Capítulo 5: El accidente que no fué accidente

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Roseanne.

9:30 pm de la noche, camino a la casa de lisa.

Freno el auto de golpe, pero se escucha como choca contra algo o alguien, y segundos después gracias a las luces de mi auto veo como una persona sale volando a metros.

Lo que me faltaba.

Nisiquiera ví de dónde salió.

Bajó y la brisa helada me golpea en la cara, mi mente no cree lo que acaba de pasár, ¿Esto debe ser alguna clase de broma o no?

-¿Señorita está bien?.-Me Pregunta un hombre desconocido asercandose lentamente, lo miró a los ojos y luego veo al cuerpo de la persona que atropelle con sangre a su alrededor y sin moverse

No tengo que abrir la boca para que el hombre entienda lo que acaba de pasár.

Me mira con lastima y preocupación, como esperando a que yo diga algo.

¿Y qué se supone que diga?

Acabo de matar a alguien...

Me acerco unos pasos más y puedo notar que la persona es una chica, una chica castaña, alguien que nunca he visto en mi vida.

Mierda mierda mierda, que estúpida idea ir a dónde manoban.

-Yo... Yo... No quise hacerlo...-Tartamudeo viendo el cuerpo.-En serio... Yo... No la ví, ella salió de la nada y yo... Entonces no pude frenar... De verdad... Yo... No quise.

-Tranquila no llore.-Habla el hombre poniendo una mano en mi hombro, no me di cuenta de cuando comencé a llorar.-Las ambulancias tardarán mucho, y aunque usted no lo haya hecho a propósito hay que llevarla al hospital.-Explica el desconocido y rápidamente asiento entre lágrimas.

Solo a mi me pasan estás cosas.

Nos acercamos los dos a la desconocida tirada en el frío asfalto y el la carga, ella no reacciona, pereciera que estuviera... Muerta

Me estremezco ante posibilidad de que si lo estuviera.... Yo terminaría en la carcel...

-Ella... ella está.. está...

-¿Muerta? No, todavía le siento el pulso, soy paramédico, pero hay que apurarnos para que no se desangre aquí.-explica y yo asiento sin dejar de ver a la chica.

El señor camina hacia el auto y yo lo sigo sin saber nada, siento que me falta el aire y me empiezo a marear.

La sangre no es lo mío.

-¡Mierda rose tienes que cálmarte!.-Chillo abriendo la puerta de atrás para que el paramédico meta la chica.

-Creo que no estás apta para conducir, lo haré yo, quédate aquí atrás.

No digo nada y entro, el se sube y empieza a manejar a toda velocidad, no se de dónde mierda salió pero realmente no puedo manejar ahora.

Las luces de la calle pasan como flashes sobre mi vista, vamos a una gran velocidad.

Veo a la chica quién tiene mucha sangre y no se mueve, soy una asesina, soy una asesina.

El aire en el auto parece extinguirse ya que me cuesta más trabajo respirar, mis manos y mi rostro sudan en cantidades enormes y siento que ya no puedo vivír más.

-Señorita no se vaya a desmayar porfavor.-Es lo último que escucho antes de cerrar mis ojos.

***

Lisa

Tres horas después.

Cuando era pequeña, tan solo una niña de seis años, mi madre solía hacerme muchos pasteles a mi y a mis hermanos, me encantaban, pero la parte difícil era decidir, decidir si quería un pastel de fresa o uno de chocolate. El chocolate era mi sabor favorito en el mundo, pero la fresa tenía lo suyo, también me gustaba mucho. Le preguntaba a mi madre si podía hacerme un pastel con los dos sabores para así no tener que elegir, y ella decía que no, insistía en que tenía que elegir uno para así aprender a tomar decisiones desde pequeña, ya que eso me ayudaría de grande. El caso es que nunca podía elegir, terminaba llorando y al rato mi madre se aparecía en mi habitación con un pastel de dos sabores.

Always chaelisa (PARTE I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora