ONE-SHOT 50

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Parte 50: "El viaje vale la pena"

Cuando Liam le dijo a Theo que se iba por el verano, éste no había dicho nada. Había contemplado algunas respuestas estándar, como "nos vemos cuando vuelvas" o "que pases un buen verano", o incluso peor, "te echaré de menos". Ninguna de ellas le pareció aceptable, así que se limitó a asentir con la cabeza y saludar con la mano, antes de marcharse.

Eso fue hace dos semanas. Y cada mañana desde entonces, Theo se despertaba con una picazón desconocida bajo su piel, una señal segura de que había cometido un error y se estaba arrepintiendo. Liam estaba con su padre en Fresno, y Fresno estaba a poca distancia en coche. Si conducía hasta allí, podría cerrar el caso y tal vez averiguar en qué punto se encontraban las cosas entre él y Liam. Cuanto más lo pensaba, más le parecía una buena idea.

Así que puso una mudada de ropa en su bolsa de lona por si acaso, le pidió a Mason la dirección del Sr. Dunbar, se subió a su camioneta y condució hacia la CA-99.

Theo salió de la autopista y entró en un largo camino de grava, con una casa apenas visible en la distancia

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Theo salió de la autopista y entró en un largo camino de grava, con una casa apenas visible en la distancia. Al principio del camino había un buzón verde con la dirección correcta impresa, así que Theo confió en su GPS y se dirigió a la casa. Su camión levantó un remolino de polvo que pudo ver en su espejo retrovisor, pero no vio mucho movimiento por lo demás. A ambos lados del camino de entrada había campos de hierba amarilla hasta las rodillas y grandes vacas negras revoloteando. Al acercarse, Theo pudo distinguir una pequeña y modesta casa de una sola planta con revestimiento beige. A la izquierda de la casa había un enorme granero rojo con ribetes blancos. Se parecía a los graneros descritos en todas las canciones country que Theo había escuchado en la radio durante el viaje. También había dos camiones, más grandes que el de Theo, aparcados fuera.

Cuando Theo se detuvo junto a uno de ellos y aparcó su camioneta, un hombre salió del granero con una larga melena que sobresalía de su gorra de béisbol. Su rostro tenía un extraño parecido con el de Liam.

—¿Sr. Dunbar? —Theo salió de la camioneta, con la mano extendida y una gran sonrisa pegada al rostro.

—¿Quién pregunta? —inquirió el hombre, con los ojos entrecerrados hacia Theo. Se cruzó de brazos, ignorando deliberadamente la mano extendida de Theo.

—Estoy buscando a Liam —respondió Theo con seguridad. No iba a dejar que ese tipo lo intimidara, aunque fuera el padre de Liam. Sin embargo, el hombre seguía mirándolo fijamente y Theo estaba seguro de que le habría gruñido si hubiera podido.

—¿Hijo? —El hombre gritó, sin romper el contacto visual con Theo.

Theo se preparó para una pelea, pero se relajó inmediatamente cuando vio un mechón de pelo oscuro y un destello de ojos azules. Liam salió del granero con un mono desteñido, una camiseta blanca ajustada y unas botas de goma negras que le llegaban a la altura de las rodillas. Tenía todo el aspecto de un chico de campo, y no era precisamente un mal aspecto.

Thiam Comfort One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora