Voldemort.

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- Que suerte tienes tú, Antonella – dijo Ginny entrando al cuarto donde me estoy quedando.

- Si suerte se le llama a ir a trabajar, sí que suerte tengo – dije terminando de arreglarme.

- Bueno es cierto, prefiero limpiar que ir a trabajar.

- Ahora, que ya está claro eso. Prefiero ir a trabajar, que limpiar esta casa. Perdón, hermanita voy tarde y tengo que pasar a la madriguera por unos papeles que deje.

- Adiós hermanita – dijo y la abracé y salí del cuarto.

- Con cuidado Anto – dijo mama.

- Si, tranquila solo es ir al trabajo – le respondo a modo de tranquilizarla –. Lo siento Harry, no es de mi departamento, pero veré si puedo mover algunas cosas y ayudarte en tu juicio. Suerte – le dije al verlo pasar por las gradas.

- Gracias – dijo y subió supongo a hablar con Ron y Hermione.

Luego de recoger los papeles que deje en la madriguera, fui al ministerio búlgaro.

Luego de saludar a la mayoría, me encerré en la oficina para ver que todo estuviera en orden, autorizar las pociones y su elaboración y ver que pociones harían todos en su año escolar, asegurarme que tengan los ingredientes y las cantidades correctas, ver qué libro se utilizara en cada grado, (con ayuda de la maestra o maestro que lo imparte). Ver que tengamos todo lo necesario en los hospitales y algunos estados médicos de los pacientes más graves.

Ya estaba saliendo cuando...

- Que tenga buena tarde, señor Silver.

- Querida llámame Jack, ahora somos compañeros.

- Claro... Jack.

- Tú también descansa, tener dos puestos importantes es difícil, pero no imposible...

No pudo terminar ya que aparecieron personas vestidas de negro con una máscara y empezaron a atacar a todos.

Los aurores llegaron y todos estaban lanzando hechizos, unos de ataque y otros de defensa, cuando la mayoría de magos y brujas cayeron... Apareció él, Voldemort.

- Buenas tardes, como verán podre ser amable, pero también puedo ser el mago más cruel del mundo y si no acceden a unirse a mi... Bueno conozco a sus familias. Así que...

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Al salir del ministerio, no sabía a donde ir, no podía ir al cuartel, aunque tampoco es que quisiera, la madriguera esta fuera de mis opciones ya que mama se entera si alguien sale o entra en ella y eso no es lo que necesito, no puedo ir a la casa de Viktor ya que es su casa, su familia y aunque sé que me aceptarían no quiero abusar de su confianza, Esteban está de viaje e ir con Bastián es mala idea, todos están corriendo de arriba abajo por el nacimiento de mis ahijados y aunque me alegro mucho, no hay la paz que necesito, no quiero preocupar a Cedric ( Suficiente tiene el pobre al no salir y no saber mayor cosa del mundo exterior como para que venga yo y lo único que haga sea preocupar), así que la cabaña tampoco es una opción.

Resignada a encontrar un lugar mejor, decidí ir al cuartel, aunque me encierre en el cuarto que por suerte no me toco compartir, ya que al ver que mi parte de la habitación que compartía con Fred y George y ver sus partes todas desordenadas me cambiaron.

- Anto, que bueno que ya llegaste, en un momento estará la cena – dijo mama al verme entrar –. Ya terminamos de limpiar la mayoría, aunque debo admitir que recibí muchas quejas al respecto...

La Weasley diferente y en DurmstrangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora