaba en la instalaciones de cruel, lo ocurrido el día anterior, mi hermano mellizo, los raros y ahora Newt. Al parecer, mi mente no quería centrarse en una sola de las cosas en profundización por miedo a que fuera demasiado doloroso como para ser débil ya que ahora no podía permitírmelo.

-Fritanga: ¿Qué ha ocurrido aquí? –pregunta haciendo que Thomas me mire de reojo y Newt le imite.

-Newt: No debías de haberte separado de mí, no sé qué te pasó, llevo dándole vueltas varias noches y no recuerdo que pudo ocurrirte Ashley. –Me dice serio.

Entiendo que quiera explicaciones, yo también las querría si de él se tratase pero no es momento para ponerme a explicarle todo sin centrarme en todo aquello que evito pensar ahora.

-Ashley: Te lo explicaré más tarde. Lo prometo.

Thomas se gira y me observa serio aunque su mirada transmite tristeza mientras anda un metro y poco más adelante nuestra, cuando de repente para en seco llamando la atención de todo el grupo.

-Thomas: Esperad. ¿No lo escucháis? –Dice preocupado.

Al principio no entendemos a qué se refiere pero conforme pasan lo segundos el sonido de las hélices de un helicóptero se hace cada vez más presente.

-Thomas: ¡Escondeos, rápido! –dice corriendo hacia el hueco de una especie de columna caída.

Todos le seguimos y nos escondemos con prácticamente el helicóptero sobre nuestras cabezas. Por suerte nos dio tiempo a escondernos antes de que nos viesen.

-Newt: No van a dejar de buscarnos nunca, ¿verdad? –dice mirando al cielo por la parte que se fue el helicóptero.

Iba a responder a su pregunta, pero la respuesta era obvia y menos teniéndonos a Thomas y a mí en el mismo grupo pese a que todos éramos importantes.

-Thomas: Tenemos que seguir avanzando.

Comenzamos a andar de nuevo bajo el ardiente sol, tras un par de horas cruzando la ciudad, llegamos a una zona llena de cuestas que llevaba a un desierto. El cansancio, la sed y la insolación empezaban a hacerse presente en todos nosotros.
Al llegar a la parte de alta de una duna, mi hermano señaló unas montañas que se encontraban al otro lado del desierto.

-Thomas: Son esas montañas, tenemos que ir hasta allí.

-Newt: Están un poco lejos.

-Ashley: Están muy lejos. –Digo con la voz apagada llamando la atención de algunos.

-Thomas: Más vale que empecemos ya.

La hermana de Thomas (Newt y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora