ONE-SHOT 4

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Parte 4: "Suave, Intenso y Profundo"
Historia dedicada a: BlueNavyX y a Esbeth04  gracias por todo, y por soportarme.

—Por favor, solo hazme sentir algo, lo que sea. No importa si es dolor, solo hazme sentir vivo, te lo imploro.

El dolor en su voz hacía que el frío se sintiera cómo una cálida manta sobre los hombros de Liam, los cuáles estaban tensos por el ambiente creado al decir tan pocas palabras con tanto impacto en su interior.

A un lado y a otro del helado cauce se erguía un oscuro bosque de abetos de ceñudo aspecto. Hacía poco que el viento había despojado a los árboles de la capa de agua que los cubría y, en medio de la escasa claridad, que se iba debilitando por momentos, parecían inclinarse unos hacía otros, negros y siniestros.

Reinaba un profundo silencio en toda la vasta extensión de aquella tierra. Era la desolación misma, sin vida, sin movimiento, tan solitaria y fría que ni siquiera bastaría decir, para describirla, que su esencia era la tristeza.

Las palabras de Theo taladraban sin piedad en la cabeza de Liam, frente al beta, Theo estaba de pie, dándole la espalda, la ligera brisa que traía consigo las gotas de aguas más frías impactaron contra el rostro de Liam y Theo, la presión en el pecho de Dunbar hacía de su corazón tan pequeño que le era casi imposible respirar con calma.

Verlo tan roto mató cada ápice de felicidad, él le rogaba por una emoción, por algo que dejara de torturar su mente, sabía que llorar no podía, así que eso fue un respiro de alivio, alivio por no tener que mirar el rostro del contrario lleno de lágrimas, no iba a ser tan fuerte y esa capa de acero que Theo había construido se le iba a caer en cualquier momento por eso, sin pleno aviso, salió corriendo... corriendo y dejando a Theo hecho un caos en el bosque.

Con la cabeza hecha un lío salió otra vez del bosque, decidió no transformarse, quería hacer más lenta su sombría caminata solo él platicando con su alma, pero dentro de él su amor por Theo le imploraba que regresara a ese lugar, sin pensarlo más se rindió ante el amor verdadero, aunque caminaba tan lento que parecía no querer llegar.

La lluvia que ya hacía en el lugar estaba volviéndose más fuerte, el cabello de Liam caía sobre su cara, así que sacudió su cabeza y los pliegues de su cabello se separaron en pequeñas cortadas que le permitían con más seguridad ver el camino.

Se dirigió justo hacía el lugar donde lo había dejado, y allí, bajo ese árbol estaba Theo, mirando a la nada, cómo si desde que se fue no hubiera movido ni una sola parte su cuerpo, era triste verlo en ese estado.

Caminó lento y seguro, incluso dió un par de zancadas para estar más cerca, su ropa y cabello empapados, sus ojos grises ya no brillaban lanzando centellas, y su rostro, habitualmente pálido, no mostraba ninguna emoción; ni dolor, ni tristeza, mucho menos felicidad.

Sin esperar ninguna reacción, el beta lo envolvió en sus brazos, un lado de su cara se impregnó en el pecho de Theo, buscando un latido, algo que le confirmara que Theo tenía esperanza alguna, que podía llevar con él una vida de memorias, y no (en caso de que algo salga mal) solo sueños, no hacía nada, Liam comenzaba a preocuparse más de lo que ya estaba, se sentía culpable.

—Theo, por favor, habláme —si derramó una lágrima no lo sabe, la lluvia ya se había apoderado de toda la atmosféra, fácilmente se uniría con ella.

Pero él no decía nada, su cuerpo inmóvil. El frío del aire que cruzaba por las fosas nasales de su rostro congelaba incluso su voz, tanto que de hecho le dolía pronunciar las palabras, la sequedad en su garganta era una espina con cada palabra.

—Lo siento, lo siento por irme y dejarte, y-yo no sabía qué hacer, cómo ayudarte.

Apenas susurró la última palabra, pudo sentir cómo Theo pasaba sus brazos sobre su cintura, colocando su cabeza en el hombro de Liam, apenas escuchó un sollozo y lo apretó más sobre su cuerpo.

—Hazme sentir algo —su voz era casi inaudible por la tormenta—, algo que me haga estar vivo.

Cómo si no tuviera control de su cuerpo, su rostro se levantó de su pecho, y Theo por fin lo vió a los ojos después de dejar su hombro.

Una mano de Liam reposaba ya sobre la mejilla de Theo. Alzó la otra, acunó su rostro y entonces, de forma suave, se desencadenó lo inevitable: se abandonaron. Los labios de Liam se deslizaron sobre los de Theo. Fue una leve caricia, como un susurro —un ligerísimo roce de su labio inferior con los de él, y de nuevo espacio entre ambos, muy poco espacio, con los rostros casi pegados—.

Respiraban el aliento del otro, mientras la pasión aumentaba entre ellos, a su alrededor, en su interior, astral, y de nuevo el espacio desapareció, y lo único que quedó fue el beso.

Dulce, cálido y tembloroso.
Suave, intenso y profundo.

Menta en el aliento de Theo, sal en la piel de Liam.

Liam hundió las manos en el pelo de Theo, hasta las muñecas, como si fuera agua; Theo deslizó sus palmas por el pecho de Liam, olvidando el caos de su mente para buscar los latidos de su corazón.

Y esa tarde, bajo la lluvia, las nubes grises, el cauce y los árboles cómo espectadores, Theo sintió algo.

Thiam Comfort One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora