La Weasley diferente y en Durmstrang

Antes de la segunda prueba.

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- Antonella, ¿Puedes venir un rato? – me pregunto Bastián.

- Claro, ¿Qué pasa?

- Te quería hablar sobre el tema de la corte, mira sé que hacerlo no estaba en tus planes desde un principio, pero no te pudiste negar ante mi propuesta. El punto es que, se de tu posible trabajo que sé que lo obtendrás, no quiero que dejes ir las oportunidades y tus sueños y metas por hacer algo por mí.

- Tián, es cierto, no estaba en mis planes iniciales, cuando me lo pediste, tenías un brillo en los ojos que sí, no me pude negar, ¿Por qué el tema?

- Mira, te agradezco que aceptaras y convencieras a tus padres y también que no te hayas negado, pero prefiero que trabajes en tu trabajo soñado, no conmigo, no en algo que no te guste y no quiero que lo hagas solo por mí. No podría vivir sabiendo que fue mi culpa que no trabajaras en donde querías ni de lo que querías – dijo bajando la miranda.

- Lo hare, hare ambas cosas, no sé cómo, pero lo hare, ya me comprometí contigo y no te pienso fallar, digas lo que digas trabajare en ambas cosas...

- ¡Chicos! Víctor dice que ya sabe a lo que se refiere el huevo, pero necesitamos su ayuda – dijo Esteban interrumpiendo nuestra conversación.

- Vamos – dije y caminamos en dirección a Víctor.

- ¿Qué dice? – pregunto Bastián sentándose en un sofá.

- Que prácticamente tenemos que rescatar algo del lago que supuestamente es preciado para nosotros y solo tenemos una hora.

- ¿Eso de la hora, es bueno o malo?

- En partes iguales Anto, mira es malo porque solo tenemos ese tiempo para encontrar y rescatar lo que sea que nos hayan quitado y porque no sé cómo rayos aguantare la respiración una hora, la parte buena es que es solo una hora y no más y eso es más fácil de investigar que como aguantar la respiración más tiempo.

- Creo que ya están cansados de esto, pero ¡A la biblioteca!

- Yo no lo extrañare en lo más mínimo – dijo Esteban.

- ¡Yo no quería que lo dijeran! – dijo Bastián.

- Ya no más – dijo Víctor.

- ¿Qué? ¿Acaso solo a mí me gusta ir a la biblioteca?

- ¡Si! – gritaron los tres tirándose como si se hubieran muerto al piso.

Y así dicen que nosotras somos las exageradas y dramáticas del grupo.

- Y la dramática soy yo – dije –, pero bueno vamos ya a estudiar que de verdad no quiero que Víctor muera.

- Ya te habías tardado demasiado – dijo Víctor.

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- ¿Antonella Weasley? – dijo alguien atrás de mí.

- ¿Si?

- Te buscan afuera – dijo y se fue.

- ¿A quién esperas, Anto? ¿A tu novio?

- No, a nadie, vuelvo luego, si no voy a la cena preocúpense por mí, antes si quieren, pero no tanto como si no llego a la cena... ¡Ah! Y antes que se me olvidé, sigan estudiando, mi idea era un hechizo de transformación, solo tenemos que saber cuál – dije y me fui en dirección a la salida del barco.